¿Antiguas Relaciones entre China y la Cultura Maya? – Entrevista con el antropólogo Carlos Villanueva
Este 2016 se celebra el año del Intercambio Cultural China-América Latina y el Caribe, organizado por el Gobierno de China, el cual comenzará el 25 de marzo en Beijing con actividades culturales en China y 30 países de América Latina y el Caribe, incluyendo México. Será el evento cultural más grande de China con países del Caribe y América Latina, después de la fundación de China.
En el marco de este evento cultural entrevistamos al Antropólogo Carlos Villanueva C., especialista en Cultura Maya, quien publicó hace años varios artículos de prensa sobre las relaciones entre China y los Mayas en tiempos remotos.
¿Podría recordarnos dichas publicaciones?
En 1987 escribí en la prensa local sobre las relaciones culturales transpacíficas entre los Mayas y China. Hace 29 años esta teoría era una vaga idea de algunos historiadores, arqueólogos y antropólogos de varios países, cuyos conceptos no tuvieron mucho eco en la comunidad científica; pero su aproximación a esta teoría explicaría las similitudes de la antigua China con Mayas y Olmecas de México y Centroamérica, Incas del Perú, y con los indígenas de Chile. Al año siguiente de esas publicaciones, el Prof. Gualberto Zapata publicó su libro “Una visión del Mundo Maya”, en el cual dedica un capítulo a estas relaciones culturales transpacíficas.
De esa fecha a la actualidad, ¿cuál es el panorama sobre estas teorías?
Se ha avanzado muchísimo sobre el contacto cultural transpacífico. Nuevos hallazgos arqueológicos han aportado resultados sorprendentes. Se han publicado muchos libros sobre el tema, algunos como el bestseller de Gavin Menziez “1421. El año que China descubrió América”, editado en el 2003; también hay muy buenos trabajos de investigadores Chinos como el del Profesor y Antropólogo Hu Chundong, de la Universidad de Pekín, y del Arqueólogo Tang Jigen, de la Academia China de Ciencias Sociales; o desde la lingüística del Profesor Chino Mike Xu, de la Texas Christian University, en su libro “Orígenes de la Civilización Olmeca”, publicado en 1996. En México, el antropólogo Gustavo Vargas Martínez, galardonado en México y China y profesor de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, publicó en 1990 un excelente libro: “Fusang, Chinos en América antes de Colón”, donde explica la hipótesis del descubrimiento de América por China en el siglo V después de cristo. El Prof. Gustavo Vargas estuvo 27 ocasiones en China, realizando estudios históricos y conociendo a fondo la cultura China desde 1960 hasta 1992. Uno de sus trabajos fue estudiar cómo y cuándo hubo este contacto entre China y América antes de Colón, y su influencia en nuestro continente.
¿Cuáles han sido los estudios más importantes para realizar estas comparaciones?
Se han realizado investigaciones en distintas épocas. Estas teorías surgieron desde el Siglo XVIII con los estudios del sinólogo francés Joseph de Guignes, quien identificó la parte del Pacífico de América con el país de Fusang relatado por el monje Chino Hui Shen, y su hipotético viaje a América.
Desde entonces se ha buscado relaciones entre China, los Mayas, Olmecas y otras etnias de América desde la arqueología, lingüística, mitología comparada, cartografía, genética, e incluso usando micrometría láser que arrojó sorprendentes relaciones del jade mortuorio de Olmecas y Mayas con el jade de la dinastía Shang, la “Dinastía Madre” en China, similar a la “Cultura Madre” Olmeca en México quienes heredaron a los Mayas mucho de su conocimiento, que éstos perfeccionaron de tal manera que aún nos sorprende.
