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Cápsulas sobre el Amor y el Sexo en la Historia y el Presente

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Dr. José Ochoa Quintana

Historia. En Sumeria (ubicada en Mesopotamia y considerada la primera civilización del mundo), se adoraba, hace más de 5000 años, a la Diosa Innana, la Diosa del Amor, la Gran Prostituta, para la cual la cópula era un acto más trascendente que la mera necesidad carnal de perpetuar la especie. Uno de los rituales más importantes que tenía lugar una vez al año era el akitu, en el que el soberano tenía relaciones sexuales con una sacerdotisa, representante de las Diosas; se suponía que mágicamente el rey recibía una transformación divina de su poder y fertilidad.

MITOLOGÍA. En Chipre, Mirra o Esmirna, hija del rey Ciniras, en un acto de amor hacia su padre y en la oscuridad de la noche, entra furtivamente en su lecho y comete INCESTO con él, sin que el padre se percatara que era con su hija con quien se unía; horrorizado el rey, al saber que de esa unión su hijo también sería su nieto, la persigue para matarla, pero Afrodita la Diosa del Amor la protege, mudándola en árbol de mirra. El hijo que nace de esa unión es Adonis o Cupido.

GRECIA. Zeus fue un Dios muy humano al que le gustaba practicar la SEDUCCIÓN y así disfrutar de las mortales más hermosas, por lo cual inventaba los trucos más ingeniosos y encontrarse con sus amantes: a Europa se presentó con forma de hermoso toro; a Leda bajo la forma de un cisne; a Dánae con forma de lluvia de oro; a Antíope como un sátiro; a Alcmena se le presentó como su marido, con la cual procreó a Hércules (por cierto, el marido se llamaba Anfictión, del cual viene la palabra ANFITRIÓN. ¡Me gusta ser buen anfitrión!, dicen algunos). Por supuesto que la Diosa Hera, la esposa, siempre, como todas las esposas, intentaba por todos los medios impedir sus encuentros e ideaba crueles venganzas. Así, existe una compleja mitología de seducciones de Zeus. Lo mismo hacía el Dios Pan itifálico, hijo de Dionisio, el Dios del Vino, que se convierte después en el diablo cristiano.

Durante un banquete en el Olimpo, la Diosa de la DISCORDIA no había sido invitada; sin embargo, se presentó y solo dijo que iba a dejar su regalo, el cual puso sobre la mesa, diciendo que era para la más bella, y se retiró; era una manzana de oro, la “manzana de la discordia”. Al punto se lanzaron sobre ella Hera, la esposa y hermana de Zeus, Palas Atenea, la Diosa de la Sabiduría, y Afrodita, la Diosa del amor y la belleza; al discutir optaron porque Zeus decidiera quién era la más bella, pero éste, para no meterse en líos, dijo que mejor ellas lo decidieran, por lo cual prefirieron que un mortal fuera el que juzgara cual era la más bella, lo eligieron y le tocó a un pastor, Paris, quien dijo que estaba dispuesto a hacer la tarea. Hera le mostró sus cualidades como esposa del Dios máximo; Palas Atenea le mencionó que la sabiduría era lo más importante en la vida del hombre, y Afrodita le hizo ver lo importante que es el amor. Como no lograba un veredicto optó por pedirles que para ver quién era la más bella, ¡pues que se desnuden!; al punto se retiraron Palas Atenea y Hera, pero Afrodita con gusto lo hizo, al parecer así se encontraba más a gusto, y por supuesto que ganó la manzana de oro. Como recompensa prometió al pastor que poseería a la mujer más bella y hermosa; era Helena, solo que estaba casada con Menelao. Al conocerse, se fugan a Troya, lo que origina la guerra, terminando con la tragedia de aquel reino, con todo y el Caballo de Troya.

Entre los aztecas, la mitología narra el ADULTERIO SAGRADO. En Tamoanchán, paraíso mítico de los aztecas, existía un gran árbol florido del que si alguien tocaba sus hojas o flores le convertía en un fiel enamorado; pero estaba prohibido cortarlas. Sin embargo, desde que el Dios Tezcatlipoca vio a la Diosa Xochiquetzal, ESPOSA DEL DIOS TLALOC, consideró que era la más bella y que tenía que poseerla; LA SEDUJO y no le importó trasgredir la prohibición, cortando las flores del árbol. Este se rompió y comenzó a sangrar, por ello les arrojaron de Tamoanchán, de los Cielos, cayendo a la Tierra, junto con algunos Dioses más.

