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Esta es la historia de un álbum que inició con malos visos, pero acabó siendo el disco con el que Paul McCartney fue definido, en 1974, como “el ex Beatle con mayores posibilidades de éxito”, denominación que algunos expertos habían asignado a George Harrison en esos días, al deshacerse The Beatles.
Debo anunciar – y no están a la venta – que aún poseo el disco de 45 r.p.m. que en su lado A tenía “Band On The Run”, y en el lado B tenía “1985”, así como el acetato de vinil del disco, ambos adquiridos con fondos amablemente proporcionados por mi padre en la discoteca “El Regalo”, que alguna vez estuvo bajo los arcos de la calle 61 entre 60 y 62, en la mera esquina de la 61 con la 62, por lo que resulta evidente que ocupa un lugar especial en mi corazón y en mi historia musical.
Wings era la banda que Paul McCartney decidió sería el vehículo con el cual continuaría su carrera en un grupo, y a ella invitó al guitarrista y bajista Denny Laine, ex integrante de The Moody Blues, al novel baterista Denny Seiwell, que lo acompañarían junto con Linda en esta nueva aventura musical que inició en 1971, después de haber sacado dos álbumes solistas (McCartney y Ram) en los cuales la particularidad era que el mismo Paul tocaba todos los instrumentos, acompañado en las vocales por su esposa Linda.
Después de grabar Wild Life y Red Rose Speedway (un fabuloso disco que les recomiendo ampliamente escuchar, y cuyas canciones recuerdo perfectamente McCartney publicitó en un memorable especial que Imevisión nos ofrecía con relativa regularidad en el canal 13), los críticos no lograban engancharse aún con Paul McCartney & Wings. De este segundo álbum, todas las canciones son exquisitas, pero no se pierdan en particular Big Barn Bed y My Love.
Así pues, Paul decidió meterse al estudio con su banda, a la que había agregado a un integrante más en la grabación de Red Rose Speedway: Henry McCullough, a quien debemos el subyugante y sentimental solo de guitarra de la canción My Love.
Con la intención de dedicarse un poco al turismo por las mañanas, y componer música por las noches, Paul solicitó a EMI – su disquera – le enviara los sitios en el mundo en los que tenían estudios, eligiendo junto con Linda viajar a Laos, Nigeria. Pensaban que era un bello sitio, pero ignoraban que el gobierno democrático había sido reemplazado por un gobierno militar, y que la situación económica no era la mejor.
Corrían los primeros días de agosto de 1973. Wings había decidido iniciar con sus ensayos en la granja de Paul. Durante uno de esos ensayos, Henry se hizo de palabras con el ex Beatle, y ahí mismo abandonó la banda. Denny Seiwell anunció una semana después, el 8 de agosto, en la víspera del viaje a Laos, que también se marchaba de la banda.
Al día siguiente, Linda, Denny Laine y Paul, junto con dos roadies y el ingeniero de sonido Geoff Emerick, aterrizaron en Laos, decididos a grabar el disco a pesar de todo. Rentaron casas cercanas al estudio de grabación – una para los McCartney y sus hijos, otra para Denny, su esposa, Geoff y el equipo técnico – y definieron que la rutina sería grabar entre semana, y turistear los fines de semana.
El “estudio” de EMI dejaba mucho que desear, por lo que fue evidente que lo que hicieran ahí requeriría aún más trabajo al retornar a casa. Denny, Linda y Paul entonces se dedicaron a lo suyo como si fueran productores y músicos de estudio, en vez de como una banda de tres: Paul asumió el rol de baterista y percusionista, además de la guitarra principal y el bajo, mientras que Denny se encargó de la guitarra rítmica y algo de bajo, y Linda de los teclados.
La primera canción que grabaron fue Mamunia, que era el nombre del hotel en Marruecos en el que los Wings se habían hospedado en abril de ese año.
[Continuará la próxima semana]
Gerardo Saviola