La Dinastía Shang existió del 1606 al 1046 antes de Cristo; su extinción coincide con la aparición de los Olmecas en México, y sus huellas aparecen en sitios Pre Olmecas y Pre Mayas del Pacífico, como la zona arqueológica de Izapa en Chiapas, Monte Alto en Escuintla, Guatemala, y la península de Nicoya en Costa Rica, entre otros sitios del Pacífico Mesoamericano. Comparando símbolos y esculturas Olmecas se encuentran relaciones con mitos de la extinta Dinastía Shang, también llamada Yi. Hay una frase en la historia China sobre esta Dinastía: “la marcha de los Yi al Este”, que refiere una migración del ejercito de esa Dinastía tras su derrota en una guerra territorial que marcó su colapso; marcharon desde su región hasta la costa China del Pacífico hacia el Este, y nunca más se supo de ellos. Los bien documentado archivos y relatos de la época los dan como desaparecidos.
Poco después, en el actual México y Centroamérica apareció la cultura Pre Olmeca y Pre Maya con relaciones en el arte, organización social, mitos, calendario, uso del cero y la iconografía con reminiscencias de la Dinastía Shang, relacionada con los rasgos asiáticos aparecidos poco después de surgir la Cultura Olmeca, caracterizada por enormes esculturas de rostros negroides.
Durante la historia de los “habitantes de la tierra del hule”, los Olmecas, llamados así por los Aztecas y cuya historia se remonta más o menos del 1200 al 400 antes de Cristo, aparecen los rasgos negroides al inicio de su civilización y después, abruptamente, aparece otro grupo de pronunciados rasgos asiáticos conviviendo con los primeros. Después de estos aparecieron los llamados “baby face”, representaciones de bebés con rasgos amestizados entre asiáticos y negroides. La presencia de dichos grupos humanos en México revela un flujo migratorio de al menos tres grupos raciales en un mestizaje cultural y posiblemente genético.
¿Nos podría comentar algunas relaciones entre China y los Mayas?
Teorías recientes afirman que culturas precolombinas de América descenderían de navegantes chinos que siguieron la ruta marítima de almirantes de la Dinastía Ming que visitaron América. Desde el punto de vista de la ingeniería naval, las naos de China del Siglo III a.c. podían llegar sin problema a las costas Americanas.
En la Dinastía Tang se describe el viaje de monjes Chinos a un país que llamaron Fusang, según reveló el Antrop. Hu Chundong de la Universidad de Pekín. Afirmó que ese nombre refería una zona de México, señalando que una leyenda maya explica su origen a partir de una migración llegada a Yucatán por el mar del Oeste.
Entre Mayas y Chinos existen similitudes en medicina, arte lapidario, entierros, calendario sagrado y simbolismo de animales en su cosmogonía. La costumbre funeraria Maya de colocar un fragmento de jade dentro de la boca de sus muertos es idéntica a la practicada en la China antigua, donde un colgante en forma de T, símbolo del viento, se usaba como adorno funerario. El Prof. Hu Chundong, señala que los Mayas utilizaban similares colgantes significando “viento, cielo y vitalidad”. Además, el simbolismo del jade entre Chinos, Olmecas y Mayas es idéntico: representaba “una piedra celestial”. Para los Mayas el jade era más importante que el oro, lo que los españoles conquistadores vieron con extrañeza.
Por más de 25 años, el Prof. Chundong estudió jeroglíficos mayas. Con un método lingüístico contrastivo, encontró 22 palabras similares de entre 100 de cada lengua, similar a dialectos de China Sur-oriental. El origen del idioma Maya no se sabe, pero difiere el entorno cultural de otros grupos étnicos del norte o sur del Mundo Maya. No olvidemos que Mayas y Chinos utilizaban el cero en su numerología.
Además, astrónomos de la dinastía Han y sacerdotes Mayas calculaban de igual manera sus pronósticos para eclipses lunares o solares. El Calendario chino y el de Mesoamérica tenían una concepción cíclica y no lineal. Los Mayas tuvieron un sistema similar al ábaco chino, copiado por los Aztecas y llamado por estos nepohualtzitzin: “lo venerable o la cuenta relevante”. Lo mismo ocurre con el símbolo en China de la Flor de Loto y entre los Mayas con el Lirio Acuático o “Nicte Ha”, cuya imagen encontramos en numerosos sitios del Mundo Maya.
