Caminando por las Calles
PASEANDO POR INNSBRUCK
ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA
En mi peregrinar por el mundo he conocido algunos países, muchas ciudades, diferentes etnias e idiomas. Algunos lugares me han cautivado, y en todos he sentido la calidez de sus habitantes, mientras admiraba sus costumbres y degustaba su gastronomía, grabando en la mente sus paisajes.
Innsbruck es una de las ciudades que pisé en el año de 1975, en mi primera incursión a la Europa Central, viaje en que me acompañó mi compañera de vida Addy Victoria campos González –también viajera incansable que ha llegado hasta Sudáfrica. Caminamos juntos esta bella ciudad austriaca, una de las más fascinantes y encantadoras de Europa y de Austria.
Innsbruck es famosa para los amantes de los deportes de invierno. Conservo algunas fotografías con los esquiadores en sus rampas de primera línea; pero Innsbruck tiene muchos otros atractivos para los visitantes. Es una ciudad con siglos de historia, bellezas naturales y una cultura extraordinaria, y en este artículo daré cabida a algunas de sus imágenes cautivadoras, que te podrán decir –como dice el dicho popular– más que mil palabras.
Nos hospedamos en el casco histórico del Hotel Roten-Eagle, y caminamos para conocerlo. Es maravilloso y único su estilo gótico, posiblemente el mejor conservado de Austria. Antiguas calles empedradas, antiguos y pequeños edificios, iglesias y palacios engalanan el lugar del que nos enamoramos desde el primer momento.
Mi esposa Addy Victoria me tomó unas fotos con unos esquiadores como recuerdo de esta visita, pero el tiempo las ha maltratado y están semi borrosas –datan de hace 54 años– en Innsbruck, en sus montañas nevadas es donde hay pistas fáciles para disfrutar del carving; o de descensos rápidos y conocer las nueve estaciones de esquí de la Olympia SkiWorld Innsbruck, con instalaciones que se ofrecen a los deportistas de invierno en todos los niveles. También puedes descansar en alguna terraza sobre una tumbona, o visitar algunos de sus restaurantes con comida típica tirolesa para reponer fuerzas. Sugiero detenerse un momento y disfrutar de las magníficas vistas de sus cumbres nevadas y sus campos cubiertos de nieve.
Una experiencia inolvidable.
Abur.
Fuente
Archivo AHGA