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Coronavirus

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Los coronavirus son una familia de virus que se descubrió en la década de los años 60, pero cuyo origen es todavía desconocido. Sus diferentes tipos provocan diferentes enfermedades, desde un resfriado hasta un síndrome respiratorio grave (una forma grave de neumonía).

Son un grupo extenso de virus y se llaman así por sus puntas en forma de corona en la superficie del virus.​ Algunos coronavirus solo afectan a los animales, pero otros también pueden afectar a los humanos.​ La mayoría de las personas se infectan con estos virus en algún momento de su vida.

Los coronavirus fueron descritos por primera vez en la década de 1960 en las cavidades nasales de pacientes con un resfriado común. Estos virus fueron nombrados posteriormente coronavirus humano 229E y OC43 de coronavirus humano. Otros dos miembros de esta familia han sido identificados (HCoV NL63 en 2004 y HKU1 en 2005) y han estado en infecciones más graves del sistema respiratorio

El ancestro común más reciente del coronavirus se ha encontrado en el siglo IX a. C. Estudios realizados durante 1990 lograron datar los ancestros comunes más recientes de los géneros:

Betacoronavirus: 3300 a. C.

Deltacoronavirus: 3000 a. C.

Gammacoronavirus: 2800 a. C.

Alphacoronavirus: 2400 a. C.

De acuerdo a estos estudios, en ese entonces el factor principal de la fuente del coronavirus era la sangre caliente, particularmente de los murciélagos y pájaros. El coronavirus bovino se separó de la especie equina coronavirus al final del siglo XVIII. El coronavirus bovino y el coronavirus humano OC43 se separaron en 1899. Otra estimación sugiere que el coronavirus humano OC43 divergió del coronavirus bovino en 1890. El coronavirus bovino y el canino respiratorio con el coronavirus divergieron de un ancestro común en 1951. El ancestro común más reciente del coronavirus humano OC43 ha sido fechado en la década de 1950. El síndrome respiratorio coronavirus de Oriente Medio, aunque relacionado con varias especies de murciélagos, parece haber divergido de estos hace varios siglos. El coronavirus de murciélago está más estrechamente relacionado con el coronavirus del SARS, del que se separó en 1986.

Hasta la fecha se han registrado treinta y nueve especies de coronavirus. Varias especies son de reciente investigación debido a que varias cepas particulares no habían sido identificadas previamente en humanos. Existe poca información sobre la transmisión, gravedad e impacto clínico, y no existen tratamientos aprobados hasta la fecha;​ sin embargo, se pueden tratar varios de los síntomas, y las opciones terapéuticas dependen del estado clínico de cada paciente.

Con el desarrollo de una prueba de diagnóstico de PCR (reacción en cadena de la polimerasa) específica se ha detectado la infección por el coronavirus de Wuhan (2019-nCoV), causante de una epidemia de neumonía en 2019-2020.

Los coronavirus se transmiten de forma limitada entre humanos, pero hasta la fecha se desconoce el origen de estos virus. En todo caso, se sabe que ciertos animales, como los murciélagos, actúan como reservorios. Cuando se transmiten en humanos, el contagio se produce generalmente por vía respiratoria, a través de las gotitas respiratorias que las personas producen cuando tosen, estornudan o al hablar. Los coronavirus también pueden aparecer en animales. Algunos de los más frecuentes son el coronavirus canino y el felino.

Todo parece indicar que el nuevo coronavirus, 2019nCoV, también conocido como coronavirus de Wuhan, tiene una procedencia animal. De hecho, los primeros casos se han relacionado con un mercado de animales vivos de la ciudad de Wuhan, en China, y muestra una secuencia genética que coincide con la del SRAS en un 80 por ciento. No obstante, en un principio parece menos virulento y con una mortalidad significativamente inferior.

En cuanto al MERS, es probable que los camellos sean un importante reservorio para este tipo de coronavirus y una fuente animal de infección en los seres humanos, como especifica la Organización Mundial de la Salud en su nota descriptiva sobre la enfermedad. Sin embargo, se desconoce la función específica de los camellos en la transmisión del virus y también la ruta o rutas exactas de transmisión. El coronavirus MERS-CoV es un virus zoonótico que se transmite de animales a personas. Según se desprende del análisis de varios de sus genomas, se cree que el virus se originó en murciélagos y se transmitió a los camellos en algún momento de un pasado lejano.

