José Juan Cervera
A muchos de los jóvenes de hoy, habituados a los dispositivos electrónicos que acaban por ensimismarlos, acaso pueda parecer insignificante que antes de su llegada al mundo hubiera estudiantes que se ocuparon de elaborar rústicos periódicos, con hojas no siempre bien impresas y de diseño improvisado que sin embargo marcaron una ruta de sus florecientes expectativas, revelando una línea de continuidad con valores que se remontan a una tradición intelectual en que la palabra escrita lanzaba el reto de domeñarla, aun cuando este propósito consumiera años al calor de crecientes exigencias.
En realidad, es un asunto que puede despertar interés o merecer la indiferencia de personas de cualquier edad. Los animadores de estos proyectos constituyeron minorías activas que en su momento lograron captar la atención de sus respectivas comunidades estudiantiles, y esto es por sí mismo un hecho importante. Otro aun mayor es que algunos de ellos crearan lazos de apoyo mutuo e intercambio con grupos de su misma condición, dando pie a asociaciones que alcanzaron cierta resonancia pública. En Yucatán hay algunos ejemplos de ellas, las cuales desarrollaron su acción entre varios planteles educativos y por tal motivo son dignas de recordarse.
La Asociación Periodística Estudiantil Yucateca (APEY) se fundó en marzo de 1955 e incluyó a varios periódicos de escuelas de educación secundaria, preparatoria y normal, así como academias comerciales; en ella intervinieron jóvenes que con el paso de los años llegaron a destacar en el periodismo profesional y en otras actividades afines. Su espíritu unitario tuvo que pasar varias pruebas para poder consolidarse debido a que al año siguiente tuvo dos dirigencias paralelas, y en 1957 enfrentó los embates de un movimiento opositor que surgió con el nombre de Organización de Prensa Universitaria, el cual agrupó a unos cuantos órganos de prensa y tuvo una duración efímera. Sus diferencias políticas afloraron en sus posiciones editoriales.
El lema de la APEY proclamaba “Veinte periódicos al servicio de la patria”, entre ellos los denominados Estudiante, Conciencia Universitaria, Preparatoriano, Voz Universitaria, La Antorcha del Oriente, Reivindicación, La Prensa, El Clarín, El Vocero Modelista, Alma Universitaria, Voz Cisnerista, Tribuna Universitaria, Guía Cinematográfica y Cisnerista Independiente, entre otros. Auspició conferencias y transmitió un programa radiofónico. En ella participaron Luis Alvarado Alonzo, José Adonay Cetina Sierra, Alfonso García Acosta, Juan José Morales Barbosa, Arturo Menéndez Paz, Raúl Cáceres Carenzo, Pánfilo Novelo Martín, Jorge Ceballos Ceballos, Marco Antonio Flota Quijano, Hanzel Ortiz Betancourt, Jorge Erick Martínez Marín y muchos más. En 1960 se editó un folleto mimeografiado que contiene una síntesis de sus actividades, y en el año 2000 apareció un libro que lo reproduce con valiosos añadidos.
En enero de 1977 se concretó otra admirable iniciativa con la aparición de Diálogo. Revista de Comunicación Intercolegial. Esta publicación mensual tuvo como directores a Carlos Barrera J. y Raúl Cebada R., y un consejo editorial en el que figuraron hombres y mujeres. Sus colaboradores provenían de varios planteles particulares a los cuales dedicó notas que describían su historia, como la de los colegios Americano, Teresiano, Peninsular (Roger’s Hall), Mérida y el Centro Universitario Montejo. Una de sus columnas reprodujo las cartas de felicitación que cada uno de los directores de estos centros educativos dirigió a la revista. Ésta señaló entre sus objetivos el de “promover y dar a conocer a los valores estudiantiles del periodismo”. En una de sus secciones hizo mención de las publicaciones recibidas de los colegios participantes, dando cuenta de Juventud y Tribuna de la secundaria y de la preparatoria del CUM, respectivamente; Nuestro Mundo del Colegio Mérida, al igual que La Crítica y Comunicación, del Colegio Americano.
En febrero de 1984 fueron suscritos los estatutos del Frente Periodístico Universitario (FPU) que rigió su organización interna mediante una Asamblea General y un Consejo de Representantes. Entre sus objetivos expuso el de velar por el respeto de las libertades de prensa, expresión, imprenta y asociación, y el de defender a sus miembros y a cualquier periodista que sustentara principios democráticos. Las revistas que integraron este frente fueron Notiprepa, Unidad, Avante, Diagnóstico e Ideología y Ciencia, de la preparatoria Número Uno y de facultades como las de Derecho y Ciencias Antropológicas de la entonces Universidad de Yucatán, próxima a obtener su autonomía.
Estos apuntes aspiran a estimular a algunos de sus lectores a referir sus experiencias en el ámbito de la prensa estudiantil para favorecer un registro pormenorizado de ellas.