Editorial
Crece El Escudo
Aunque se reconoce oficialmente que los cuerpos policíacos requieren todavía de una capacitación profesional más consistente y completa, el gobierno de la entidad les ha hecho entrega de más de trescientas unidades vehiculares con las que se asegura darán seguridad plena a los habitantes de las comunidades yucatecas y a los visitantes que en forma creciente acuden al Estado para conocernos, consumir y promovernos en sus lugares de origen como un estado ideal para pasear o vivir.
Esta información oficial se pone en conocimiento de la sociedad para los fines de que se cuente con los datos correspondientes. De inicio, la operación de tales vehículos motivará onerosos gastos al estado y las comunidades beneficiadas, tanto por el consumo de gasolina, lubricantes, gastos de mantenimiento, operación y seguros, así como por las nuevas plazas que esta decisión conlleva, y por las prestaciones a que todo trabajador del estado tiene justo derecho.
Que se sepa, hasta el momento aún no hay detalles sobre las funciones nuevas que los agentes adscritos y las unidades vehiculares a su cargo habrán de cumplir, bien como fuerza disuasiva de conflictos, preventiva o represiva.
Recordemos que, por lo menos en los treinta días anteriores, las fuerzas públicas han creado problemas sociales en comunidades, no soluciones. Invasiones de domicilio, detenciones de menores de edad, violencia innecesaria, son solamente algunos ejemplos reseñados en los medios de comunicación, a los que hay que agregar el incremento de retenes de revisión ante los cuales cualquier conductor o vehículo son culpables o sospechosos hasta que demuestren lo contrario.
Se anuncia que estas acciones son parte del programa “Escudo”, cuyo financiamiento a largo plazo está por aprobarse por el sistema de licitaciones con bancos. Tal vez con su implementación al 100% este escudo vigilante opere sin tanta presión sobre una ciudadanía que conoce el nombre del proyecto, mas no todos sus alcances y objetivos a lograr.
Se acepta y aplaude toda acción preventiva, pero de éstas hay que eliminar el acoso, la improvisación y las acciones fuera del contexto propuesto. Las garantías de tranquilidad mental y sicológica, socialmente compartidas, serán siempre bienvenidas.
Esto ha sido así de tiempo atrás, sin tanto vehículo, personal, movilizaciones, declaraciones, etc. La diferencia en estos momentos son los cientos de millones de pesos erogados y el creciente gasto en adquisiciones, operación y sueldos.
La sociedad estará al pendiente del desarrollo de acontecimientos futuros para normar sus criterios.