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David Chacón, “Creando Espirales”

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Arte desde Guatemala

Rafael Quintana

En el corazón del istmo centroamericano, donde los volcanes perfilan el horizonte y el color parece brotar de la tierra misma, Guatemala vibra con una riqueza cultural que se manifiesta también en su arte. País de contrastes intensos y raíces ancestrales, ha visto surgir nombres ilustres como Carlos Mérida, Efraín Recinos o Roberto Cabrera, artistas que fundieron tradición, modernidad y alma en cada obra.

De ese mismo suelo fértil emerge la figura de David Amarú Pavel Roberto Chacón (Guatemala, 25 de noviembre de 1987), creador que lleva doce años explorando el mundo de las artes plásticas. Aunque su formación profesional lo llevó a graduarse como Administrador de Empresas y Mecánico Aeronáutico, fue el arte —como él mismo dice— lo que le permitió “ser más humano”.

Hoy, con treinta y siete años, David irradia una energía serena. Con mirada segura, sonrisa amplia, y voz que proyecta convicción, nos recibe para una entrevista donde el arte no solo se revela como oficio, sino como camino personal.

En cada trazo de David Chacón hay algo más que técnica: hay memoria, hay intuición, hay una búsqueda constante por traducir lo invisible. Su transición de los motores aeronáuticos al universo del arte no fue un salto al vacío, sino un aterrizaje hacia su verdadera esencia.

Todo comenzó con un cómic,” nos dice con una mezcla de nostalgia y gratitud. Aquel primer impulso estético, aparentemente casual, despertó su fascinación por las imágenes, las historias y los mundos posibles dentro del papel. Desde entonces, su trayecto ha sido una constante búsqueda de expresión. Desde murales hasta exposiciones personales, su obra se ha ido nutriendo del contexto guatemalteco y de su propio universo interior.

Guatemala, con su historia profunda y su belleza contradictoria, le ha dado un lenguaje visual con el que ha aprendido a narrarse a sí mismo y al mundo. En un país donde lo ancestral dialoga con lo contemporáneo, donde los muros hablan con murales, y el color nunca se esconde, David ha encontrado no solo inspiración, sino también pertenencia.

Adentrémonos en la historia de este creador que, en un país de colores intensos y contrastes profundos, ha encontrado en la pintura no solo una forma de expresión, sino una vía para explorar su humanidad.

¿Recuerdas el momento en que descubriste tu pasión por el arte? ¿Cómo empezó tu camino como artista?

Comenzó en el momento en el que internet llegó al trabajo de mi papá. Él llevaba impresiones de personajes de cómic y eso inició una fascinación por crear…

¿Tuviste formación académica en arte o eres autodidacta?

Soy autodidacta en el sentido que no he seguido mis estudios en una academia. He recibido clases presenciales y de manera virtual, utilizando plataformas de formación en línea.

¿Quiénes han sido tus mayores influencias o referentes artísticos?

Es difícil condensarlo, pero los artistas que forman parte de mi identidad de manera consciente son Efraín Recinos, Roberto González Goyri, Remedios Varo, Alex Grey, Alex Ross, James Jean, para resumirlo en grandes rasgos.

Has trabajado en dibujo, murales y tatuajes, ¿qué te atrae de cada una de estas disciplinas?

Me atrae que son tan diferentes, pero todas construyen habilidades que ayudan en las otras. Hacer murales utiliza la decisión del tatuaje y requiere diagramación de fine art. Me siento muy dichoso de poderme desarrollar en cada uno de los medios que puedo.

¿Tienes una técnica favorita o un material con el que te sientas más cómodo trabajando?

Me siento más cómodo trabajando con acrílico y acuarela, los he trabajado por tiempo y se pueden corregir. También me gusta sentirme incómodo al crear, sentirme retado por una pieza. Cada técnica tiene su belleza.

¿Cómo eliges los temas o las emociones que plasmas en tu obra?

La temática está muy pegada a mi desarrollo como ser humano. Tomo inspiración de cosas que me afectan profundamente, o de situaciones que he logrado sanar. Mis conflictos y sus resoluciones se me hacen inevitables en mi temática.

¿Podrías contarnos sobre una obra en particular que haya sido un reto o que tenga un significado especial para ti?

El reto siempre está en la obra que se está trabajando, en resolver ese sentimiento para permitirle que se plasme. Una de las obras que me marcaron fue la de grabado para la exposición internacional llamada “Hambre”: me hizo confrontarme con recuerdos de hambre y ausencia que tuve al crecer.

¿Cómo influye la cultura guatemalteca en tu trabajo? ¿Hay elementos o símbolos recurrentes que uses?

