XXVIII
XI SEMINARIO AMERICANO DE APICULTURA
Continuación…
Apiterapia, actualidad y perspectiva
Nos señala en su exposición el Dr. Roberto Bernal Méndez que, si observamos objetivamente las condiciones de salud en que vivimos, pese a una alimentación aparentemente suficiente y a una medicina cada vez más sofisticada, podemos constatar que los consultorios médicos están llenos de personas que se quejan de diversos trastornos relacionados con el estado físico. Por otra parte, las grandes enfermedades degenerativas como el reumatismo, problemas cardiovasculares y cánceres afectan cada día a un mayor número de individuos que cada vez son más jóvenes. Estos antecedentes hacen que lógicamente surjan interrogantes respecto a nuestro modo de vida. Entre los diversos factores que tienen una implicación directa entre la aparición de estos fenómenos ocupa un papel destacado nuestra alimentación, la cual puede resultar hoy en día cuantitativamente suficiente, pero también cualitativamente insuficiente; esto significa que en muchos casos sufrimos de una carencia alimenticia, pudiendo estar sobrealimentados, pero no nutridos. En muchos casos, el empleo de modernos métodos en la elaboración de alimentos hace que los mismos ya no nos aporten en cantidades suficientes los elementos que son esenciales para nuestra salud y que son llamados nutrimentos: vitaminas, minerales, aminoácidos y ácidos grasos esenciales.
La inclinación del hombre hacia el aprovechamiento de los productos naturales, especialmente de los derivados apícolas, ha resultado una opción inigualable para suplir las carencias en nutrimentos, o para ser empleados en el tratamiento de diversas afecciones, ya que los mismos constituyen verdaderos complejos nutritivos, ricos además en otras sustancias biológicamente activas.
La evolución y la afirmación de la Apiterapia desde hace varios años prueba que los resultados de las investigaciones científicas realizadas en este campo se integran perfectamente en la corriente internacional que tiende a promover el empleo y la valoración de los productos naturales en la esfera de la nutrición y la medicina humana y veterinaria, empleando éstos primordialmente con fines preventivos, buscando condiciones óptimas de salud.
La miel, conocida y utilizada desde que el hombre se irguió y dio sus primeros pasos, goza hoy en día de una gran reputación como producto natural beneficioso para la salud. En su compleja composición se han logrado identificar alrededor de 160 sustancias diferentes, pudiendo considerarse en ésta una mezcla compleja de azúcares, así como de otros compuestos minoritarios que le aportan sus cualidades biológicamente activas.
La miel constituye un excelente producto natural con múltiples acciones biológicas sobre el organismo, entre las que destacan su actividad energética, antiséptica, cicatrizante, tónica y relajante entre otras.
El propóleo ha sido empleado por la humanidad desde las más remotas fechas; no obstante, el estudio científico del mismo se inició alrededor de 50 años. Los numerosos y profundos estudios desarrollados más recientemente acerca de su composición han evidenciado el predominio de numerosos componentes de origen vegetal como ácido aromático, flavonoides y sustancias volátiles que aportan un gran número de acciones biológicas sobre el organismo, entre las que destacan su acción antiséptica, antioxidante, antiparasitaria, antinflamatoria, cicatrizante, antitumoral, radioprotectora e inmunoestimulante, entre otras.
Por otra parte, el polen recolectado por las abejas es el alimento más completo y valioso de la naturaleza. Este resulta un concentrado imprescindible para el organismo, con una gran cantidad de enzimas biológicamente activas, considerándose además el producto natural que más variedad de vitaminas aporta al ser consumido. Esta rica composición le confiere numerosas acciones biológicas como fortificantes y reconstituyentes, regulador hormonal e intestinal, antianémico, hipotensor, vaso protector, entre otras.
La experiencia de los años, a través de los cuales nos hemos beneficiado con productos de las colmenas, ha llevado a los apicultores e investigadores de varios países a efectuar de investigación para validar dichos productos en la producción de formas médicas, nutritivas y cosméticas utilizando la diversidad de sus cualidades.
Las propiedades antinflamatorias, descongestivas, cicatrizantes y biotríficas de la miel; los reconocidos efectos antisépticos, antioxidantes, cicatrizantes y reguladoras del polen y la jalea real, unidos a la actividad vasomotriz, antinflamatorias, gangliolítica del veneno de abeja, han permitido la incursión de los derivados apícolas en la terapéutica, en diversas esferas de la medicina como la oftalmológica, cardiovascular, genitourinaria, geriátrica, metabólica, entre otras, pudiendo elaborarse diferentes formas farmacéuticas donde son empleados éstos como principios activos, ya sea en forma de tinturas, lociones, tabletas, cápsulas, soluciones, homogenizados, ungüentos, pomadas inyectables, etc.
Excepto el veneno de abeja, el uso cosmético de los derivados apícolas se conoce desde hace mucho tiempo. Desde el comienzo de la farmacia, la cera ha sido aplicada como un componente para diferentes usos, principalmente para influir en la consistencia de los preparados cosméticos. La miel, en su forma pura o en su fracción aromática, y la jalea real han sido ampliamente utilizadas en diferentes aromas faciales, cremas y leches para el cuerpo. Aunque la aplicación cosmética del polen es limitada, el uso del propóleo es relativamente nuevo y se extiende su uso.
Desde el punto de vista de la industria de los cosméticos, los tipos de miel con una agradable esencia y ricas en componentes aromáticos son los favoritos. Por tanto, la miel o derivados de miel, o sus componentes por separado, pueden hacer que las fórmulas cosméticas tengan un olor agradable; además, a través de sus efectos antimicrobianos verificados, dependiendo de su contenido, los elementos volátiles de la miel pueden contribuir al efecto de una preparación dada.
La jalea real tiene un lugar estable en los cosméticos por contener elementos muy valiosos con efecto directo sobre la piel. Los datos empíricos y experimentales apuntan hacia su valor terapéutico en la seborrea y el acné, por no mencionar sus efectos favorables en los procesos de reparación y regeneración celular. Este producto es un ingrediente preferido en algunas cremas nocturnas para nutrir la piel.
A través de sus numerosos componentes de aceites etéreos y flavonoides, el propóleo muestra pronunciados efectos antinflamatorios, restauradores de células y estimulantes de bioproceso. Con la ayuda de apropiados extractos de propóleo y formas de aplicación pueden producirse valiosos productos que son mucho más que simples cosméticos.
Sólo las investigaciones de los últimos años han aclarado los efectos de los firosterofes, algunos de los cuales son las substancias efectivas del polen. Estos muestran un efecto normalizador en algunos procesos fisiológicos de la piel.
Para resumir el uso potencial de los productos apícolas en la cosmetología, podemos plantear que sus posibilidades de aplicación son prometedoras. Ellos amplían la variedad de cosméticos, y a través de sus propios efectos pueden convertirlos en cosméticos medicinales. A medida que avanzan las técnicas de fraccionamiento, los productos podrán ser aplicados no solo en su forma pura natural o de extracto, sino en fracciones especialmente purificadas; sus sustancias más efectivas pueden incluso componer una forma cosmética. Una mayor producción de propóleos, jalea real y tipos de mieles especiales para la cosmetología pueden ayudar a aumentar las ganancias de la explotación apícola, así como contribuir adicionalmente a la imagen popular y estimación moral de la Apicultura.
Ana María Aguiar de Peniche
Noé Antonio Peniche Patrón
Continuará la próxima semana…
