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V
LA TEMPORADA DE 1985
Continuación…
CONCLUSIONES.
El Proyecto Arqueológico Isla Cerritos logró la mayoría de sus objetivos. Se completaron los reconocimientos y el mapeo de la isla y del sitio adyacente de Paso del Cerro, además de un progreso substancial en el mapeo de Chinalco y de otros rasgos en tierra firme. El único objetivo que no se cumplió fue el de la realización de pozos de prueba en Paso del Cerro, Chinalco y San Celso; debido a limitaciones de tiempo, se decidió enfocar los esfuerzos en la isla, donde se sabía que era posible obtener una secuencia cerámica completa para la región en base a depósitos sellados.
Como efectivamente sucedió, la recolección de materiales y las excavaciones de prueba fueron muy exitosas. La isla tiene una de las estratigráficas más ricas de la península, y los materiales recobrados proveyeron de una buena cantidad de datos de la cronología cerámica, subsistencia costera y comercial. El análisis y la elaboración de reportes de los materiales recuperados en 1985 continuará hasta 1987. Los resultados obtenidos a la fecha, sin embargo, permiten plantear ciertas conclusiones preliminares.
Los datos cerámicos nos ofrecen un bosquejo general de la historia cultural de la isla, como se discutió anteriormente. La isla fue habitada inicialmente alrededor de 100 a.C., y continuó siendo ocupada densa y permanentemente hasta cerca de 1200 d.C., cuando parece haber sido abandonada repentinamente. Hay algunas evidencias que sugieren un final violento. No hay evidencias de ocupación y construcción permanente durante el siguiente periodo Postclásico Tardío, aunque existen cerámicas aisladas que indican actividades rituales y campamentos de pesca. Algunos tiestos coloniales apuntan hacia visitas esporádicas –probablemente por pescadores de paso– posteriormente a la Conquista; no se encontraron, además de estas evidencias arqueológicas o históricas– de actividad alguna en la isla hasta el final del siglo XIX, cuando fue de nuevo utilizada como un campamento ocasional de pesca por los primeros pobladores del puerto de San Felipe.
La secuencia cerámica preliminar en base a las excavaciones de 1985 es la primera columna cronológica del oriente de Yucatán; debido a la posición clave de la isla para el intercambio regional, se encontraron juntos los principales grupos cerámicos del oriente y occidente del norte de la península. La concurrencia de estos grupos de depósitos sellados era muy útil para efectuar fechamientos cruzados de los principales tipos cerámicos de las diferentes partes de la península. Las fechas de radiocarbón han permitido fijar la secuencia al calendario cristiano; dichas fechas también apoyan adicionalmente la correlación maya cristiana 11.16 0.0.0. Los datos cerámicos también aportan información acerca de otro aspecto: la relación estratigráfica de los principales tipos cerámicos diagnósticos del período Clásico Terminal/Postclásico Temprano indican claramente un traslape cronológico parcial entre las esferas cerámicas Cehpech y Sotuta durante el Clásico Terminal. Sin embargo, esto de ninguna manera representa una solución final a lo que se considera un problema del “traslape”; se busca una solución lineal simple que pueda ser aplicada en todas partes de las tierras bajas del Norte. Sospechamos que esta no puede ser obtenida, ya que el grado de traslape entre las esferas de Sotuta y Cehpech debe variar de región a región.
Isla Cerritos y Chichén Itzá. La hipótesis principal del diseño de investigación del proyecto fue que Isla Cerritos era el puerto principal de Chichén Itzá, y los resultados preliminares parecen confirmarla. La cerámica Sotuta encontrada en Isla Cerritos es un buen indicador de que el sitio fue una avanzada costera de Chichén Itzá, el asentamiento que dominó el norte de Yucatán durante una gran parte del período Clásico Terminal/Postclásico Temprano. Otras posibles avanzadas han sido importadas en la costa occidental y norte de la península, pero ninguna ofrece evidencias comparables de nexos con Chichén Itzá como las encontradas en Isla Cerritos. Debido a su situación estratégica en la boca del estuario de Río Lagartos, estuvo en una posición ventajosa para controlar el intercambio por esa vía acuática, incluyendo la sal procedente de la región de Emal Las Coloradas, una de las más grandes productoras de sal de Mesoamérica. El control del comercio de la sal fue crítico para la economía Itzá, puesto que fue el principal producto de exportación del norte de Yucatán en la época prehispánica: el que controlaba el comercio de la sal sin duda debió controlar las redes comerciales a gran distancia. El hecho de que los Itzá monopolizaban en gran medida la producción de sal y el intercambio en general es evidente al considerar la distribución de las avanzadas costeras Itzá, pues se encuentran ubicadas cerca de las vías fluviales importantes o salinas o en islas (Andrews 1978, 1983).
