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La dermatitis es una enfermedad crónica de la piel que provoca inflamación o hipersensibilidad a causa de una alergia. Afecta principalmente a perros jóvenes, aunque también puede aparecer en adultos. El origen es desconocido; se estima que pueda existir un factor genético que lo predisponga.
La dermatitis atópica afecta a uno de cada 10 perros y su incidencia crece. En algunas razas especialmente predispuestas, como el West Highland White terrier, el bulldog francés o el shar pei, la prevalencia es todavía mayor y según algunos autores podría superar el 30 por ciento.
Se ha considerado la dermatitis atópica como una alergia frente a alérgenos ambientales, sobre todo ácaros del polvo o del almacenamiento de alimentos, pólenes, mohos y descamaciones cutáneas. Además, una tercera parte de los perros atópicos también son alérgicos a algún componente de la dieta (proteínas). Se han identificado dos mecanismos patogénicos principales de la dermatitis atópica: la hipersensibilidad frente a alérgenos ambientales y la disfunción de la barrera cutánea.
En el 75 por ciento de los casos los signos clínicos aparecen entre el primer y tercer año de vida, y la enfermedad suele persistir durante toda la vida del animal. En un porcentaje pequeño de los casos, inferior al 25 por ciento, es estacional y los signos clínicos aparecen únicamente durante unos meses del año, generalmente en primavera o verano.
El cuadro clínico se caracteriza por prurito intenso, en ocasiones antes incluso de la aparición de las primeras lesiones, y eritemas, máculas y pápulas en la cara, cara interna de los pabellones auriculares, cuello ventral, axilas, inglés, abdomen, periné, cara ventral de la cola, zonas de flexión de las extremidades y espacios interdigitales. Obviamente, no en todos los animales aparecen afectadas todas las regiones corporales mencionadas.
El diagnóstico de la dermatitis atópica es clínico. Es preciso, en primer lugar, descartar enfermedades pruriginosas parasitarias (sarna sarcóptica, demodicosis, pulgas) e infecciosas (foliculitis bacterianas).
Es necesario descartar también una posible alergia o intolerancia alimentarias. Para ello el paciente es alimentado de forma exclusiva con una dieta específica durante 8 semanas. Los perros atópicos deben recibir un tratamiento para eliminar endo y ectoparásitos de forma constante, dado que es bien conocido que la presencia de parásitos (sobre todo de pulgas) agrava el cuadro de la dermatitis atópica.
Los baños frecuentes (1-3 veces por semana, según los casos) ayuda mucho al control del proceso. Los baños ayudan a controlar infecciones secundarias (estafilococos, levaduras), eliminan alérgenos de la superficie cutánea y pueden tener (según el champú) efectos antiinflamatorios o antipruriginosos.
La alimentación de los perros atópicos, un componente esencial del programa de control, implica alimentar a tu perro solo con unos pocos ingredientes, como arroz o pollo cocido, y luego poco a poco ir añadiendo gradualmente más ingredientes, con esto se evalúa la reacción de la piel del perro a la dieta.
Una prueba intradérmica, mediante el cual se inyectan pequeñas cantidades de alérgenos de prueba en la piel del perro y habón (una protuberancia roja) que mide la respuesta, también se puede utilizar para identificar la causa de la reacción alérgica de tu mascota.
Una biopsia puede ser necesaria en casos extremos, aunque esto no suele ser necesario y rara vez se hace para diagnosticar los problemas de piel en perros.
No existe un tratamiento efectivo para la dermatitis atópica. Por ese motivo te daremos algunos consejos que puedes utilizar si tu perro sufre esta enfermedad:
- Evita pasear a tu perro a primera hora de la mañana y por la tarde, que es cuando hay una mayor acumulación de polen. A media mañana o por la noche son los momentos más indicados.
- Revisa la composición del alimento de tu perro y consulta a tu veterinario si es recomendable optar por un alimento de mejor calidad o de fabricación más natural. Los basados en arroz y pescado suelen ser los más recomendables para perros que sufren alergia. Las dietas caseras también son una excelente opción.
- Cepilla su pelo de forma diaria para prevenir la aparición de caspa en el perro, suciedad acumulada y polen.
- Barre diariamente para eliminar ácaros, pelo muerto, polvo y suciedad.
- Limpia de forma constante tu hogar con productos naturales que no puedan provocar alergia en el perro. Un ejemplo es limpiar con limón, aunque también se puede realizar con bicarbonato o vinagre.
- No utilices productos químicos para el cuidado de tu jardín.
- Utiliza algodón o telas de composición natural para tu perro. Evita la lana y las plumas.
Lo más importante es acudir al médico veterinario de tu confianza para llevar un estricto control.
Dra. Carmen Baez Ruiz
drabaez1@hotmail.es