Azulinimismado v
Mi bicicleta dice no te detengas
Se soltó el embrujo
y aleteamos como murciélagos
Era noche de plenilunio
y la bragueta cantaba abierta
En las rodillas las piedras
en los faroles la fantasía
Eran mis ojos como esas alas
revoloteando en su cabellera
Estaba hincada y yo
los dedos atravesando como aguijones
Su boca amplia
y ese veneno que le escurría
Fueron sus dientes
los que rasparon la polla mía
y el grito absurdo
de que llegaba la policía
Ella corrió a las sombras
y yo a escaparme por la avenida
perdidos ojos la bicicleta no se detiene
agonizaba la luna esquiva
Las ranas
Cierro los ojos y tu imagen y semejanza son el mundo
César Moro
hay un croar muy digno de nuevo en el cerebro
el pantanoso ciclo que nombrara tu presencia
a ratos salta que salta el corazón de un sapo
y todos en la granja nos enlodamos siempre los tacones
este mi camisón como el abuso para tanta lluvia
para mi piel las gotas salamandras
donde la luz acuosa me dibujó una vaca
que con su lengua raspa y engulle el polvoso cieno
porque en el cieno quedo de tanto arrebujarte
de tanto contemplarte dado disco distensión inerte
y ya no quedan olores en los rieles de mercurio
ni en esta vía láctea reflejada en la laguna
ay mi querida rana ay mi renacuajo
creciendo en mi placenta me das las abluciones
y ni la vaca puede lo que no puede el sapo
contener el corazón que brinca sobre mi cama
aquel corazoncito mío de ilusiones rojas
eres mi dios querido encajonado y muerto
acá en el polvo en la llanura las flores su arrebato
ahí bajo cortinas la equidistante lluvia
dentro del camisón la inerte salamandra
el párpado lodoso para mirarte dúplex
esta eres tú y las letras esa eres tú y las ranas
para este pasto ardiente que incendia la arboleda
el charco y el potrero donde pastar el tiempo
como la ingenua vaca la desquiciada rana
crecida en el recuerdo:
masca que masca la vaca
croa que croa la rana
y entre la rana y la vaca
el lodo
…se llevó mi corazón al río
Del amor socialmente amor
Préstame tu vestido y ese lipstick de metal
que he de dibujarme la violencia de la noche carnicera
Préstame tu bastoncillo de ruletero
que la noche no nos basta para aplaudirnos las ganas de despedazarnos
Préstame la madrugada de tus ojos
todo ese simulacro de pertenecernos más allá de los eclipses
Dóblate doblégalos
dime que soy tu más ardiente perra
El fauno que te nombra se ha perdido en el paisaje
Dime que soy tu dios quiero llegarte hasta lo más profundo del grito
Dime que la mujer que soy te quiere penetrar con aullidos las neuronas
Préstame tu bigote tus labios tus omóplatos equidistantes a la furia
que el terciopelo de mi cuerpo te habrá de bendecir la palabra
Ábrete y da vueltas por la cama
ábreme las piernas los labios las axilas
ahí la metálica lengua irá borrando tus condenas de opio simulado
Las condenas de una cruz marchita entre tus piernas
Ábrete en canal y con cuidado rómpeme las membranas de la dicha
el agua revolucionaria de tenernos día y noche
como esas mandarinas que nos sangran por cada vértebra que somos
Deja de buscarme en los recuerdos en los sabores
que la negritud del cuerpo esplande entre los dedos
uno a uno y hecha agua te has disuelto sobre mi arpa
caléndula distante
Ah la maldita mandarina etérea
solo un roce
el necesario para tanto humo en los confines del planeta
donde habremos de decirnos que sí
que el cinturón y la luna de tus días se irán resquebrajando en cada golpe
Préstame ese lubricante y entiérrame las manos por toda la carne
para nacer desde las cactáceas de tu cuerpo
hecho noche hecho sangre hecho espino
Vengan todos a comer de mi agua cárdena
de mi carne a borbollones de metal
no me oyes más leve que las hojas
Seamos el mercurio intemperante
que derrama cada rincón iluminado de relámpagos
Aquel relampaguear de orgasmo en la sinfonía de hoteles
y cardúmenes y hoteles y jaurías y hoteles
Préstame tu nombre para borrarte los ojos
y sacarte la fiera que constante carcome las ideas
Dime que sí
que todos habremos de naufragar en el silencio
y despedazados quedaremos
exhaustos ya del holocausto
Lejos la sonrisa
de esa tecate que me va fluyendo
en este ordenador que me consume
en este día todo que me viene abriendo como una flor carnívora
¿Es esa tu cara?
¿O esta borrachera en que te entregas toda
te ha columpiado las piernas sobre mis cartas?
No hay por qué detenernos por las fotos
faltamos siempre en las sonrisas quietas
y un hilito de sangre se consume en el poema.
¿Son esas tus piernas?
¿O este ordenador no recibe las coloraciones infames
en que te presumes soberbia?
Hay un ardor en cada mueca tuya
un color desleído en cada hueco que me voy precipitando sobre las cejas
Ahí están las libélulas encimadas en el mito
y es este ordenador el que me ha vuelto pordiosero
Este dios que me provoca la calma
y el estruendo al precipitarme en tu búsqueda.
Génesis
En el principio fue Adán.
Adán se miró desnudo y dijo: ¡perfecto!
Levantó la vista
y descubrió la desnudez de Eva
estirándose
junto al árbol de manzanas
Una serpiente le recorrió la carne.
Adán miró a la mujer y dijo:
La nombraré poema
Adán Echeverría
2011