ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA
Fue a partir de 1992 cuando el bolero como género musical entró con mayor fuerza a mi vida, al ser invitado a participar en La Habana, Cuba, en el Festival Internacional “Boleros de Oro” por el Dr. José E. Loyola Fernández, destacado musicólogo y Presidente de la Organización de este evento, el más grande sobre este género musical en América Latina.
Pude convivir con grandes músicos cubanos y latinoamericanos de cada país, los mejores cantantes y/o compositores y cantilenistas, en galas teatrales de primer nivel. A ello se agregó la participación con conocedores conferencistas de este género.
Agradezco desde estas líneas el honor de haber sido invitado en varias ocasiones al Festival “Boleros de Oro”, llevando la representación de la Delegación de México, y al simposio paralelo al Festival, en la Sala Villena de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, que en ese año presidía el escritor Abel Prieto.
Mi primera ponencia o conversatorio fue sobre “La Influencia de la Música Cubana en la Trovadoresca Peninsular”; a la que siguió otra sobre “Guty” Cárdenas en México, Nueva York y su última noche en Cuba con Guillén. En esa ocasión, en el Hotel “Capri” de El Vedado, escribí un ensayo poético sobre “El Bolero” que refleja la pasión musical, tal vez genética, de mi familia materna, así como la poética de la paterna. Ambas me dieron la sensibilidad de ejecutar y escribir algo de música, aunque reconozco las aportaciones culturales del Dr. José Loyola Fernández, Israel Martínez Zapata, María Teresa Linares, Eduardo Ramos, Rey Montesinos, Enrique Monier, “Puchito” Díaz Varela, Cesar Portillo de la Luz, José Antonio Méndez, Pablito Milanés, Silvio Rodríguez, Eduardo Ramos, Nelson Camacho, Elena Burke, Alicia Valdés, Tamara Sevila, Aldo Baquero, Lucy Provedo, José Ruiz Elcoro, Rodolfo de la Fuente, María Esther Pérez, Francisco Speck, Flora González Renda, Bárbara Elías Calles, Lino Contreras, Isolina Carrillo, y tantos más que llenaron mi vida de experiencias gratas sobre la música “Bolero”. Ellos me han permitido conocer la Cuba musical, culta y artística –muchos de los mencionados ahora en otro plano astral– y con su sapiencia y talento musical siguen educando generaciones con la música que llegó para quedarse en la historia de la Antilla Mayor.
A todos los antes descritos y los omitidos que hicieron de Cuba mi segunda Patria, por la amistad que me brindaron y por abrir las puertas de sus hogares a mi persona: Gracias.
“BOLERO”
ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA
Como trofeo triturado
en galería de profetas,
desenhebro el ritmo
de raíz Caribe;
reconozco en el aire
armonías inconclusas,
tramito herencias
a fragmentos repartidos
y encuentro
a más de cien años de distancia
bocas constantes derramado aliento.
La investigación me alienta;
oteo la Cuba
de Guyún, el trovador
década del ochenta
en el siglo diez y nueve
donde Santiago, opulenta
-esa tierra del Caney–
pare este ritmo dulzón,
romane, melodía lenta,
frase sencilla, fineza,
nace el “Bolero”, canción
de “Pepe” Sánchez, “Tristezas”.
No es el aire español
bailable en compás ternario.
es del Bolero, su brillo
por su cadencia sin par,
que en notación musical
se conoce por “cinquillo”.
Así llega el nuevo siglo
con esta canción galana
y nuevos compositores
de ña isla ardiente antillana
-Sindo Garay, Corona, Villalón-
transportaron a La Habana
este cántico de amor.
Es, el tiempo terrestre;
vigor y esperma dulce
destilan los pinares,
hacen oír la vida
de esta canción galana;
partiendo por el Morro
dejan. Malecón.
Se alza la niebla
viajan por el cielo
surcando el Caribe
los nocturnos céfiros…
queda atrás La habana
viaja su canción.
Llega a tierra del faisán,
fin del siglo antepasado,
viene con sus dueños
y descansa…
Se asocia al silencio cómplice,
encadenándose
al exilio de los sueños.
Duerme veinte años,
despertando en el solar
la romántica cubana,
es Ricardo Palmerín
y el “Turco” Enrique Galaz,
que en aire peninsular
la toman en adopción
ya con sangre mexicana…
Así, el bolero
en un mar de tinieblas
puede navegar y ser alba,
sobre un río de sombras
puede cruzar
a la otra orilla
pudiendo llegar hasta el abismo
y ser rayo de sol,
-perfecta vertical, sin sombra alguna-.
Crece con “Guty” Cárdenas
que entre los brazos más atenazados
hay una libertad deslumbradora;
y en la pluma de Lara…
Desde la más oscura alcoba
encierra un infinito de promesas,
de múltiples canales,
de pecados mortales
por donde va la sangre rumorosa
camino de otras vidas.
Así nació Curiel,
Con “He Querido Olvidar”
y en “La Distancia”,
“Quiero” con Alcaraz
ser “Prisionero del Mar”.