Este conjunto de relaciones culturales las llamo “coincidencias Chinas, Olmecas y Mayas”. Estas “coincidencias” pudieron darse en la historia como respuesta cultural adaptativa ante similares circunstancias en diversos pueblos de cualquier parte del Mundo, solo que las “coincidencias” Chinas, Olmecas y Mayas son tantas, que nos hacen pensar en un posible contacto intermitente en distintas épocas de la historia.
¿Entonces habría relación entre el Dragón de China y el Kukulkan Maya?
Es importante aclarar una confusión: se cree que el Dragón más conocido es Chino y no es así. Es un símbolo Medieval de Europa, una especie de dinosaurio volador. El Dragón Chino es estilizado, como una serpiente con garras y pies, la palabra “Dragón” proviene del griego “Drako” que significa “serpiente”. En China el Dragón es una fusión simbólica entre una serpiente con garras y piernas de jaguar, exactamente como entre los Olmecas, Mayas y Aztecas, solo que en Mesoamérica este símbolo carece de garras y piernas y está adornado con plumas, como en la representación de Kukulcán o Quetzalcóatl, la “serpiente emplumada”, aunque también existen representaciones del Dragón Chino simulando plumas en la parte superior de su cuerpo.
¿Usted cree que hubo alguna vez un contacto entre Chinos y Mayas?
La mayoría de los investigadores refieren que esto pudo ocurrir a partir de la Dinastía Shang o Yin, “La Dinastía Madre”, con la migración de 25 mil soldados derrotados quienes marcharon hacia la costa del pacifico de China en el 1046 antes de Cristo.
Luego tenemos al monje Faxian quien, con 3 monjes budistas, viajó a la India en el Siglo V después de Cristo, y de regreso a China una tormenta desvió su embarcación hacia un lugar desconocido, más allá de la Isla de Java en el Pacífico. Sus relatos los narró en sus “Noticias de los Reinos Budistas”.
Luego tenemos el más polémico, el monje Hui Shen y 4 monjes más, que llegaron a la costa del Pacífico de China y se embarcaron; regresó a China 40 años después, en el 499 después de Cristo. En su informe al Emperador decían haber llegado a un lugar que llamaron Fusang- guo: el “País del árbol fusang”. Este nombre quedó para la historia como Fusanguo, nombre que, según Colón, era el que tenía América cuando llegó, llamándolo “Cipango”, confundiendo Japón con Catay China.
El otro caso extraordinario que posibilita estos contactos transpacíficos ocurrió con la famosa Flota China del Tesoro que, con más de 30 mil hombres, recorrió por mar toda Asia hasta Arabia y África. El Almirante Sheng He realizó siete viajes épicos, a veces con cincuenta y otras con trescientas enormes embarcaciones. Como dato curioso, existe un mapa del Siglo XVIII del cartógrafo francés Philippe Buache que ubica Fusang al norte de California y Columbia Británica en Canadá; le llama a esa región: «Fou-sang des Chinois», «Fusang de los chinos». Este mapa sería copia de uno anterior dibujado por cartógrafos del Almirante Sheng He en sus viajes a América.
Aunque por ahora no hay prueba científica de estos contactos, los hechos históricos son demasiado sugerentes, la más sorprendente es la prueba genética que implica a pobladores Mayas de Yucatán.
¿Un estudio genético en Yucatán? ¿Podría ampliar más sobre este punto?
