XI
ABEJA AFRICANA, LOQUE AMERICANA Y VARROA JACOBSONI EN YUCATÁN.
El proceso de africanización en Yucatán
La abeja africana (Apis mellifera adansoni o A. mellifera scutelata) fue traída a América en el año de 1957 por el Dr. Kerr, particularmente a la república de Brasil, y en ese mismo año aconteció el escape de enjambres, comenzando así la propagación de esta nueva raza, mucho más agresiva, mezclándose con las diversas razas europeas existentes, y dando lugar con ello al proceso en sí de la africanización de la apicultura en los países a los que llegaba.
En México se detectaron los primeros enjambres en el año de 1984, no queriendo decir con esto que fue en ese año su arribo, y en Yucatán se detectaron en el año de 1987; la diferencia del tiempo transcurrido desde que la abeja africana salió de Brasil hasta llegar hasta nuestros territorios nos permitió establecer programas de capacitación a los productores, para que estos supieran manejarla y aprovechar algunas de sus cualidades y convivir con ella. Fue así como el MVZ Eduardo Pérez Domínguez propuso a la Secretaría la creación del programa de Capacitación Directa, el cual consistía en la contratación, a través de convenios de participación con los productores, de 50 apicultores que fungieran como instructores, con la condición de que vivieran en sus comunidades de origen y que capacitaran en un período de 15 días a quince apicultores, siendo la duración del programa de 90 días hábiles. Cabe mencionar que a los instructores iniciales se les capacitó también durante 15 días en el manejo de la abeja africana, y el número inicial de ellos fue mucho mayor. Sin embargo, al término del periodo de instrucción se realizaba una selección, quedando solamente los más capacitados. El programa se realizó durante 3 años, dando por resultado que en el transcurso de esa práctica se logró la capacitación de la mayoría de los apicultores del estado
Todo lo anterior realizado, así como el hecho de que la abeja africanizada nunca se había enfrentado a un frente biológico de tal magnitud como el que existía en ese entonces en Yucatán, nos indica que el proceso de africanización en el estado no afectó tanto como en otros países, puesto que los índices de producción así nos lo demuestran, ya que ésta se mantuvo más alta o igual que en años anteriores, como se vio en el año de 1989, en que la captación de miel alcanzó la cifra récord de más de 16,000 toneladas.
Sin embargo, para conocer un verdadero control de la africanización no basta con programas de capacitación, sino también se necesitan verdaderos programas de mejoramiento genético. Por esto actualmente, después de rebasar los programas de capacitación, se establecen en el estado verdaderos programas de capacitación para la multiplicación del material genético europeo puro, que nos permita tener niveles de africanización manejables, ayudándonos mucho en esto la gran cultura apícola de nuestros productores, al igual que la asimilación de las enseñanzas anteriores. A cinco meses de haber iniciado el proceso de producción de reinas europeas puras obtenidas por inseminación instrumental, los resultados son halagadores, puesto que las perspectivas de 1998 son bajar los índices de africanización de los promedios actuales de alrededor del 75% a niveles de menos del 30%, aprovechando así las bondades de la abeja africana en los procesos de producción apícola estatal.
La Loque Americana en Yucatán
Esta enfermedad de origen bacteriano, sumamente difícil de erradicar y posiblemente la enfermedad de las abejas que más daños ha causado a nivel mundial, ha estado presente en el mundo y en nuestro estado desde que la apicultura comenzó. Sin embargo, a pesar de ello, sus presentaciones son cíclicas, y en este ir y venir de la enfermedad se conjugan varios factores en su presentación, entre ellos y para nuestro sentir, la antigüedad de los panales de cera el principal. Se presentó en forma violenta el año pasado, afectando alrededor de 60,000 colmenas en los municipios del centro del Estado. Colocando en cuarentena la zona, y procediendo a tratar las colmenas de forma inmediata con oxitetraciclina, se detuvo el problema, ya que desde esa fecha se han efectuado monitoreos constantes de la enfermedad en la zona afectada y se han realizado observaciones en forma directa en los apiarios, con pruebas de campo para detectar un posible brote y discutir las medidas apropiadas para su tratamiento, ya que actualmente, con las restricciones por parte del mercado europeo, principal comprador de nuestra miel, el uso de un antibiótico es arriesgado.
Ácaro Varroja jacobsoni en el estado de Yucatán
El MC Luis Medina Medina, del departamento de Apicultura de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Autónoma de Yucatán, y el MVZ Eduardo Pérez Domínguez, Coordinador Estatal del Programa Nacional para el Control de la Abeja Africana de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, nos presentan un reporte actualizado sobre distribución, frecuencia y niveles de infestación del ácaro Varroa jacobsoni en las colonias de abejas (Apis mellifera) del estado de Yucatán, todo esto producto del interés que la Universidad Autónoma de Yucatán y las autoridades del sector agropecuario le están prestando al problema.
La Varroasis de las abejas es causada por un externo conocido como Varroa jacobsoni, originalmente asociado a la abeja asiática Apis cerana en la cual no se observan problemas debido al reducido número de ácaros que se desarrollan dentro de estas colonias bajos niveles de infestación.
El contacto de Varroa jacobsoni con las abejas melíferas (Apis mellifera L.) se caracterizó principalmente por una rápida dispersión de la parasitosis, y actualmente se observa una amplia distribución entre los principales países productores de miel, con excepción de algunas regiones de Australia y Nueva Zelanda (Matheson, 1993; 1996).
En México, Varroa jacobsoni fue reportado oficialmente en mayo de 1992 en apiarios del estado de Veracruz, y en la actualidad se ha detectado en todo el territorio nacional con excepción de baja California Sur (Cajero, 1996).
En la península de Yucatán, Varroa jacobsoni fue diagnosticado en 1993 en el estado de Campeche, en 1994 en el estado de Yucatán, y en 1995 en el estado de Quintana Roo, lo que demuestra su rápida dispersión hacia áreas libres. (Cajero, 1996).
Los daños que este ácaro ha causado en la apicultura han sido más severos en las colonias establecidas en climas fríos y que cuentan con abejas de origen europeo. En algunos países de Europa se han registrado pérdidas de hasta el 90% cuando las colonias no reciben ningún tipo de tratamiento después de 2 a 4 años de iniciada la infestación (De Jong et al, 1982; 1984).
En Brasil, país que presenta un clima tropical y cuenta con abejas africanizadas, los niveles de infestación en las abejas adultas se han mantenido abajo del 3% (3 ácaros/100 abejas) y no representan ningún problema para la apicultura, por lo que los apicultores no utilizan ningún tipo de tratamiento (Moretto et al, 1995).
En el estado de Yucatán, los apicultores reportaron a inicios de 1996 una mortalidad de colonias que varió del 30 al 70%, la cual fue atribuida al ácaro Varroa jacobsoni, de reciente introducción en el estado. Sin embargo, no fue estudiada la distribución y frecuencia de esta parasitosis en las colonias de abejas, así como tampoco han sido evaluados los niveles de infestación.
Conocer la distribución y los niveles de infestación en las colonias de abejas es importante para establecer los medios de control. Conocer las áreas afectadas que presenten mayores niveles de infestación permitirá canalizar la asistencia técnica y capacitación a los apicultores.
Ana María Aguiar de Peniche
Noé Antonio Peniche Patrón
Continuará la próxima semana…