Influye desde el punto de vista personal. Hay mitología que utilizo de manera inconsciente. Como todas las culturas mesoamericanas, le asigno vida a lo inanimado, rindo homenaje a la naturaleza, y los nahuales se cuelan en mi simbología para ayudarme a expresar lo que siento. La mayoría de veces es inconsciente.

En un país con tanta riqueza artística, ¿cómo ves el panorama del arte actualmente en Guatemala?

Llevo poco más de un año incursionando de manera activa en la escena del arte guatemalteco. Observo que el talento que hay aquí es desbordante. He encontrado mucha inspiración en mis colegas y sus historias. Sin embargo, considero que el efecto de comercializar el arte, y de generar espacios dignos para que los artistas puedan subsistir de su talento, todavía está en etapa de desarrollo.

¿Qué opinas sobre el reconocimiento y el apoyo a los artistas en el país?

El reconocimiento que existe es por emprendimientos privados que buscan ayudar a los artistas o comercializar su arte. He trabajado con proyectos municipales y me he dado cuenta que el presupuesto no contempla comercialización o remuneración para los artistas participantes. Considero que los mismos artistas han hecho un trabajo extraordinario para que los espacios que existen se mantengan activos.

¿Qué significa para ti trabajar en gran formato, en murales? ¿Cómo es la experiencia de transformar espacios con arte?

Es una de las expresiones que más disfruto justo por eso: porque esa historia que cuento con mis personajes cobra vida en los ojos de los vecinos del lugar en su camino al trabajo, la escuela, etc. Me hace sentir como parte del esfuerzo de la ciudad por mejorar. Ser parte de los colores que alegran a mis conciudadanos.

En cuanto a los tatuajes, ¿qué te motivó a incursionar en esta forma de arte corporal? ¿Cómo es el proceso de colaborar con alguien en un diseño tan personal?

Del tatuaje me llama lo trascendente de la pieza. Es la culminación de una idea para alguien y esa idea le acompañará por toda esta existencia. De todos los que practico, es el más difícil, en principio porque no depende todo de mí y el trabajo es complacer la idea de alguien ajeno. Allí está su belleza y la razón por la que lo sigo haciendo.

¿Qué mensaje buscas transmitir con tu arte?

Busco contar historias, las que me fascinan al conocerlas, y las que me ha tocado vivir; busco compartir mis victorias, enseñar de mis errores e intrigar al espectador con lo que me ha fascinado.

¿Cómo ha cambiado tu estilo o tu visión artística a lo largo de los años?

Al igual que con mi desarrollo personal, me he desprendido un poco del concepto de que la belleza es perfección. He aprendido a valorar más la intención y la idea, más que de los detalles técnicos. También me he inclinado más hacia el lado de transmitir una historia profunda en una estética que me emocione, no tanto imitar una imagen que me parece bella.

¿Tienes algún proyecto o sueño pendiente que te gustaría realizar?

Mi sueño es trabajar en proyectos de gigantografía, crecer en los espacios que sostienen mi arte. Quiero exponer internacionalmente y darme a conocer lejos, donde mis ideas sean ajenas y familiares…

¿Qué consejo darías a los jóvenes artistas que quieren dedicarse a esto?

Tengan paciencia y ténganlo a su arte. Busquen otro ingreso para producir lo que aman, sin sacrificar su criterio o desarrollo por subsistir. Crezcan, estudien y salgan de su zona de confort tantas veces como puedan. Allí está el crecimiento.

¿Qué opinas del arte mexicano?

El arte mexicano me marcó. Mi primer viaje a CDMX fue específicamente para visitar museos. Me inspiré en el Museo de Antropología, el de Arte Moderno, la antigua casa de Diego Rivera, la Casa Azul, los murales de Siqueiros, etc. El arte mexicano me sigue inspirando hoy, ya que tanto en arte corporal como muralismo tienen un nivel tan alto y se siente tan cercano a mis raíces. Ojalá me lleven a hacer murales a CDMX o Nicaragua, sería un sueño.

¿Tu mensaje para el público lector?

Quiero expresar mi agradecimiento por este espacio. Ante tus ojos, las señales divinas están en todas partes. Hay mucha vida buscando conectar contigo. Eso vale más que los problemas cotidianos. Hay algo más grande esperando tu atención.

Al cerrar esta entrevista, queda claro que, más allá del título de artista plástico, David Chacón es un explorador del alma. Lo define también: se trata de “Crear Espirales”.

Redes del artista

Instagram:

https://www.instagram.com/darveo?igsh=MTBzN3BrcW11MGxmdw==

Facebook:

https://www.facebook.com/share/163CSAA9Gc/

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