Claro. En 1988 un equipo de genetistas dirigidos por el Dr. Gabriel Novick, del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad Internacional de Florida, graduado con honores en la Universidad de Florida y con múltiples premios por su labor científica, realizó un estudio sobre genética en el sureste de México cuyo título es “Polimórficas inserciones Alu y el origen asiático de las poblaciones nativas americanas”. El resultado fue sorprendente: comprobó que el ADN de los mayas del pueblo de Buctzotz en Yucatán y ciertas regiones de Campeche es idéntico al ADN de la población China. Su estudio concluía que: “Podría decirse que esos mayas son chinos”. Según estos investigadores, además el ADN de los mayas de Buctzotz resultó igual al de grupos indígenas de Alaska y Perú. Si consideramos a los Chinos traídos a Yucatán para trabajar en el henequén, junto con coreanos e indios Yaquis a principios de Siglo XX y el año del estudio del ADN en 1988, no es posible que tres o cuatro generaciones influyan en el ADN de las generaciones posteriores con las que se cruzaron. Esto requiere un proceso más largo. Tampoco se explica por influencia genética de asiáticos llegados a América a través de Bering hace 30 mil a 13 o 14 mil años en oleadas migratorias, aun en controversiales cronologías y sitios de poblamiento al sur del continente, o desde el norte. La conclusión del Dr. Novick es que ese contacto no fue de cuando los asiáticos cruzaron el Estrecho de Bering para llegar a América. No es lo que sucedió con los mayas de la zona de Buctzotz en Yucatán. Su ADN no es igual al de pueblos cercanos, sino al de los Chinos. Según el Dr. Novick, esto se explicaría por un flujo reciente de genes procedentes de Asia al mismo tiempo en Yucatán y otros puntos de América. El ADN de los Mayas del pueblo de Buctzotz, a 89 Kms de Mérida, Yucatán, simplemente es idéntico al de los Chinos.
Además de esta coincidencia genética, los grupos étnicos del Sureste de México son de ascendencia oriental por sus rasgos somáticos mongólicos, comparados a través de pinturas e iconografía de antes de la Conquista y entre los Mayas de hoy. Si el ADN de cierto grupo Maya de Yucatán es idéntico al de los Chinos, la probabilidad del contacto es superior al 99.9 %, ya que el análisis del ADN tiene una probabilidad de error de una en 10 mil millones. Tomemos en cuenta que hoy somos poco más de 7 mil millones de personas en el Mundo. Además existe el llamado “Uah” en maya o mancha mongólica: una pequeña mancha azulosa con la que nacen los niños Mayas que desaparece a medida que crece la persona. Esta “mancha mongólica” no tiene nada que ver con el síndrome del mismo nombre. Se le llama así porque existe en el 90% de la raza mongol; ellos lo introdujeron a China en sus guerras de invasión desde el Siglo XIII. Esta “mancha mongólica” solo aparece entre mongoles y sus descendientes chinos, los negros y los indígenas de América.
Otro punto a considerar es la morfología del hombre Maya en la época Clásica, entre el 300 y 900 después de Cristo, en relación con los Chinos de la Dinastía Shang. La altura promedio, rasgos somáticos y morfología del cuerpo tienen cercanas relaciones. No nos referimos al Maya Yucateco actual, cuya morfología fue amestizada por la conquista española, uno de los pueblos más mestizos de Europa.
¿Las relaciones históricas Chinas solo fueron con Mayas y Olmecas?
No. Estos contactos y sus huellas culturales se extienden desde Canadá hasta Chile. Se sabe de grupos nativos de Canadá, en el Pacífico, a quienes los colonizadores ingleses les encontraron máscaras de madera que tenían en la parte de los ojos monedas chinas con orificios en el centro. Pescadores de la costa de Palo Alto, California, sacaron del mar, cerca de la costa, piedras circulares horadadas en el centro, al parecer usadas por Naos Chinas como anclas. Paul Gallez escribió sobre estas relaciones Chino Americanas y defendió la existencia de estas “anclas de barcos chinos”. Ante la reticencia de los historiadores dijo: “Una vez más, los especialistas parecen más decididos a defender una tesis preestablecida, que a buscar la verdad científica, por miedo a que ésta ponga en peligro sus teorías que han enseñado durante años. La resistencia al cambio es uno de los principales frenos al progreso científico”.
En México, el idioma Purépecha de Michoacán podría tener relación con idiomas de la China antigua, tema aún no estudiado. Como mencioné, están las relaciones entre sitios Pre Olmecas y Pre Mayas de la costa del Pacífico con jades Olmecas de Costa Rica, y jades Chinos de uso mortuorio.
