Azulinimismado iii
cuatrocientos elefantes abarcan estos ojos
Los Viejos Milagros
“¿No veis que está loca? Tornadla a su casa.”
Juana de Ibarbourou
anda con un tatuaje en la espalda baja
un unicornio asoma por su cuello
la nariz y la lengua perforada
los calzones largos sus pantalones de mezclilla
el fleco color rosa sobre el rostro
los ojos negros con luces amarillas
uñas oscuras estrellas tulipanes azules
en las muñecas dos o tres pulsos de tela fluorescente
un tatuaje de letras en la mano dice:
“hay que llenar de dulce los pulmones”
las blusas de tirantes el escote amplio
descubriéndole el ombligo mis huecos favoritos
lleva un diamante falso en el abdomen
y un caótico humor la cubre entera
es una princesa oscura
una desarrapada niña bayadera
hay que recuperarse la frescura
beber esos dientes sabor menta
en que toda ella precipita
su idea de milagrería
La Vida es un Venado en Fuga por la Selva
Dícele su madre:
“Hija, por mi amor,
que se acabe el llanto,
o me acabe yo”
Luis de Góngora y Argote
la vida es un jaguar que lame el río
la vida es romperse en lo más hondo
desangrarse en cada círculo
ahí quedan las huellas
y el jaguar de luz es abandono
para cada mancha de amor que no tuvo remedio
cayó el amor escucha el silencio descender calló el amor
el círculo ha roto aguas
aquel vaso tan roto falto de mí
de nuestra opaca tristeza
ese búho de sangre sigue en la escalera
Ella no pudo con sus catorce años
matar al jaguar ni cazar al venado
o reconocerse selva para que todo ocurra
en este libro que somos
parte del poema
del poema diario en el silencio de los días
del día todo poema
del silencio toda palabra
porque somos palabra
palabra selva y la palabra jungla
la palabra magia
la diaria magia bruja mía
Este venado que soy y este jaguar que he sido
en esta selva de luz en este bosque
donde la quemadura es tu lengua
sobre mi esqueleto
porque ese búho de sangre me persigue
como el poema que ahora eres
debajo de la piel
Un corazón dos corazones muchas balas
Hay algo sin importancia en el sexo
– ¿Cuándo? –
Cuando los músculos se estiran y todo uno se pone tieso
las nalgas como tabla las venas a punto de reventar
– No es ahí –
Cuando caudaloso el sudor se vierte sobre los cuerpos
y las luces no dejan de parpadear
– Es ahí –
Un segundo después nada importa
Con la respiración accidentada
uno se descubre entero
– ¿Cómo te llamas? – ¿Cuánto te debo?
– ¿Vas a volver? – ¿Quieres fumar?
y entonces las decisiones aletean
Uno lo sabe Hay que saberlo
Habrá que conversar un poco
o hacerse el dormido
Meterse entre sus brazos diciendo Shhhhh
o simplemente: – Cierras cuando salgas –
Las Rojas
Esas chicas rojas
con palomas en la nuca
en los pómulos grillos
y sal entre los muslos
han aparcado su corazón ahí
en los nacientes ríos
sobre la roca toda roca
y la mordedura ay la mordedura
quema la piel
los labios y su reciente sílaba
última sílaba
del silabario que soy entre tus sábanas
Esas chicas rotas
cuajadas de silencio
como globos pardos que no logran levitar
como tus piernas solitarias
en cada rincón de la bañera
y cómo nos ha gustado esa bañera calva
y ese despertarnos encimados sobre la mordedura
ay la mordedura
si tan solo dejaras olvidada la caricia en los inodoros
yo sería tu ratonzuelo esquivo
para taladrarte los tímpanos con mis orgiásticos lamentos
ay los silabarios
y el tris te re co no ci
miento de nuestros olores
siempre miento estoy consciente de toda tumba
ay mis niñas rojas
ay la mordedura
adorado pasatiempo que no tiene más que olvidados postizos
y este miembro en la punta de los labios
dispuestos para mi semen míralo
hermosura
he acá mi viejo catalejo
aletargado
ya no hay dinero suficiente para volver
y amarte
esta noche
que se come el viento todo -canibalismo mío-
este es mi cuerpo disecado
y mi rencor
quietecito entre tus sábanas
esas tus sábanas de alumbramiento
Adán Echeverría
2011