Un libro interesante
P R O E M I O
Los que acudieron al Lunes Rojo de fecha 25 de enero, habrán conocido las primeras páginas del “dietario” –por llamarlo así– que está ya en prensa y, debido a la pluma revolucionaria y entusiasta de Edmundo Bolio, narra los pasajes culminantes del Gran Líder Socialista de Yucatán FELIPE CARRILLO PUERTO.
Dicho libro será para los convencidos una reafirmación de los valores del Apóstol.
Y contendrá en sus páginas detalles que avaloran los inicios de su vida íntima y de su carrera pública.
Ahí las hadas del Destino señalaron su predestinación para conductor de muchedumbres proletarias.
Ahí palpita su sensibilidad de soñador ideal y su recio apasionamiento por los humildes y desposeídos.
También ahí asoman sus afanes de arte –como manifestara en ocasión solemne– un joven tribuno. Pues Carrillo Puerto amaba la Música, creía en la finalidad de la elocuencia y adoraba los ritmos de la palabra y del verso. Rabindranath Tagore era su poeta y pensador favorito; su obra taumatúrgica de Fakir de Ensueño y de Rischi de las viejas sabidurías hindúes, le era familiar.
Por eso el gran pensador argentino Ingenieros fue su amigo, y su correspondencia con él uno de los más valiosos documentos de sus horas de apogeo y de martirio.
La estirpe gloriosa que alzó Chichén Itzá, Mitra y Palenque, tuvo en él su más ferviente admirador, porque amaba a la Raza de Cobre con videncias de Iluminado y convencimientos de defensor de sus derechos y de su grandeza.
Por eso se afanó por labrar los nuevos Códices de la Verdad y de la Justicia para mejorar a esa Raza triste.
La energía de la Raza-vaciada en bronce perdurable se manifestó en seguimiento suyo cuando les enseñó –cual nuevo Moisés– las Tablas de la Ley, para su amparo y defensa.
EL DICTADOR DE BIENES, le llamó con frase acertada el Ing. don Ramón P. de Negri.
Y eso fue en realidad.
Fue el más inconmovible baluarte de la Raza del Mayab.
Pensaba con el Gran Sanjuanista, el ilustre Velázquez: “Que esos ‘pobres indios son la inmensa mayoría de los yucatecos; descienden de los primitivos dueños de la tierra’; y que les fueron usurpados sus derechos y fueron esclavizados so pretexto de religión, por lo que “entonces pueden y deben dar la ley en todo el país.”
Por eso, Carrillo Puerto pudo declarar a un periodista metropolitano: “Pienso firmemente que no soy el que está luchando por el Partido Socialista, sino la sangre de esa Raza que ha sido esclavizada por más de cuatrocientos años y es la injusticia la que, en este caso, pide que se le haga justicia.”
Nada más acertado que el estudio que dedica el compañero Bolio al Gran Líder.
El anecdotario de su juventud despertará recuerdos y entusiasmos entre sus viejos amigos y seguidores.
Aquella voz que en mala hora apagara la Muerte nos llamará de nuevo a coadyuvar con la obra redentora del Partido Socialista del Sureste, hoy jefaturado por otro Líder que ama a los humildes y es el compañero Bartolomé García Correa.
Sabemos que de esta casa saldrá en breve el buen libro a que aludimos, y que no nos cansaremos de recomendarlo a nuestros camaradas como bello homenaje y apoteosis al inolvidable Carrillo Puerto.
Ricardo Mimenza Castillo
Continuará la próxima semana…