En Perú se han identificado más de 100 nombres chinos para la geografía peruana. Los textos comparados fueron de la dinastía Ming, que duró desde 1368 hasta 1644 después de Cristo. Una parte de los escritos y mapas Chinos se refieren al Perú. Además está el mapa atribuido al Almirante Zheng He, donde se detallan ríos y territorios de América del Sur y del Norte solo posible de cartografiarse a partir de una visita al litoral americano por la Flota China del Tesoro 70 años antes de que Colón llegara a América.
Y, por supuesto, está la excelente obra publicada en Chile en el año 2000: “Cuenca del Pacífico: 4.000 años de contactos culturales” de Jaime Errázuriz Zañartu, un Arquitecto Chileno que demuestra con profusión de mapas, esquemas y fotos, los contactos -muchos siglos antes de Jesucristo- entre China y poblaciones del Pacífico en América.
¿Por qué, si hubo tal contacto de los Chinos en esos tiempos, no conquistaron América?
La razón es muy sencilla: los viajes de los posibles Chinos exploradores o descubridores de América antes de Colón nunca fueron travesías de conquista como las de España, Inglaterra o las otras metrópolis colonialistas europeas del Siglo XVI cuyos viajes eran para conquistar, apoderarse de tierras y pobladores, saquear sus materias primas y esclavizar a los indígenas, o su pretendida “salvación” de almas indígenas –tras discutir si estos tenían alma o no – por órdenes monacales llegadas con los ejércitos conquistadores, aunque estos nunca supieron el afán religioso por salvar sus almas. ¿De quién o de qué?
En el caso de los monjes Chinos, estos eran portadores de la filosofía budista o confusionista, basada en la no violencia, y menos en sitios tan lejanos de su tierra. En el caso del Almirante Sheng He y su Flota del Tesoro, a pesar de ser un impresionante ejército a veces de más de 30 mil hombres en sus barcos, sus viajes eran comerciales y diplomáticos. En su flota llevaron y trajeron de China a embajadores de África o Arabia para establecer relaciones comerciales con los Emperadores Chinos.
¿A qué atribuye que se conozca tan poco de estos estudios?
En el trasfondo se debe a razones políticas: el tema es muy polémico y, de comprobarse, habría que cambiar toda la historia sobre el “descubrimiento” de América por Colón, dándole la autoría a Chinos, Vikingos, Irlandeses, Fenicios, Islámicos. Incluso los Mormones tienen sus creencias sobre la llegada al Mundo Maya de una de las trece tribus de Israel. Si se acepta a cualquier otro pueblo llegado a América antes de Colón, habría que corregir más de 524 años de engaños colonialistas.
En los últimos años se ha comenzado a pasar de la especulación histórica a la investigación más a fondo sobre los contactos transpacíficos en tiempos remotos, tema controversial por más de dos siglos, ahora sustentados por la ciencia y nuevas tecnologías. China fue un país desconocido, encerrado en sí mismo. Hay que considerar que en su historia remota, mientras fue dominada por los budistas, era una región abierta al mundo. La ruta de la seda es prueba de su contacto comercial al exterior. El problema se dio con el triunfo del Confucionismo; entonces China se encerró en sí misma y poco se había conocido de su cultura por muchos años.
Después de la revolución de Mao Tse Tung, y poco a poco, China se fue abriendo al mundo. Aún hay cierto recelo de otros países ante el temor a lo desconocido y a lo que, con muchos prejuicios aún hoy, se conoce a medias. Lo interesante es que los académicos y científicos de China buscan la relación cultural y el intercambio académico con el exterior.
En su opinión, ¿cree que se dieron estos contactos?
Actualmente quienes estudian estas posibles relaciones históricas están divididos en dos corrientes: una propone la influencia China en tiempos remotos sobre varias culturas en América, la otra plantea las similitudes entre ambas, pero cada cual por un camino distinto.
