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Avispa de mar o medusa de caja

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Especies Marinas

Chironex fleckeri, también conocida como avispa de mar o medusa de caja, es una especie de medusa de la familia Chirodropida. Las medusas pertenecientes a la clase de los Cubozoos se denominan cubomedusas, debido a la forma cúbica de su umbrela. Esta especie mide de 5 a 6 centímetros, es de color transparente azulado y cuenta con largos tentáculos. Se conoce vulgarmente como avispa de mar. Presenta 4 pseudo-ojos o falsos ojos en la umbrela con los que ven luces y sombras, así evitan chocar con cualquier objeto (incluido el hombre). Las medusas forman parte de un grupo más amplio de animales llamados cnidarios, que incluye las anémonas o los corales.

Existen unas 11 mil especies distintas de cnidarios y casi todas son de agua salada. Algunas tienen vida libre mientras que otras están sujetas a las rocas o a la arena. A pesar de la enorme diversidad de formas de los cnidarios, todos tienen algo en común: los cnidoblastos. Son las células que provocan sus molestas y, a veces, peligrosas picaduras. Los cnidoblastos contienen un filamento enrollado que termina en una o varias púas. Todo este sistema tiene una especie de “tapa” llamada opérculo. Cuando el cnidocilio, una parte del opérculo entra en contacto con algo, la “tapa” se abre y el filamento sale disparado a toda velocidad. En algunas especies ¡a más de 60 kilómetros por hora! A través del filamento, el animal inocula las toxinas.

Habita generalmente en las aguas tropicales de Australia y otras áreas del océano Índico oriental y del Pacífico. Se han avistado especímenes en aguas de Papúa Nueva Guinea, Filipinas y Vietnam, si bien se desconoce su distribución exacta.

Es considerada la criatura viva más peligrosa, venenosa y letal del mundo. Una sola medusa contiene veneno suficiente para matar a unas 60 personas, aunque normalmente lo usa para defenderse y paralizar a las presas de las que se alimenta, como pequeños peces o plancton.

Un dato curioso es que se hicieron estudios sobre su alimentación y descubrieron que incorpora a su dieta granos de polen de pino. Son animales de reducido tamaño. Al margen de sus tentáculos, apenas miden unos diez o veinte centímetros. Son de color azul tenue, es translúcida y brilla en la oscuridad.

Su esperanza de vida es de entre tres y seis meses. A diferencia de las medusas comunes, que en su mayoría son ciegas, esta especie posee cuatro grupos de veinte ojos. Pero no está claro si pueden seguir objetivos con la vista ni tampoco cómo procesan las imágenes. Poseen sistema nervioso central, pero es casi imperceptible. Nada en impulsos de 1,5 m/s, lo que le proporciona velocidad suficiente para atrapar peces.

El ciclo de vida general de los Carybdeidos comprende una fase pólipo, bentónica y con reproducción asexual, y una fase medusoide con natación activa que realiza reproducción sexual, en algunas especies con fecundación interna mediante la trasferencia de espermatóforos del macho a la hembra.

Sus tentáculos, cada uno con millones de células urticantes que pueden inyectar veneno. Cuando los tentáculos entran en contacto con la piel, es extremadamente doloroso, arde, y se sienten pequeños calambres que impiden tener un movimiento normal en la zona de contacto. El veneno se mete directamente al torrente sanguíneo y, dependiendo del peso de la persona y la cantidad de veneno inoculado por la avispa de mar, puede causar un paro cardíaco por el intenso dolor que causa. Se estima que su picadura duele hasta diez veces más que la de la carabela portuguesa. Según un estudio reciente de la revista National Geographic, las avispas de mar se vuelven más mortíferas con la edad. Las jóvenes, que cazan camarones, tienen veneno tan sólo en el 5 por ciento de sus células urticantes, mientras que las adultas lo tienen en el 50 por ciento, lo que les permite cazar presas más grandes.

                                                  

Generalmente el roce de la víctima con sus tentáculos no pasa inadvertido y deja lesiones visibles que de rojo se tornan en más rojas y se hincha la zona afectada; tras unos 20 minutos se inicia el síndrome Irukandji: comienza un intenso dolor en todo el cuerpo, el ritmo cardíaco se triplica, la tensión sanguínea se duplica; por lo general la muerte sobreviene tras una embolia cardíaca. Su veneno ataca directamente al corazón, al sistema nervioso y al sistema respiratorio. Por lo que, en muy pocos casos, se sobrevive. Además, la picadura puede producir necrosis general en la piel y dolores muy extremos.

Dra. Carmen Báez Ruiz

drabaez1@hotmail.es

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