Editorial
A algunas personas las conocemos a partir de la frecuente interacción y convivencia; a otras las conocemos por interpósitas personas; a otras las conocemos a través de sus acciones, de sus obras…
A Roldán lo tratamos muy raramente, acaso en alguna ocasión en la que coincidimos en algún evento cultural, muy probablemente alguno de los eventos cinéfilos que el Diario del Sureste patrocinó hace unas décadas, en breves intercambios personales…
Sin embargo, fue a través de sus letras, que hemos editado y compartido ampliamente en estas páginas, que pudiera decirse que lo llegamos a conocer y apreciar.
Roldán fue prolífico en su obra, ágil de mente y con la palabra, inquieto y versátil, costumbrista y cronista de sus tiempos a través de sus comentarios.
Admirado por muchos, también hay aquellos que lo veían como un dzul más, acaso porque su carrera literaria fue exitosa y, al parecer, sin mucho esfuerzo, porque su prosa fluye sin quebrantos, afilada por tantas cuartillas que escribió.
Ahora ha emprendido un nuevo trayecto, uno que todos transitaremos algun día. Se va con nuestro agradecimiento por su generosidad y bonhomía.
Lo tendremos presente muchos, muchos años más a través de sus letras, de sus ideas vertidas en el papel, en su obra que habrá de perdurar mucho más que cualquiera de nosotros.
Lo hemos de recordar con su sempiterna pícara sonrisa, hasta que nos encontremos de nuevo.
¡Buen viaje, Roldán!
Gracias por compartirnos y dejarnos tanto.
Descansa en paz…