Kwang-chi Chang, llamado KC Chang, fue un arqueólogo Chino. Fallecido en el 2001, fue Profesor de arqueología en la Universidad de Harvard, vicepresidente de la Academia sobre Sinología y curador en el Museo Peabody de Arqueología y Etnología. Él contribuyó a que los métodos modernos y occidentales de arqueología se aplicaran al estudio de la historia China. El Prof. Chang dio a conocer nuevos descubrimientos de la arqueología China a Occidente, tradujo obras del chino al inglés, y fue pionero en estudiar la arqueología en Taiwán. También propició la investigación arqueológica de China como algo multidisciplinario, e instó a los estudiosos a concebir la prehistoria de Corea, Japón y China como un todo plural. Fue un convencido de los contactos de China con América en la antigüedad de manera esporádica, y propuso la idea de la “continuidad Maya China”.
Yo creo que hay que probar con exactitud científica este contacto, a pesar de que las relaciones culturales estudiadas o descubiertas nos induzcan a pensar en tal posibilidad, como en el estudio genético en la población Maya de Buctzotz en Yucatán.
En mi opinión, en una época remota hubo tal contacto; lo que no sabemos es si prosiguió en sucesivas etapas y, si así fue, creo que cada cultura siguió caminos propios, conservando la raíz original de la influencia cultural y genética adaptada a circunstancias geográficas propias. A esto lo llamo “Continuidad milenaria China-Olmeca-Maya” porque creo que ocurrió en ese orden. Hace falta investigar más y se requieren fondos para estos estudios con mejores herramientas tecnológicas y nuevos avances en la metodología de investigación.
En México no me parece que haya mucho interés; en China los académicos pretenden confirmar estas teorías. Por ejemplo, el Antropólogo Chino Tang Jigen, de la Academia China de Ciencias Sociales, propuso hace poco financiar pruebas de ADN en Perú para determinar la conexión entre la dinastía Shang, civilizaciones preincaicas y mesoamericanas. Esto probaría que los chinos llegaron a América antes que Colón, confirmando la descendencia genética de Chinos y pre incas del Perú, principalmente en la cultura “Chavín”.
¿Qué tanto interés hay en China por la Cultura Maya?
Muchísimo. En la visita del Presidente de China a México en 2014, Xi Jinping quiso personalmente conocer Chichen Itzá, además de firmar con México acuerdos de intercambio cultural, turístico y comercial. Como fruto de dichos acuerdos se realizó en el 2015 la magna exposición “Mayas, el lenguaje de la belleza”, que fue todo un éxito en Pekín. Fue visitada por más de 130 mil interesados en conocer nuestra cultura. Esta exposición propició que estudiosos Chinos escribieran interesantes artículos sobre similitudes del arte Maya con el antiguo arte de China
¿Continuará sus investigaciones históricas?
Sí. Actualmente estoy preparando unos proyectos para una serie de documentales, que se filmarían en China y en el Mundo Maya, sobre estos contactos culturales, profundizando estos estudios y su difusión internacional.
¿Cuál sería su conclusión sobre estas relaciones entre China y los Mayas?
Hay que seguir investigando.
El tema es fascinante. Habrá material de estudio para muchas generaciones de académicos, tanto de América como en China.
La cultura Maya y su antecesora, la cultura Olmeca, conectadas en remotos tiempos con la antigua China, nos hace pensar en la forma en que las tres culturas han influido en la actual civilización humana y ¿por qué no? Nos hace especular en cómo influirán en el futuro.
Para contactar al antropólogo Carlos Villanueva: carlosvillanueva54@yahoo.com
RICARDO PAT
Soy muy interesado en la verdadera historia de nuestro continente, en particular lo referido a sus remotos orígenes, razones las que este reportaje a un profundo estudioso me ha motivado para ahondar sobre la materia, ya que de mis observaciones como profano de la antropología, siempre me ha llamado la atención las similitudes actuales en el el sonido del lenguaje, de la expresión musical, los rasgos fisonómicos y hasta algunas costumbres de nuestros nativos con los de los de China. Me impactó la sencillez y transparencia con que el Sr. Carlos Villanueva expone su vastos conocimientos. Agradecido.