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Caminando Colonia

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Bajo el cielo de Alemania

 

Köln es el nombre de Colonia en alemán, una ciudad impar y majestuosa.

ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA

Llegamos a Colonia y, tras hospedarnos, un baño y un café, iniciamos la caminata de conocimiento de esta gran ciudad. Estábamos a un par de cuadras de la Catedral de Colonia.

La Catedral de Colonia es un templo católico de estilo gótico, que inició su construcción en 1248 y no se terminó hasta 1880. De 157 metros de altura, y fue el edificio más alto del mundo  hasta la culminación del monumento a Washington, en 1844 con 170 metros, es el monumento más visitado  de Alemania.  Es además la sede del arzobispo y de la administración del arzobispado de Colonia.

Nuestro guía nos platicó sobre las vicisitudes causadas por la II Guerra Mundial.

Durante los bombardeos efectuados por los aliados durante la Segunda Guerra Mundial la catedral sufrió graves destrozos, aunque su estructura se mantuvo intacta: se dañó la base de la torre izquierda (que permaneció muchas décadas sin restaurar, siendo visible la estructura de ladrillo que se colocó inmediatamente después del daño) y, sobre todo, se destruyeron (por las vibraciones) muchos vitrales; otros pudieron ser retirados a tiempo. La única bomba que le afectó directamente fue la que causó los daños en la torre. La catedral contaba con un sistema de iluminación que advertía a los pilotos de los bombarderos.

Pese a los destrozos, la estructura continuó dominando la silueta de la ciudad en ruinas. Son memorables las imágenes de la procesión del Corpus en 1946, por entre la ciudad en ruinas, hacia la catedral. Desde hace muchos años, la catedral está sometida a un proceso continuo de reparación, pues la contaminación atmosférica y las palomas causan daños en la piedra.

La catedral de Colonia te deja mudo y la música ambiental de la filarmónica te eleva espiritualmente.

Los vitrales de la catedral, que es el símbolo de la ciudad,  una de las más famosas del mundo y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1996.

Sus puertas de entrada son magníficas y después de disfrutarlas, en la plaza donde está enclavada, había una gran carpa, bancas de madera y gente tomando cerveza, con sus farolas apagadas, pero su altura y sus cúpulas con una esfera de cristal o plástico, eran también más que admirar y volver por la noche para deleitarnos con su iluminación; pero nos sentamos en una mesa y una moza teutona nos ofreció cerveza y solicitamos dos tarros de cerveza clara, y lo que nos sorprendió es que la mesera llevara tres tarros en cada mano y dejaba ver su robustez, ya que estan caminando sin parar; y aquí en Mérida en un restaurante alemán, durante sus bailes típicos y juegos, les dieron dos tarros a dos comensales y antes de tres minutos ya habían perdido, pues los tenían que sostenerlos  cinco minutos.

La cerveza alemana es de las mejores del mundo y sus comidas son para llenar estómagos grandes, pues son abundantes.

Después de paladear la fresca y espumosa cerveza, decidimos caminar para luego ir al yantar de la culinaria alemana. Nos dijeron como llegar a la ruta de las ruinas romanas.

El primitivo asentamiento germánico Oppidum Ubiorum pasó posteriormente a ser la colonia romana: “Colonia Claudia Ara Agrippinensium,” capital de la región de la Germania Inferior en la que nació Agripina la Menor. De esta época quedan abundantes restos repartidos por la ciudad, como el Praetorium o casa del gobernador, la puerta norte en la plaza de la catedral y varias torres y tramos de muralla. De estos últimos tenemos: Una torre y un tramo de muralla en la Komödienstraße; un tramo de muralla en la calle Burgmauer esquina con Auf den Berlich.

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La puerta norte romana, en uno de los vestigios de la cultura romana en Colonia.

Desde  niño, cuando tenía cinco años y vivíamos en la Ciudad de México, mi padre me llevaba al centro cercano al Zócalo capitalino. Había un restaurante llamado Múnich, era un corredor y a la entrada había un reparador de lentes que tenía un búho a su lado. Entrabas y eran unas mesas largas con bancas para seis personas. Ahí probé la comida alemana: comimos patos laqueados y Oso Buco al horno y llevamos salchichas blancas a casa.