En la mitología mesoamericana, tanto al hombre como a la mujer se les crea al mismo tiempo, ya fuera a partir del maíz, como lo relata el Popol Vuh, o en la mitología nahoa por los huesos extraídos del Inframundo, molidos, y fecundados por Quetzalcóatl.

Sin embargo, en otras mitologías el origen del hombre es narrado de otras maneras. En la mitología hindú el Dios artesano Tvashtri creó a la mujer: para ello tomó la ligereza de la hoja y la elegancia del cervato, el regocijo de los rayos del sol y las lágrimas de la bruma; la inconsistencia del viento y la timidez de la liebre; la vanidad del pavo real y la suavidad del cuello de la golondrina. Le añadió la dureza del diamante, el dulce sabor de la miel, la crueldad del tigre, la calidez del fuego, y el frío de la nieve; y a esto, sumó el arrullo de la paloma y el cotorreo del arrendajo. Mezcló todos estos elementos y dio forma a una mujer.

No hay nada más exquisito que una mujer dispuesta a deleitar con su cuerpo, ya que su papel es fundamental a la hora de hacer el amor, contribuyendo a que ella misma y su amante asciendan a las cumbres del placer.

En la mitología griega, Zeus ordenó a Hefesto que con barro y agua hiciera una mujer, tan bella como una Diosa. Cuando estuvo lista, Atenea la adornó y la enseñó a tejer; Afrodita le confirió gracia y pasión; Las Gracias y Peito, divinidad de la Persuasión, la coronaron con cintas de oro y las Horas con flores de la primavera, mientras que Hermes puso en su corazón palabras falsas y capciosas. Zeus la bautizó con el nombre de Pandora, pues había sido creada con todos los dones de los dioses, y envió a Epimeteo, quien encantado por su belleza se enamoró de ella y la condujo a los hombres. Es a causa de Pandora que la humanidad habría de sufrir grandes males, pues ella fue quien destapó una vasija que contenía todas las calamidades del mundo. En el último momento, Pandora volvió a tapar la vasija en cuyo interior sólo quedó la esperanza. Así los hombres, que hasta entonces había vivido sin dolor, enfermedades y muerte, fueron condenados a la eterna infelicidad.

LA CREACIÓN DE LA HUMANIDAD EN EL MUNDO JUDÍO. En el Alfabeto de Ben-Sirah, del siglo II a. C., se dice que la mujer ha sido creada dos veces. La primera pareja humana había sido formada por Adán y Lilith, según un proyecto del Creador, donde cabía igualdad de derechos entre el hombre y la mujer; creados iguales, se disputan la supremacía: Adán quiere ser el amo y Lilith se opone a ello. Para hacer valer sus derechos, llega a invocar el Nombre de Dios, trasgrediendo el primer mandamiento; entonces recibe alas y vuela fuera del jardín del Edén. Desesperado, Adán suplica a Dios que se la devuelva. Éste, emocionado por las lágrimas de su creatura, manda tres ángeles para encontrarla y persuadirla de volver con su marido, pero no logran convencerla. Lilith se une a Samael, el amo de los Ángeles Caídos y sigue su destino con un pacto negociado con Dios, análogo a la “Alianza”, que también compromete a todo un pueblo. Aparece así una complementariedad contradictoria: la bruja y la santa.

HEBREOS. La leyenda de la primera historia sigue con los celos de Lilith hacia Eva, que ha tomado su lugar como esposa de Adán. Eva ignoraba el pasado de su marido con Lilith; por ello ésta, disfrazada de serpiente, logra engañarla. Lilith no siempre es mala, pues llega a recompensar generosamente a los hombres de calidad. Es la mujer que se niega a someterse, mientras que Eva es producto del esquema ejemplar masculino.

