Poesía
Jesús Fuentes y Bazán
En el confesorio de tus muslos
insolentes
que me abrazan,
tengo tanto para ti.
Quién a quién invade,
engranaje absoluto,
movimiento en cada parte
a mitad de la vela.
En mi euforia,
reconozco Padre
que fornicamos
por una grandísima apetencia.