En Mérida, la familia Milke también guisaba comida alemana y, hasta hace un año atrás, en el norte de la ciudad se encuentra Bierhouse otro restaurante alemán, con música y variedad folclórica teutona y un buen yantar, donde mi hermano y médico Kevin Yvan Angulo me llevaba antes de la pandemia. En 1975 pude degustar en la Selva Negra y en Colonia lo mejor de su cocina.

Un chamorro al horno, con papas a la mantequilla, con un vaso de vino o una cerveza, y de postre un strudel de manzana. No tienen rival.

En Colonia se puede comer bastante bien en la mayoría de los restaurantes tradicionales y como visitante, debes probar algunos de los platos más sencillos de Colonia, que son bastante rústicos, pero sabrosos y abundantes.

Vale la pena mencionar en este contexto los grifos de las cervecerías (Früh, Sion, Pfaffen, Malzmühle, etc. en el casco antiguo al sur de la catedral), son bastante caros para lo que se ofrece pero aun así vale la pena una experiencia.

Algunas de las comidas tradicionales de Colonia: Halver Hahn: un buen trozo grande de gouda holandés con pan de centeno (Röggelchen); Heaven y Äd con Flönz: Morcilla frita con puré de patatas (tierra), puré de manzana (cielo) y cebollas fritas; Sobrade / Sauerbraten: un porro marinado en vinagre con pasas, generalmente servido con repollo rojo y una bola de masa (bola de patata). El porro puede ser de ternera o de caballo, por lo que puedes preguntar primero; Bollo grueso con tocino: frijoles blancos cocidos con rodajas gruesas de tocino cocido encima.

Estos guisos son simples de hacer, y aunque a mí se me da la cocina, prefiero ver que hay en el refrigerador e invento algo sabroso y bien presentado.

Con un sinnúmero de platillos típicos y sus embutidos famosos en el mundo, aquí en Yucatán, en la ciudad de Mérida, en el norte de la ciudad encontrarás dos lugares para saborear lo típico de Alemania: el Bierhouse, y Meyers, acompañado de un buen vino o cerveza alemana.

El Ludwig, es un museo de arte de Alemania, uno de los más importantes de la ciudad de Colonia. Contiene una gran variedad de obras del siglo xx y xxi, desde el arte abstracto, el expresionismo alemán y el surrealismo hasta el Pop Art (del cual alberga la mayor colección fuera de Estados Unidos). Posee igualmente una de las más importantes colecciones de Pablo Picasso de Europa, y en concreto, la mayor de Alemania.

Debo decir que mi formación pictórica es más tradicional y/o clásica, pues me llena más la plástica clásica que las latas de sopa o la obra de Miró.

Fachada del Museo Ludwig, con sus faldones de aluminio, que se interponen a la catedral gótica de Colonia.

Su directora, Yilmaz Dziewior, en una entrevista de hace pocos años dijo: Cuando adquirimos obras consideramos qué tenemos ya en la colección y qué nos falta. Quiero que nuestro público sepa que cada museo cuenta historias. Es importante que el público sepa que esa es nuestra perspectiva, y también la de los curadores y directores anteriores. Pero, por supuesto, se trata de una historia y una perspectiva con limitaciones y no pretendemos que sea La historia.

La majestuosidad de sus salas, su arquitectura moderna, transparente y con materiales nuevos, es una obra de arquitectura moderna para mostrar pilas de cajas y bultos como arte.

 

Me quedo con el puente y la Catedral de Colonia y gustar el clásico del medioevo.

 

Fuentes

Arquidiócesis de Colonia – Wikipedia, la enciclopedia libre

Qué ver en Colonia en dos días – Recorrido de un fin de semana (recuerdosdemimochila.com)

Cerveza Y Comida Tradicional En Colonia. – 2023 (lugaresparavisitar.pro)

Colonia (Alemania) – Wikipedia, la enciclopedia libre

Museo Ludwig: en la búsqueda de un público más amplio en Colonia (contemporaryand.com)

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