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Gerente de la Jornada Maya gana concurso de Literatura (¿¿¿???)
Edgar Rodríguez Cimé
No leyó usted mal: Gerente de La Jornada Maya, prestigiado periódico, gana concurso de literatura; claro, no importante, sino de una asociación de puertos españoles que convoca a este certamen. Dicen que en época de cambio de modelo social -como ahora- “mientras muere una era y nace la otra, brotan los peores monstruos.”
Resulta que Ulises Carrillo Cabrera, oscuro personaje del teatro político movido por priistas que dejó una estela maloliente en las finanzas del ISSTEY del nefasto gobierno de Ivonne Ortega Pacheco, antes de ser cuestionado por un periódico como la nueva Jornada Maya, decidió convertirse en socio inversionista de esta prensa de vanguardia.
Un buen día, amaneció capitaneando el buque Jornada Maya, eligiendo a los mejores, pero también a nuevos prospectos en el verdadero periodismo, dando línea editorial, y decidiendo a quién cuestionar y a quién no, mediante el arma de la prensa.
Entonces, se metamorfoseó -cual Frankenstein político- en “escritor” (ya había ensayado en el Por Esto en su peor época, vomitando editoriales que nadie leyó).
Funcionario facineroso, empresario de prensa independiente con sucursal en Yucatán, pero capaz de vetar a periodistas críticos que lo conocen. Soy testigo: cuando presenté mi trabajo con el director Fabricio León Diez por primera vez, le encantó; pero, como estaban comenzando, no pagaban a colaboradores de Cultura.
Cuando lo visité por segunda vez, para acordar mi colaboración gratuita, ignoraba que estaba como gerente este conspicuo personaje de la política que atrasa a Méjico. Entonces, apenado, el director me dijo que (al consultarlo) ya no podía aceptarme. Orden dada por Carrillo Cabrera.
Todavía hace unos soles, la ex funcionaria del Ayuntamiento y del Gobierno de Yucatán Erika Millet Corona ganaba -con ayuda de gente de los dos clubes de escritores y de la Secretaría de Cultura- sin apego a la más mínima ética, un concurso de literatura, como si hubiera sido escribidora de toda la vida. ¡Hágame usted el bendito favor!
Por supuesto, como era un certamen nacional, se inscribieron las mejores plumas en narración corta. Cuando dieron el veredicto, y se enteraron los creadores quién era la ganadora, inundaron la Secretaría de Cultura de Yucatán de protestas por teléfono, lo mismo que el cel de Erikita, quien no se la acabó ese día.
Hoy le toca al señor Ulises ser ganador de un concurso de “narraciones breves”, aún como exfuncionario y empresario de medios.
¡Arriba el Surrealismo Mexicano!
