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En Kessel, Alemania
Edgar Rodríguez Cimé
En los años 80 del siglo XX, se armó un revuelo por una pintura contemporánea donde aparecía la virgen de Guadalupe con la imagen alterada; todos supimos del asesinato de artistas de la revista francesa Charlie Hebbo, que se burlaban de la religión musulmana; en 2022, un artista presentó obra con una virgen negra en medio de un charco de excremento. Conclusión: En el arte venido de Europa se vale las ofensas religiosas.
Comento lo anterior porque existen evidencias de que, en el arte venido de Europa, diferente al de otros continentes, se puede “criticar” hasta lo “sagrado” para ciertas culturas. Por ello, cuesta trabajo entender lo sucedido en Kessel, Alemania, vanguardia del arte occidental, durante la edición de Documenta 2022, al censurarse (cubierto con una lona gigantesca) el mural pintado por el colectivo de artistas de Indonesia Taring Padi por “propaganda nazi”.
La imagen en cuestión representaba la eterna represión militar hacia los pueblos asiáticos por el imperialismo inglés, financiado con capital judío (dueños de los bancos del mundo: Rotchild, Morgan & compañía); una protesta contra la destrucción de selvas por empresas de Europa, con un represor, judío conservador, con un cuchillo entre los dientes, y los símbolos de Israel: el Mossad, la “CÍA” de ese país.
¡¡¡Cuidado!!! Se ofendieron los multimillonarios judíos que manejan el mundo a su antojo, incluyendo a los organizadores vanguardistas alemanes que cubrieron el mural “ofensivo” para el pueblo de Israel. O sea, se puede atacar estéticamente a otras culturas, amparados en la libertad de expresión, pero no se puede tocar, ni con el pétalo de la crítica artística a los Amos del Poder Mundial, porque todo tiene un límite. Lo marcan los multimillonarios semitas.
Lo dicho: el circo del hombre blanco occidental está en decadencia. La crisis final del capitalismo incluye el arte de Occidente, revitalizado en el siglo Veinte por el descubrimiento del arte africano, que vino a revolucionar la estética europea y norteamericana, que en el siglo XXI se nutre con las estéticas de otras culturas, como la creada por mujeres, pueblos indios y jóvenes urbanos.
Del urinario industrial, conceptualizado estéticamente por el artista francés Marcel Duchamps, como “La Fuente”, a la presentación de un “contenedor lleno de mierda de africanos”, media todo un proceso de colonización del arte por parte del continente europeo y la cultura norteamericana, supremos sacerdotes de la estética, desapareciendo de su universo a las otras estéticas de los demás continentes, con su propia riqueza cultural.
Apenas hoy día, el cerrado criterio del hombre blanco -europeo-norteamericano- empieza a tomar en cuenta otras estéticas. La décimo quinta bienal del otro arte: Asia / África / Latinoamérica / Australia, está representado en la Bienal de Arte Documenta 2022, por las expresiones estéticas de creadores de los otros continentes, y sus formas de representar la realidad.
Documenta surge como la antítesis de la Bienal de Venecia, escaparate de la estética de la Alta, ideada en Occidente: Europa y Estados Unidos: las otras voces, olvidadas, de los demás continentes de la Madre Tierra. Surge con una contra estética propia del caos y decadencia capitalista de los últimos tiempos. Una estética abigarradamente de Abajo: violenta, de denuncia, protesta, solidaridad con otras comunidades, iconoclasta, de ruptura, anticapitalista.
edgarrodriguezcime@yahoo.com.mx