Cine
Dioses de Egipto, una película que sufre una caída en picada desde su comienzo hasta su final
Para hacer una película interesante se requiere de una unión adecuada de diversos elementos: buenas actuaciones, una historia interesante y entretenida, efectos visuales adecuados al contexto y, sobre todo, de un sólido guion. Esta película no cumple con absolutamente ninguno de los puntos mencionados previamente; se trata de una película que va de tropiezo en tropiezo.
Dioses de Egipto cuenta la historia del Dios Horus (un muy apagado y acartonado Nikolaj Coster-Waldau), el heredero al trono de su padre Osiris. La tragedia se desata –predeciblemente– con la llegada de Seth (Gerard Butler), hermano de Osiris y tío de Horus, el día de su coronación, arrebatándole el trono y arrancándole los ojos, sumiendo Egipto en un ambiente de oscuridad y explotación, mientras que Horus, privado de su vista, se recluye en el exilio. Simultáneamente, se cuenta la historia de un joven ladrón llamado Bek (Brenton Thwaites) y su amada Zada (Courtney Eaton) quienes, tras el gobierno de Seth, se convierten en esclavos. Tras un intento fallido de escapar y tras un robo realizado a la casa de Seth en el que obtiene uno de los ojos perdidos de Horus, Bek se verá obligado a unirse a este último por motivos muy personales, y Horus quizá obtenga su venganza.
La trama pudo haber tenido potencial para contar una buena historia, y es ese quizá el único punto que tiene la película a su favor; pero esta trama es demasiado simple, pretenciosa, y no logra conectar con el espectador en ningún momento, lo cual hace que la película se sienta larga, cansada, y puede que en muchos puntos llegue a tornarse aburrida.
Lo previamente mencionado se debe a que el guion está muy mal elaborado y se siente en algunas ocasiones –en las pocas secuencias interesantes de la película– sumamente apresurado y en otras demasiado lento. La peor parte radica en el fallido intento de involucrar momentos de comicidad que no funcionan para nada. Debe mencionarse que, al momento de entrar a ver esta película, no tenía absolutamente ninguna expectativa; al salir del cine estas expectativas fueron llenadas, pero de la peor manera posible.
Los efectos visuales son demasiado exagerados, poco creíbles y no contienen ni la menor pizca de realismo, por lo cual incluso llegan a resultar cómicos en ciertas ocasiones. Aunque algunas de las criaturas míticas que aparecen se ven aterradoras, los efectos parecen salidos de una película de SyFy Channel, e incluso ciertas caracterizaciones y transformaciones lucen hasta ridículas. En ciertas secuencias pareciera que el presupuesto para efectos especiales se terminó (cuando vean la “sangre” de los Dioses sabrán a qué me refiero).
Las actuaciones dejan mucho que desear e incluso decepcionan. Viniendo de actores reconocidos como Geoffrey Rush (Piratas del Caribe), Gerard Butler (300) o Nikolaj-Coster Waldau (Mamá), se sienten acartonados y poco naturales a la hora de interpretar a sus personajes, lo cual provoca que el espectador no llegue a sentir ninguna empatía hacia sus personajes. Actuaciones catastróficamente peores vienen de los demás personajes, principalmente del actor que interpreta a Bek, quien no demuestra absolutamente ninguna emoción a lo largo de la película, ni siquiera en secuencias donde la muerte de seres amados se hace presente.
Despedazada por la crítica y recibida a secas por las audiencias alrededor del mundo, no me sorprendería que Dioses de Egipto encabece la lista de preferidas para los Premios Razzie de este año.
En fin, nos encontramos ante una película que no es recomendable ni para pasar el rato ni para gastar tiempo o dinero en ella, a pesar de ser entretenida por breves momentos, único motivo por el que la película obtiene la calificación indicada.
FICHA TÉCNICA
Título Original: Gods of Egypt
Director: Alex Proyas
Guión: Matt Sazama, Burk Sharpless
Elenco: Nikolaj Coster-Waldau, Gerard Butler, Brenton Thwaites, Chadwick Boseman, Elodie Yung.
Género: Aventura
Clasificación: B
Duración: 100 minutos
Calificación: 1 estrella (de 5).
SALVADOR VALVERADO
no olvidar carta magna y pedro infante