Letras
LII
En agradable reunión de amigos, la maestra Raquel Robles comentaba que su sonido favorito era el canto de los pájaros. Efectivamente, la variedad de trinos de las múltiples especies de aves es regalo de la Naturaleza para los oídos. Al amanecer, me privilegia escuchar zureo de palomas anidadas en un árbol cercano a mi ventana, pero como todavía es temprano y el arrullo persistente, una cadencia similar a la de Federico García Lorca induce a dormir con mayor placidez:
Cuando en las ramas empiezan
los pájaros a cantar
y se desmaya la tarde
en las violetas del mar
se pone blanca, con blanco
de una mejilla de sal.
Se afirma que el rey de los pájaros cantores es el ruiseñor por su amplia tesitura, porque sus órganos vocales son más flexibles que los de los demás y su volumen, muy alto. El jilguero, de tonalidad más dulce, lanza notas silvestres en franca armonía; el gorrión es de exhalación larga, suelta, y la tímida tortolita solamente runrunea tres veces seguidas. Son escasos ejemplos de ecos del monte.
El compositor francés Olivier Messiaen, observador del canto de los pájaros, decía que éstos eran los mejores músicos y gustaba transcribir las intermitencias de los diferentes gorjeos que captaba durante sus viajes por el mundo y solía aplicar estas notas en sus composiciones. Tiene una pieza para flauta basada en la expresión del mirlo y una obra orquestal sustentada en la fórmula que enuncian los pájaros entre la medianoche y el mediodía en las montañas del Jura, cadena situada al norte de los Alpes suizos, franceses y alemanes.
Yma Sumac (1922–2008), cantante peruana descendiente del emperador Atahualpa, pudo alcanzar rangos vocales desacostumbrados: abarcaba desde soprano de coloratura hasta graves de barítono con facilidad en los registros. Se le considera la única cantante que ha podido hacer triple coloratura, que es el trino de las aves. A petición del público, el cine club de la Casa de la Cultura presenta cada cierto tiempo la película Melodías inolvidables, donde Yma interviene estelarmente con “Chuncho”, número situado en la selva, donde reproduce graznidos, gritos y aleteos pajareros, y muestra el efecto de “doble voz” de manera impresionante.
Como dato curioso, el doctor Ludwig Koch, especialista en lenguaje animal, editó el poema “El canto del ruiseñor”, una versión onomatopéyica que, al interpretarse, ofrece singularidad lingüística. Su musicalidad poética varía según los sonidos del original francés trasladado al castellano y se considera un trabajo sorprendente.
El universo de las aves, científicamente llamado ornitología para su estudio, es tema cautivador porque no tiene fin. Por ejemplo, podría mencionar que de pequeña me arrobaba y repelía al mismo tiempo el ave Roc de Simbad el Marino, en los cuentos de Las mil y una noches. Roc, figura colosal, podía sostener entre sus garras a un elefante. Mezcla de buitre y de águila, esta criatura de rapiña también es mencionada por Marco Polo después de su viaje a Madagascar, del que conservó como prueba una descomunal pluma.
Protagonistas de la mitología griega, algunas aves nos remiten a asombrosas historias como la de Prometeo quien, por haber robado el fuego a los dioses para entregárselo a los hombres, fue castigado por Zeus encadenándolo a una roca para que todos los días al amanecer un águila le devorara el hígado, que le crecía de nuevo durante la noche, tormento interminable.
Ícaro pudo volar a semejanza de halcón cuando, para escapar del laberinto donde se encontraban atrapados él y su padre Dédalo, comienza a juntar plumas y cera de abejas para construir sus alas. Concluida la confección, sobrevuela Grecia; pero, atraído por la música de los pájaros, Ícaro se eleva, no mide la altura, los rayos del sol ablandan la cera y las plumas comienzan a caer al mar, al igual que él.
Leda y el cisne subyugan por la sensualidad visual que implica: una bella reina rescata de las garras de un águila a un cisne y lo acoge. El cisne, que no es otro que Zeus disfrazado, la seduce, pero la misma noche Leda también se une a su esposo y pasado un tiempo pone dos huevos: de uno nacen sus hijos inmortales con Zeus, y del otro sus hijos mortales con el rey de Esparta.
Paloma Bello
Continuará la próxima semana…