La ubicación de Isla Cerritos cumple los tres patrones, siendo además la avanzada costera más cercana a Chichén Itzá, situado a 90 km. tierra dentro. Es claro que fue un puerto comercial importante y estratégico cuyo principal período de ocupación y crecimiento corresponde al período Clásico Terminal/Postclásico Temprano. La arquitectura en superficie data de este período y, aunque no es de naturaleza monumental, corresponde adecuadamente al estilo constructivo de la época. Las diferentes facilidades portuarias –embarcaderos, terrazas y el dique marino–, aunadas a la riqueza de los bienes comerciales, dejan pocas dudas acerca de la función principal del sitio. Las asociaciones de cerámicas y artefactos indican relaciones fuertes y sostenidas con la capital Itzá, y el rango de objetos de comercio recuperados es en gran medida un reflejo del Chichén. El abandono repentino de la isla, alrededor de 1200 d.C., al mismo tiempo que la caída de la capital Itzá, aporta más evidencias de su raison d’etre: el destino de la gente de Isa Cerritos estaba en última instancia e inexorablemente ligado al de la élite de Chichén Itzá.
El proyecto de 1984-85 solamente arañó la superficie de Isla Cerritos, pero ha revelado claramente lo prometedor que resulta este sitio para investigaciones futuras. Dicho de una manera simplista, la isla contiene una de las más ricas concentraciones de materiales prehispánicos que pueden ser encontrados en cualquier otra parte de la península. Es un universo pequeño y controlable que ofrece un rico laboratorio para el estudio de la subsistencia costera prehispánica y de los patrones de asentamiento, funerarios y de comercio a gran distancia a través del tiempo. También promete profundizar en aspectos interesantes acerca de la naturaleza de un centro comercial de la élite maya y, finalmente, promete aportar indicios importantes acerca del porqué los Itzáes no pudieron consolidar una política pan-yucateca y eventualmente fracasaron. Chichén Itzá fue lo más cerca que los mayas estuvieron en su historia de forjar un imperio, y las razones detrás del fracaso de los Itzá para lograrlo tienen implicaciones importantes no sólo para la historia de los mayas, sino también para el estudio de las civilizaciones tropicales del mundo entero.
AGRADECIMIENTOS.
El Proyecto Arqueológico Isla Cerritos incluye a los arquéologos Fernando Robles, C. Rafael Cobos P. y Pura Cervera R., así como a Bárbara M. Andrews (fotografía, dibujo y edición) y Reta Landis de Robles (logística). El proyecto fue patrocinado por la National Geographic Society (Concesiones Nos. 2781-84 y 3030-85) y el Centro Regional de Yucatán del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México. Un apoyo adicional fue aportado por Thomas y Marilyn Fifield, de Milwaukee, Wisconsin.
El permiso para realizar el trabajo de campo fue otorgado por el Dr. Joaquín García Bárcenas y los miembros del Consejo Nacional de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia. El Soc. José Luis Sierra, Soc. Jorge Bolio Osés, el Arqueólogo Rubén Maldonado C., el Dr. Edward Kurjack B. y los miembros de la Sección de Arqueología del Centro Regional Yucatán del I.N.A.H. en Mérida, nos brindaron apoyo logístico adicional por lo que estamos muy agradecidos con ellos. Estamos en deuda con los miembros de Departamento de Restauración del Centro Regional en Mérida, por su cuidadoso trabajo de conservación con los materiales arqueológicos del proyecto, especialmente con Eduardo y Ricardo Toro y Juan Valencia.
Varios otros individuos ayudaron al proyecto de diferentes maneras y queremos reconocer la valiosa ayuda que nos prestaron: Joan M. Andrews, E. Willys Andrews V. y el Middle American Research Institute de la Universidad de Tulane, Antonio Benavides, Jesús Chablé (El Payaso), Charles E. Duller, David A. Freidel, David A. Pendergast, Margarita Rosales y Jeremy A. Sabloff. El apoyo de José Iraide Contreras y Ramón López Mena, los dos últimos Presidentes Municipales de Felipe y Eduardo Contreras fue muy importante para el éxito de las temporadas de campo. La ayuda más valiosa para el proyecto fue la generosa hospitalidad de la gente de San Felipe.
Continuará la próxima semana…