En el relato del Paraíso Terrenal, Dios pone en el centro del Paraíso el Árbol del Conocimiento de lo provechoso y lo perjudicial; su papel es esencial en el relato del pecado, porque el conocimiento es tabú, y el pecado original es la trasgresión de este tabú. Dios le dice: “Puedes comer de todos los árboles del jardín, salvo del Árbol del Conocimiento de lo provechoso y de lo perjudicial; si lo haces, morirás.” Por haber trasgredido ese tabú, el Dios Yahvé dice a la mujer: “Aumentaré tus labores y parirás en el dolor; la pasión te atraerá hacia tu esposo y él te dominará.” Y dijo al Hombre: “La tierra está maldita por tu causa, sacarás de ella tu alimento, con tu esfuerzo, y volverás a la tierra de la cual has salido. Polvo fuiste y al polvo volverás,” lo que se recuerda el Miércoles de Ceniza. El pensamiento judeocristiano designa con el nombre de pecado original la “falta” cometida por Adán y Eva y de la cual, según dicen, todo ser humano es culpable al nacer. El pecado fundador tiene como principal responsable a la mujer, Eva. La serpiente sería el Demonio.

En la cultura judeocristiana la mujer tiene un feo defecto: la curiosidad, quiere probar el fruto prohibido. Así es como la mujer merece la condición inferior a la cual le condena la sociedad clerical. Pasarán siglos antes de que le otorguen un alma; otros tantos siglos para volverla ciudadana. El hombre no es curioso, sabe lo suficiente para no ceder a la curiosidad; cedió ante la mujer, ante la seducción. La curiosidad es poco sana, el deseo de saber conduce al desastre; éste es el mensaje, la mujer sería aquélla que quiere saber, el hombre es el ser que no hace preguntas. Y se afirma: es sano y santo no saber.

En ninguna parte de la Biblia se habla de las relaciones sexuales como algo malo, como si fuera la causa de una ruptura del orden creado, como pretende la Iglesia Católica. La sexualidad humana se debe a la palabra y obra de Dios, pues es bueno hacer el amor, incluyendo el sexo, y disfrutarlo conscientemente; es, entre otras cosas, lo que nos diferencia de los animales. Nuestro cuerpo hay que utilizarlo en forma sana y adecuada, sin hacer daño a nadie, y con amor. También en ese libro se relata cómo el rey David cuando era anciano se acostaba con varias mujeres jóvenes, “para que le calentaran” y no muriese de frío.

Consecuencia de la creencia en el pecado de Adán y Eva es que hay grupos en la religión judía a quienes solamente les es permitido tener relaciones sexuales con una sábana interpuesta entre los cuerpos y con sólo una pequeña abertura para que puedan acoplarse.

Los íncubos son demonios legendarios de la Edad Media que durante el sueño gustan poseer carnalmente a mujeres hermosas. Los súcubos son diablesas hermosas, atractivas, de gran belleza y sensualidad que también durante el sueño seducen a los hombres y se acuestan con ellos. Muchas damas justificaban su virginidad perdida en lances amorosos diciendo que lo que seguramente había pasado era que un íncubo había llegado a su cama alguna noche.

Entre los mayas existe la Xtabay, de la cual se cree que es un espíritu malo en forma de hermosa mujer que se les aparece a los trasnochadores, los induce a abrazarla, los vuelve locos y los puede hasta matar.

Los aztecas veneraban a la Diosa del Amor, Tlazoltéotl, la cual era una Diosa muy bonita pues despertaba la lujuria y los malos amores, pero también tenía la facultad de perdonar los pecados que se le confesaban, pero solo una vez en la vida, por lo que generalmente solo lo hacían los ya viejos. También entre los tarascos existía la Diosa Mauina, aunque los relatos existentes no dan mayores pormenores.

En la antigüedad, en algunos lugares el desfloramiento era confiado al soberano local, pues el himeneo era similar al acto mágico de abrir la tierra fecunda. En algunos pueblos de Asia era un deber de los sacerdotes y en Babilonia eran los extranjeros los que tenían esa función, por lo cual tenían que dar una limosna al templo al que pertenecía aquella mujer virgen; en África también se acostumbra que el compañero de armas del esposo cumpla con esa función, por considerarla mágicamente peligrosa y esa obligación debe ser aceptada como un acto de amistosa protección. En Francia, el novio llevaba un caballero de honor que, antes que el marido, tenía que quitarle a la novia la liga que sostenía su media de la pierna izquierda y conservarla como trofeo. En la Europa del Medioevo, durante el feudalismo, era una regla que al realizarse un matrimonio el señor feudal fuera el primero en disfrutar de la novia, “derecho de pernada” se le denomina; esto no solo sucedía en la Europa feudal.

Continuará la próxima semana…

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