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Editorial
La religión con mayor número de feligreses en el orbe se sustenta, según los evangelios, en dos simples mandamientos: Amarás a Dios sobre todas las cosas y Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
El elemento común que resalta en ambos pronunciamientos es el sentimiento que, según algunos expertos, solo se puede alcanzar cuando los individuos han satisfecho sus necesidades primarias: el Amor.
Todos hemos experimentado Amor en nuestra vida, recibiéndolo o dándolo. Nadie llega a este mundo sin que alguien hubiera sentido Amor por esa incipiente unión de un espermatozoide con un óvulo, así como nadie puede decir cabalmente no haber sentido Amor por algo o por alguien (aunque fuera por uno mismo) jamás en su vida.
Nuestra humanidad y nuestra especie estaría en un mucho más avanzado estado de evolución si tan solo ese fuera el sentimiento predominante. Así, cuidaríamos de nuestros semejantes, de los animales, del Medio Ambiente, de nuestro hábitat, en un mundo tan distinto al que vivimos. Nuestra sociedad sería tan diferente.
En un planeta tan agobiado por manifestaciones de odio y división, por fronteras impuestas por abusos del poder, el Amor es la piedra de toque para sanarlo, para sanarnos.
El Amor se comparte a partir del que nos tenemos a nosotros mismos, pues nadie puede dar lo que no posee.
Así pues, tan solo pasemos la mirada por lo que nos rodea, paseemos un breve tiempo por nuestros recuerdos, sintamos agradecimiento por el día que vivimos…y entonces demos Amor, aunque sea un poco.
Hoy, 14 de febrero, festejemos el Amor y, recordando a los Beatles y dos de sus mayores mandamientos, tengamos presente: Al final, el Amor que te llevas es el mismo que haces y Todo lo que necesitas es Amor.
¡Feliz día de San Valentín!