En “Noche de Luna”
“Déjame”, escuchar el arpegio fiel
“Muchacha del Alama”
de Don Gonzalo Curiel;
en mi niñez escuché:
“Falsa”, en “El Fango de tu vida”
Y la “Negra Consentida”
de Don Joaquín Pardavé.
Rememoro mi infancia
en la gran ciudad Azteca,
por la calle de Acerina,
a la gran Marimba Orquesta
de los Hermanos Domínguez:
-pentagramas de papel-
Su “Lira de San Cristóbal”
que dirigió Don Abel;
con baquetas que tocaban:
“Música de una marimba /
Maderas que cantan con voz de mujer…”
Y escucho el “Adiós en el Puerto”
y “Quietud” en “Mi Tormento”,
“Sin Saber Porqué”, “Ayer”,
“Desatino”, les escuché arrobado,
a más de ocho décadas de distancia,
rememoro…, tengo en la sien
“Hilos de Plata”;
“Parece que fue Ayer”,
Abel, Armando
que me enseñó a leer
su hermana Serafina;
Alberto, Ernesto y Paco,
pusieron notas en mis manos
y Ramiro y Gustavo
“Eternamente”,
fijaron “Mi Destino”.
En las noches profundas
pasa un temblor sonoro,
entre las mariposas
un verso se recata
y al manto caribeño
de los “Boleros de Oro”
lo arrulla Montesinos
con batuta de plata.
Sobre el silencio
de la Antilla Mayor,
borda el músico esteta,
maravillosas flores,
“En la Tarde” canta Sindo Garay,
“Una Perla Marina”,
que enjoya con el trino
del “Pensamiento”
que evocan “Dos Dardenias” ,
“Después de Un beso” ,
queda el “”Dolor de Amor,
“En el Sendero de Mi Vida”.
donde canta la inspiración de
Nilo, Roig, Delfín y “Teofilito”
que están en mí, como
en “Aquellos Ojos verdes”
que no tienen “Palabras”
en “Las Perlas de Tu Boca”,
como Martha Valdés o Esther Borja
que al cantar evocan
al inmortal Lecuona,
a Isolina Carrillo
o a Eliseo Grenet.
¡Oh verso! ¡Oh canto!
del Bolero en la Trova,
eres como la estrella
que va volando y llora,
y al mismo tiempo es música
del arpa sideral…
Bolero,
en un derroche
de peregrinas galas,
va siempre con el rítmico
susurro de tus alas,
acariciando vientos
de arrullo y madrigal.
Canto de maravillas,
Bolero en sortilegios,
de insólitos prodigios
en los acordes regios
de ese Sindo inmortal.
Trova que es pebetero
de azules florilegios,
Bolero que es estuche
de límpidos arpegios
donde corusca el alma
con lumbres de joyel.
Bolero:
Dos cuartos en ritmo cadencioso
proyección de tu luz en mi ventana,
a mis noches les ofrezco
una aurora plural en tu armonía
en las que canten pájaros sin sueño,
sin límite de tiempo sin frontera.
El Bolero es paloma mensajera
que dejamos que en vuelo se remonte
pues si llega a anidar en mente ajena
puede hacerlo vibrar estimulándolo,
para barrer los nublos que lo velan
y acogerse gozoso en un instante
bajo el palio de luz de las estrellas.
Bien vale en esta vida el intercambio
del fruto del cantar entre los seres…
ofrece al que triste melodías y verso
que ayudan a barrer dolor y pena
mostrando el camino que lo lleve
hacia espaciosas albas claridades
el bolero consuela anima y a veces
liba como la abeja dulces mieles…
Ritmo cadencioso verso simple y puro,
solemne procesión de júbilos callados,
de madrigal en flor romanza,
hora de las guitarras de las bellas sonrisas
que aprisionan para siempre… la nostalgia.
¡Así…
“BOLEROS DE ORO”
Eternamente canta
y cuando sobre el mundo
ninguna humana planta
trace arpegios brillantes
de la belleza en pos
que estallen todavía
los ecos de las notas
y vallan tramontando
por las tinieblas rotas
con un beso infinito
que va buscando a Dios…!
Ensayo poético escrito en 1992 durante el Festival Internacional “Boleros de Oro” en la ciudad de La Habana, Cuba, y leído en la Sala “Villena” de 17 y H de El Vedado sede de la UNEAC -Unión Nacional de Escritores y Artistas Cubanos- en el Simposio paralelo a las Galas del Festival. Presentado en Mérida en el Tetero “Mérida” en su Sala de Arte -2008- en Charlas de Café A, C. Conferencia “Del Mar a la Montaña” en Homenaje a Regino El Boti, poeta cubano y en el ahora Teatro “Armando Manzanero” en “Tallereando la Poesía” por el Taller Literario “Cartago” dirigido por la Poeta María Ella Gómez Rivero, ambos programas culturales de la Secretaría de la Cultura y las Artes de Yucatán -SEDECULTA- y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, CONACULTA.
Revisado y corregido en Mérida de Yucatán el 4 de abril del 2021 por su autor.