Opinión
Adán Echeverría
“No sé lo que busco, pero es algo
que perdí no sé cuándo y que no encuentro” – Rosalía de Castro
¿En qué momento el pueblo de Israel decidió pasar de víctima de la Alemania nazi a ser los victimarios de los niños palestinos y del pueblo de Gaza? ¿En qué momento un príncipe de la iglesia católica decidió decirles a los ricos que la riqueza no es una virtud, sino para compartirla con los que no tienen? ¿En qué momento decidieron dar una vuelta de timón como la que han dado?
Lo mismo ha pasado en estos últimos seis años en México, se está dando una vuelta de timón. Por ejemplo, aquel ejército que significaba terror y deseo de esconderse, ahora se percibe ayudando a construir las obras que este gobierno ha entregado a la sociedad mexicana.
Países dando vueltas de timón, y sigues creyendo en el “Soy Así y no puedo cambiar”. ¡Desde luego que todos tenemos la oportunidad de realizar un cambio de ruta en nuestras vidas! Desde este momento dejaré de fumar, dejaré este trabajo, comenzaré a correr, dejaré de preocuparme; incluso, los más arrebatados, los más valientes, decidirán cambiar la ruta de su vida, saliendo de ella por mano propia.
Que nada más allá de las leyes –si te decides a cumplirlas– limite tu vida, tus decisiones, dejar una carrera que no te gusta, dejar un trabajo porque no soportas a los compañeros o a los jefes, dejar un equipo, dejar a tu pareja, abandonar a tu familia que tanto se empeña en decirte qué puedes o no puedes hacer.
Cambiar de ruta requiere valor, requiere hacerte responsable de tus actos, saber que lo difícil está ahí enfrente y hacerle frente con decisión, dejar detrás la comodidad de la casa, y salir a rascarte con tus propias manos. Cambiar de ruta no es abandonar, sino dar un paso hacia otro espacio diferente; es reflexionar, insistir, no claudicar.
Imagina estar sentado en un café, disfrutando tu bebida. Frente a ti, en las paredes que decoran el establecimiento, miras fotografías y pinturas de calles, avenidas, caminos de distintos puntos del país, del mundo, con diferentes paisajes, diferentes colores, diferentes estados de la naturaleza. Miras cada camino, que debe conducir a tantos sitios distintos al que deberás recorrer cuando termines tu bebida. ¿Cuál de todos esos caminos que no conoces te animarías a recorrer?
Ese espíritu aventurero que tuviste cuando apenas eras un infante se ha ido haciendo pequeñito por aceptar lo que la sociedad te ha impuesto. Reconocerlo es el primer paso para cambiar la ruta que otros han trazado a tu vida. El pueblo de Israel decidió convertirse en victimario. El Papa de los católicos, argentino de origen, se ha dado cuenta del terrible abismo que separa a los que tienen de la gran mayoría de habitantes del planeta que carecen de lo básico.
No, no es tarde para que decidan cambiar la ruta que tanto daño ha causado.