Cantando Cuentos Cortos
¡AMISTAD!
Tanto que se puede decir sobre esta palabra en la que todos pensamos y quisiéramos sentir, más cuando se trata de recibir sus beneficios. También cuando nosotros la prodigamos, demostrándole a nuestros amigos, con actitud clara y desinteresada, el sentimiento que tenemos hacia ellos.
Quien dice con palabras el grado de afecto que ofrece, con frecuencia nos damos cuenta con su actitud que no llega a alcanzar el significado real de lo que ofrece.
En el sentido universal que abarca todos los hombres, a diario nos damos cuenta por todos los medios de difusión con que contamos que de esta “idea”, día por día, sentimos su lejanía, como si se esfumara en el aire.
Guerras, asesinatos, violaciones, secuestros y accidentes son la demostración de la ausencia de aquel pensamiento, que es el que debería ser como norma hermanada a esta humanidad. Conforme van pasando las horas vemos como en la realidad se desvanece.
Los hombres que ocupan los puestos claves como dirigentes de grandes grupos humanos parece que, en sus interminables, continuados y prolongados mensajes – ofreciendo y explicando su actitud, tantas veces en términos tan elevados en formas intelectuales – dirigidos a los grupos más numerosos, son los menos capacitados para comprenderlos; las noticias esperan con ilusión para salir delante de sus penas, pero en cambio no tienen más que quedarse con sus dudas y seguir esperando.
Aquellos que tienen la posición ante la vida, aun sin buscarla, que sí tienen un amigo que se la ofrece porque cree en él, pudieran dar tanto de lo que las mayorías carecen; si recibes, debes dar a quien menos tiene. Los pocos hombres que la Historia nos da a conocer, aquellos que nos dejaron sus profundos pensamientos para hacer felices a todos, tal parece son ignorados y aquellos – los obligados a darlos a conocer, porque a través de sus estudios han llegado a ellos – niegan con su actitud sus conocimientos de los que tanto alarde hacen.
Con tan solo pensar en la palabra AMISTAD, los hombres de toda la Tierra podrían vivir en paz, disfrutar de todas las cosas bellas que rodean a quien las quiera, porque éstas no fueron hechas solamente para los elegidos: la belleza universal es para todos.
Por estas razones y muchas más, todos los hombres deberían llevar una etiqueta en la frente que diga:
“YO SOY TU AMIGO”
AMISTAD
¿Qué le puedes dar
a la que nada te pide,
y todo te lo da?
Dale una verdad.
Siembra una sonrisa,
brotará un rosal,
aunque lleve espinas
tú las podrás cortar.
Riega una esperanza
surgirá un trigal,
corta las espinas
y una corona tendrás.
Extiende la mano
el aire no la destruirá
porque otra mano
la podrá encontrar.
JOSEFINA REYES SAURI
[Continuará la próxima semana]
