En la Tierra de los Mayas hemos sido puestos a prueba todos sus pobladores, los herederos de la grandeza del Mayab, encerrados en cuarentena, con temperaturas de más de 45 grados, en encarnizada batalla contra el virus que ha generado la pandemia, bajo las inclementes lluvias de una tormenta, con una invasión de mosquitos…
No han sido días fáciles, tampoco tranquilos. A las presiones de salud y seguridad se suma el ambiente siniestro y hostil de aquellos que nos han arrebatado la oportunidad de tener una vida más digna, planificando golpes de estado, inundando las redes con noticias falsas, lo que nos obliga a intensificar nuestra entereza, nuestra dignidad, lo que nos define como personas, los que nos hace ser quienes somos.
Han sido meses de trabajo, de ejercicio, de lectura, de reflexión, de investigación, de batalla, porque las confrontaciones no terminan, simplemente cambian de escenario. Las batallas que se definían a través de los televisores, ahora se escenifican a través de las redes sociales, a cargo de ejércitos de bots apestando a dinero sucio.
¿Qué relación tiene todo esto con el rock? Mucho. Este género contestatario de origen, rebelde por naturaleza, fue mutando, adaptándose a los tiempos hasta pasar a formar parte del sistema, pero siempre termina retornando a sus raíces, las cuales dicen mucho, y muy bien, contra los amos del planeta.
Cuando más difícil se puso todo, escuché “Resistiré” de Barón Rojo, y me llenaba de fuerza; después “El Loco” de Luzbel para recordar quién soy, de dónde provengo, cómo ha sido mi vida en relación con la realidad que me rodea; mientras que con “La Carta del Adiós” de Warcry entendí que soy capaz de morir por mi familia, por mis seres amados, en esta pandemia, en esta contingencia y las que vengan en el futuro, reforzado por los sonidos que han nutrido desde joven mi existencia.
Vamos, pues, a disfrutar de tres grandes obras de bandas de metal en español, todas de nivel de excelencia, por lo que el viaje será fascinante. Bienvenidos, hermanos; adelante hermanas. Recuerden que todos los domingos a las 2 de la tarde y los miércoles a las 10 de la noche escuchen la Discoteca de Metalmorfosis, con los mejores programas transmitidos en 69 Opichen Radio durante el 2019.
BARÓN ROJO, VOLUMEN BRUTAL – Este álbum letal, lanzado el 22 de febrero de 1982 a través de Chapa Discos, fue grabado a lo largo de noviembre de 1981 en los Estudios Kingsway de Londres con la alineación clásica de la banda: Armando de Castro (guitarra líder), Carlos de Castro (guitarra y voz); José Luis “Sherpa” Campuzano (bajo y voz) y Hermes Calabria (Batería), todos músicos de excelente nivel que en esta etapa vivían su mejor momento. Para la grabación de este disco invitaron a Mel Collins en el Saxofón y el talentoso Colin Towns en los teclados. Vaya pedazo de disco que realizaron estos genios. Sin duda, este es el álbum definitivo gracias a su enorme calidad en lírica y música, la definición de obra maestra. Su arsenal de canciones es increíble: la salvaje Incomunicación, la declaración de principios Los Rockeros van al Infierno, la furiosa power ballad Dame la oportunidad, la dolorosa crítica social en Son como hormigas, la denunciante Las flores del mal, el himno máximo de batalla social y humana Resistiré, la insurgente Satánico plan (Volumen brutal), la emotiva Concierto para ellos, la fraternal Hermano del Rock & Roll y la instrumental El Barón vuela sobre Inglaterra nos elevan al infinito en cualquier momento.
No es exagerado todo esto, ya que a la fuerza y energía del grupo se sumaron unas letras inteligentes, sumamente rebeldes y críticas del sistema oligárquico, en las que mucha importancia tuvo la aportación de la escritora y poetisa Carolina Cortés, quien participó en la composición de 4 de los 10 temas incluidos. Mi relación con el álbum es muy especial, porque lo escuché en mi etapa de artista marcial, así que entrenar escuchándolo fue sin duda positivo en mi carrera como peleador amateur. Nadie soportaba castigo de un guerrero entrenado bajo el influjo de tan magnánima obra.
