Literatura
“Compañeros Todos”, de Adán Echeverría
Este es el segundo libro de Adán que leo y debo comenzar dejando en claro que son evidentes los esfuerzos de su autor por dejarnos una lección – una moraleja – a través de sus palabras, las cuales han adquirido mucha mayor madurez y, también, complejidad.
En “El Orgasmo de los Ídolos” Adán privilegió lo breve y directo, a mi parecer porque estaba desarrollando las herramientas que ahora aprecio en “Compañeros Todos”: una prosa feroz, a menudo confusa, pero siempre vigorosa y, sobre todo, implacable y desgarrada.
El libro consta de 14 cuentos, divididos simétricamente en cantidad en las secciones “Femenité” y “Ciudadanizarse”. Aquellos hablan de diferentes situaciones – cada una más complicada que la anterior – en las que las protagonistas son mujeres que sufren algún tipo de manía o persecución; estos hablan de diversas manifestaciones de hombres que ejercen de alguna manera su libertad, interactuando con mujeres complicadas, todos con consecuencias no precisamente afortunadas.
Dicen algunos que los escritores hablan en sus relatos de aquello que ellos viven, que se nutren de aquello que les sucede. De ser así, y a juzgar por los pocos retazos de vida que conocemos del autor, esto también se cumple en su caso. Queda claro a través de sus letras que las mujeres son personajes complejos, y Adán nos presenta en sus relatos diferentes personalidades de ellas, diferentes facetas, aunque todas con un elemento común: todas son – o han sido – desgraciadas. Los personajes masculinos – ¿reflejos de la experiencia? – cometen errores comunes y tampoco tienen un final feliz.
Hay algo que también se percibe en este libro de Adán: hizo un esfuerzo consciente para ser más extenso de lo que normalmente es, y aquí es en donde me parece que el libro falla un poco. Si bien nos conduce adecuadamente al desenlace de la historia, en ocasiones sus palabras, y el hilo de la trama, se tornan confusos y difíciles de seguir.
Adán es un asiduo colaborador en nuestro Diario del Sureste, y sus historias cortas son apreciadas no únicamente por nosotros que colaboramos junto con él, sino por muchos de nuestros lectores que lo siguen semana tras semana. Al comparar estas historias con las de “Compañeros Todos” se observa inmediatamente la extensión adicional que abarcó. Esfuerzo plausible a todas luces, y tal vez efectuado a sabiendas de que el cuento corto lo domina a la perfección.
Este es el único pero que encontré en su libro.
Al finalizar su lectura me surgió una pregunta que quisiera compartir con él: ¿cómo resultaría un cuento cómico de Adán? Si es cierto lo de los clichés, entonces también podría ser cierto que por sus vivencias podría escribir una magnífica comedia, puesto que el sarcasmo y el humor negro también parecen dársele muy bien.
Así pues, estimado Adán, ¿qué tal una comedia?
Recientemente avecindado en Morelia por motivos de trabajo, Adán es una pluma honesta entre tantos que se enamoran de sus propios textos, narcisistas que se abanican con los presupuestos y regalos de las secretarías. Él no lo es, él ha picado – y continúa – picando piedra. Tan solo por esa autenticidad y esfuerzo le lleva un buen trecho de ventaja a muchos de los otros “escritores” yucatecos.
“Compañeros Todos” es un buen libro y una magnífica adición para cualquier biblioteca.
Que se te cumpla, Adán: que Morelia pronto reconozca que un talento de las letras yucatecas les ha llegado, y que el éxito te acompañe.
Gerardo Saviola