En mano propia el escritor Carlos Roberto Barrera Jure nos ha entregado ejemplares de sus más recientes tareas en el mundo de las letras: “Anecdotario de los Barrera” y Guardianes del Tiempo “Árboles Extraordinarios” Tomo 2, como fruto de sus reflexiones e investigaciones en dos áreas igualmente importantes de nuestra vida.
En efecto, el común denominador de ambos meritorios trabajos de investigación está relacionado con lo que es el sustento de las vidas humana y vegetal, y eso son las raíces de nuestra presencia física, concomitantes en este mundo actual, afectadas por dos plagas virulentas: la contaminación ambiental y el olvido del gran valor de nuestra presencia como seres humanos en el tiempo en que una sociedad omite acciones de reconocimiento, registro y gratitud a sus predecesores.
Ambas obras las considero trascendentes, al igual que lo ha hecho el autor que por un largo período ha dedicado su innegable capacidad y memoria, conocimiento, visión y tiempo, recuerdos, creatividad y tenaz acción, para acopiar imágenes nítidas y vivencias, recopilando materiales atesorados en el seno familiar de los Barrera en distintas latitudes.
México, Estados Unidos, Campeche y Yucatán, Dzibalchén y Mérida, entre otros puntos geográficos, son escenarios de la presencia constante y sostenida de los laboriosos miembros de esta rama familiar, unida ejemplarmente en sus valores y afectos.
Carlos Roberto enaltece su sangre y apellidos como portabandera de rango familiar que abre el desfile histórico de otras numerosas familias que, en su momento, ofrecieron sus acciones sociales a la afirmación de sus valores, en espacios de vida que ahora, con orgullo, se ofertan oficialmente a los visitantes crecientes de nuestra entidad.
La sencillez del narrador, su claridad de expresión, la frescura de sus textos, invitan a una lectura continua, a una visualización curiosa de cada imagen y lugar.
Así es también la experiencia con Guardianes del Tiempo “Árboles Extraordinarios” Tomo 2, donde podemos admirar gráficamente su fortaleza, vitalidad y presencia cotidiana como generadores de oxígeno. Compañeros de vida, ellos abren sus ramas a la brisa, a las aves, a sus nidos, al amor y la procreación.
Tenemos con nosotros, como un tesoro familiar para nuestra biblioteca personal, estas dos laboriosas obras del escritor Carlos Roberto Barrera Jure que ameritan reconocimiento editorial y aplausos. Bien los merece.
Luis Alvarado Alonzo