https://www.youtube.com/watch?v=OMMYbc7c9PA&list=PLDA40C37A68261963&index=6
WARCRY, REVOLUCIÓN – Desde la era de “Volumen Brutal” no había escuchado otro álbum que me prendiera tanto, fue un flechazo inmediato. De Warcry había escuchado algunos temas de otros discos, los cuales me parecían muy buenos, pero fue con estos 12 que me volví seguidor de la banda. Este disco fue lanzado el 27 de octubre del 2008, siendo de aquellos trabajos que se disfrutan de principio a fin en el orden en que viene, ofreciéndonos una incursión sumamente atractiva, interesante, realmente bien elaborada. Todas las canciones valen la pena: La última esperanza, El cazador, Nada como tú, La carta del adiós, Invierno en mi corazón, Coraje, La prisión invisible, La vida en un beso, El camino, Absurda falsedad, Abismo, incluso el cover de Quarterflash Take Another Picture, que convirtieron en Devorando el corazón, es realmente efectivo. Ahora bien las mejores son El cazador, que es una parábola sobre las paradojas de la vida, Nada como tú es una declaración de amor sumamente roquera, La carta del adiós que narra cómo un guerrero que sabe que va a morir en batalla se despide de su amor a través de la comunicación epistolar; Invierno en mi corazón que describe el dolor intenso que deja en el alma la traición y, por supuesto, la power ballad El Último Beso, que es magistral.
Participaron el líder Víctor García (voz), Pablo García (guitarra), Roberto García (bajo), Rafael Yugueros (batería) y José Rubio (guitarra). Escúchenlo. No se van a arrepentir.
LUZBEL, METAL CAÍDO DEL CIELO – A veces la vida parece destinar para nosotros las mejores cosas en momentos claves de nuestra vida. Eso fue lo que me ocurrió con Luzbel. Inicié muy joven, a finales de los 70s, mi formación en la izquierda, con una increíble experiencia trabajando en los núcleos sociales, recorriendo comunidades, municipios, colonias, aprendiendo, compartiendo, edificando mi conciencia hacia lo positivo. Así que, cuando llegué a la década de los 80s con el rock como compañero de viaje, en 1985 descubrí a esta banda a través de esta obra lanzada a través del sello Comrock, con respaldo de la compañía WEA, que luego se convertiría en Warner Music, me convertí en otro ángel caído. Lo fabuloso es que con tan solo 4 canciones todos nos volvimos “alcoholitos”.
La portada del EP era magnífica, con la ilustración del célebre Gustave Doré inspirada en La Divina Comedia de Dante Allighieri, ideal para el paquete que incluía composiciones de Raúl Fernández “Greñas”, quien retornaba de Inglaterra donde se curtió varios años con su banda Red, el tremendo bajista Antonio “La Rana” Morante, Sergio Gómez en batería, y el poeta Arturo Huízar, quien se convirtió en el mejor cantante del metal en México, así como Raúl haría lo propio como el mejor guitarrista de la escena nacional por años. Las 4 canciones son poderosos heavy metal clásicos, con alucinantes solos de guitarra, voces increíbles y una potente base rítmica que con sus letras nos hacían alucinar por lo exactas que eran en relación a nuestras propias vidas y su relación con nuestro entorno, no solo desde el punto de vista social, sino también espiritual e incluso filosófico, algo que siempre he considerado sumamente relevante.
El Ángel de la Lujuria, El Loco, Esta Noche es Nuestra y La Gran Ciudad son parte del soundtrack de nuestra vida, se han integrado a nuestra epidermis a lo largo de los años, están ahí siempre dispuestas a recordarnos nuestros mejores años, pero también las penas y dolores que los acompañaron, por lo que sin duda deben ser consideradas patrimonio cultural de nuestra música, en este caso de lo que entendemos como rock hecho en México porque no hay nadie mejor que Luzbel en toda esa historia, cuando hablamos de metal. Este disco me hizo muy feliz porque cuando lo descubrí sentí que por fin había en México una banda con la suficiente calidad en música y letras para representarnos dignamente en otras partes del mundo. Siempre pensé que Luzbel pronto compartiría escenario con Barón Rojo, Ángeles del Infierno, Rata Blanca y demás agrupaciones latinas de metal, e incluso con agrupaciones internacionales. Infortunadamente, tras Pasaporte al Infierno vino el rompimiento y esto no ocurrió, al menos con la formación clásica.
Por cierto, años después, cuando se reencontraron en los 90s Huizar, Vázquez y Greñas con Zito Martínez en el bajo, sí abrirían para Black Sabbath y Deep Purple en sus conciertos en la CDMX. Un clásico imprescindible.
https://www.youtube.com/watch?v=UAgb4UA8_cg
RICARDO PAT