IX
Parlamentos
A los poetas: comediantes de la lengua
y a los actores: poetas de la acción
Dios habló a Shakespeare
(según Borges) y dijo:
Yo soñé el mundo como
tú soñaste tu obra.
Eres muchos y nadie.
El espíritu nombra:
Elige las obsesiones que asumimos;
le da una forma, su color, el tono
a las pasiones todas.
Y las otras banderas: la locura,
la piel abrillantada
por oleaje de cuerpos y deseos
también las despliega
aquel viento que les digo.
Actor, todo eres y nada.
Ángel humano investido
del fuego y de la sombra.
Esparces la poesía
en las ondas del aire.
Pronuncias flamas
(las que soñó el poeta)
Florece el fuego en tu voz.
Fruto del alma es la voz.
Y tu alma
visitada por hombres y palabras
se difunde
en el juicio Final de las personas
(incendio de las máscaras)
que se oficia esta noche.
Lee pues estas líneas
mientras el jefe de luces
prepara la tiniebla
y los amaneceres en la escena;
mientras Hamlet, Segismundo,
Edipo, Orestes, Romeo,
Lucki, Pozzo, César Rubio,
Mascarilla, Pedro Crespo,
Julio César, Macbeth, Moctezuma,
avanzan y se perfilan
en tu rostro…
Comienzan a brillar desde
tus ojos.
Tu palabra, poeta,
es sueño, sombras, hombres,
en la legión de ángeles
que agita los labios del juglar.
Actor, vino la gente hoy
a mirarte y a oírte
vivir nuestras pasiones.
¡Enciende ya
esa hoguera de imágenes
que por tu voz nos habla!
Toluca, enero de 2012.
Raúl Cáceres Carenzo
Continuará la próxima semana…