AMLO: De Ganar la Presidencia, Amnistía a la Oligarquía
En el documento “Nuevo Proyecto Alternativo de Nación”, emitido el 25 de julio de 2010, en los puntos 1y 4 Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dice:
“El Estado debe estar al servicio del pueblo y de la nación”. “Actualmente, el Estado mexicano se encuentra bajo el control de una minoría que utiliza el poder público para su propio beneficio. La oligarquía tiene secuestradas a las instituciones. Por eso, como pueblo, debemos recuperar democráticamente al Estado… y reintegrar las riquezas y los bienes públicos que han sido enajenados en forma anticonstitucional.”
A esto yo le llamo, AMLO, expropiación. Te pregunto: ¿anularás concesiones y contratos, en especial en los casos de la minería, la industria eléctrica, el espacio radioeléctrico y el petróleo? Estás de acuerdo, supongo, en el indeclinable e inalienable dominio directo de la Nación sobre el territorio, el subsuelo, los litorales, el espacio aéreo y los recursos estratégicos, que deben ser administrados en beneficio de los mexicanos.
Esto último no lo expresas ahora, sino mencionas el dicho cristiano de que “si te pegan en una mejilla, ofrece la otra”.
En el punto 4 de tu documento de hace seis años nos decías:
“Por una ética republicana y el combate a la corrupción: La revolución de las conciencias y la participación popular y ciudadana en los asuntos públicos crean las condiciones para que florezca una ética republicana que regenere a la nación, moralice la política, con servidores públicos con vocación de servicio. El servicio público es una distinción en sí misma, y no debe basarse en altas remuneraciones y derroches que ofenden a los gobernados.”
Y es que han sido reiterativos, digo, los reclamos de la población sobre la necesidad de que explicites las estrategias y dinámicas que aplicarás para “el combate a la corrupción” en el país.
Pero por la noche del jueves 11 de agosto, la izquierda y tus seguidores se fueron de bruces cuando en Acapulco te aventaste a señalar que: “si gano la Presidencia de la República en 2018, garantizo desde ahora que no habrá represalias ni persecuciones a los corruptos, sino perdón.”
Opino que puede existir el perdón, si la magnitud del delito o culpa fueran tolerables e intrascendentes.
Pero si la oligarquía mexicana, en connivencia con el poder neoliberal internacional, ha producido en el país hasta ahora un 55% de población en condiciones de pobreza, en la que hallamos un 75% de niños en desnutrición grave, así como elevados índices de familias disfuncionales con lamentables tasas de violencia, homicidio, feminicidios, suicidios, asaltos, robos y drogadicción, entonces esos gobernantes no merecen ningún perdón.
En Yucatán, aunque no se producen los combates sanguinarios como en otros estados, la violencia va alcanzando alturas preocupantes, a pesar de no darse aquí la competencia entre los cárteles.
No estoy convencido de que esta población orillada a la miseria esté de acuerdo en perdonar a los responsables de tanta marginación y discriminación social: los oligarcas neoliberales en el poder.
Recordemos que el martes 16 del mismo mes, en Valladolid, AMLO aclaró que en su amnistía anticipada “está incluido el presidente Enrique Peña Nieto; va a haber una amnistía, porque lo que necesitamos es sacar adelante el país, sin odios ni rencores.”
Ya la derecha comienza a golpetear al tabasqueño llamándolo “perdonavidas”.
Para Lorenzo Meyer, los mensajes actuales de Andrés Manuel son de conciliación con los oligarcas, porque éstos lo siguen considerando un peligro para México. Para este académico de El Colegio de México, esta amnistía anticipada representa un “borrón y cuenta nueva” para quienes se han enriquecido explotando a la población mexicana y que se han dedicado a la corrupción.
Pero a pesar del perdón a sus antiguos enemigos, AMLO no propone ningún cambio profundo, ningún cambio de estructura de propiedad, ninguna expropiación, ninguna medida que fuera el producto de una “revolución de conciencia”, frase repetidamente usada antes por nuestro personaje en controversia.
Recordemos una enseñanza que nos ha dejado la Revolución Mexicana, digo: Francisco I. Madero movilizó a multitudes rurales que lo apoyaron a alcanzar el poder. Pero, ya triunfante, Madero perdonó a los latifundistas, aunque repartió tierras desocupadas a los campesinos. La aristocracia rural tomó venganza y ya sabemos el trato que le dio a don Francisco y a sus seguidores.
Si Andrés Manuel llegara al poder – que no lo creo – no tendrá las energías suficientes para controlar la corrupción que continuará a sus espaldas. Tampoco tiene a la gente y a la organización que lo favorezcan en el control de los corruptos mexicanos. Estos continuarán en su carrera de devastación de las riquezas de la nación.
Gilberto Balam Pereira