Se cree que el coronavirus del SRAS tuvo su origen en los murciélagos, saltando posteriormente a alguna otra especie de pequeño mamífero, como la civeta, y por último a los humanos.

En los últimos años se han descrito tres brotes epidémicos importantes causados por coronavirus:

SRAS-CoV – El síndrome respiratorio agudo y grave (SRAS, también conocido como SARS y SRAG) se inició en noviembre de 2002 en China, afectó a más de 8 mil personas en 37 países y provocó más de 700 muertes. La mortalidad del SRAS-Cov se ha cifrado en el 10 por ciento aproximadamente.

MERS-CoV – El coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) fue detectado por primera vez en 2012 en Arabia Saudita. Se han notificado hasta octubre de 2019 más de 2 mil 400 casos de infección en distintos países, con más de 800 muertes. La letalidad es, por tanto, del 35por ciento.

2019nCoV – A finales de diciembre de 2019 se notificaron los primeros casos de un nuevo brote de coronavirus en la ciudad de Wuhan (China). Desde entonces el goteo de nuevos infectados ha sido continuo, se han producido varias muertes y se ha confirmado que este coronavirus se transmite no solo de los animales a las personas, sino de humano a humano. No parece tan grave como el SRAS ni tan letal como el MERS, pero no deja de ser peligroso.

Estos tres coronavirus vienen directamente de los animales —aves, animales de granja e incluso especies salvajes— que están en el entorno humano, y sirven como medio de cultivo. Esos virus se han especializado en hacer cambios genéticos (mutaciones) en esas especies cercanas al hombre, lo que les proporciona una mayor eficacia cuando se transmiten a los humanos.

En Asia, y concretamente en China, suele haber grandes mercados de aves, peces, pequeños mamíferos y otros animales vivos, lo que constituye un buen caldo de cultivo para la transmisión de virus como los coronavirus. En Europa no hay tantos mercados con animales vivos. Al menos, no son mercados extensos en grandes poblaciones, y los que hay están más controlados.

Hasta la fecha no se dispone de vacuna alguna ni de tratamiento específico para combatir la infección por coronavirus.

Mantener una higiene básica es la forma más eficaz de evitar contraer este virus en los lugares en los que existe un mayor riesgo de transmisión, fundamentalmente las zonas del planeta en las que se han registrado casos. Es conveniente lavarse las manos con frecuencia y evitar el contacto con personas ya infectadas, protegiendo especialmente ojos, nariz y boca. A quienes puedan estar en contacto con posibles afectados se les aconseja el uso de mascarillas y usar pañuelos para cubrirse la nariz y la boca cuando se tose o se estornuda

Cuando surgió el MERS-Cov se informó que los productos de origen animal debidamente procesados por cocción o pasteurización no suponen ningún riesgo de infección, pero deben manipularse con cuidado para evitar que se contaminen por contacto con productos crudos. La carne y la leche de camello pueden seguir consumiéndose tras la pasteurización, cocción u otros tratamientos por calor; sin embargo, su consumo crudo debe descartarse.

Estas precauciones deben seguirlas especialmente aquellas personas que padezcan diabetes, insuficiencia renal, neumopatía crónica o inmunodepresión, ya que tienen más riesgo de padecer enfermedad grave en caso de infección por coronavirus.

Aún no se sabe exactamente lo eficaz que es el nuevo coronavirus al transmitirse, pero sí se ha confirmado que se transmite entre humanos y probablemente por vía respiratoria, de forma similar a la gripe. El brote actual causa neumonía, aunque también hay casos de infección respiratoria más leve. Se trata de una enfermedad emergente que, hasta el momento, no parece comportarse de manera grave. Asimismo, no se trata de una crisis epidémica por enfermedad de alto impacto (considerando virulencia y letalidad).

De acuerdo con la Dirección General de Epidemiología, para evitar contagios, en caso de realizar viajes a China, las personas deben cumplir con las medidas de prevención, que incluyen lo siguiente:

1.- Lavar frecuentemente las manos con agua y jabón

2.- Consumir alimentos que estén bien cocidos

3.- Siempre tomar agua embotellada o potable

4.- Evitar lugares concurridos

5.- Evitar el contacto con animales vivos o muertos

6.- Evitar el consumo de carne cruda

7.- Omitir el contacto con personas enfermas

Para la población que permanece en México, se recomienda informar al personal de salud sobre cualquier posible contacto.

Dra. Carmen Báez Ruiz

drabaez1@hotmail.es

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