Entre Corcheas
Agustín Lara dedica esta fotografía la Mujer Cubana.
ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA
Ángel Agustín María Carlos Fausto Mariano Alfonso del Sagrado Corazón de Jesús Lara y Aguirre del Pino, conocido como Agustín Lara (Tlacotalpan, Veracruz, 30 de octubre de 1900 o primero de octubre de 1897 – Ciudad de México, 6 de noviembre de 1970), fue un compositor e intérprete mexicano de canciones y boleros. Se le reconoce como uno de los más populares de su época y género. También conocido con los apelativos de El Músico Poeta y El Flaco de Oro, su obra fue ampliamente apreciada no solo en México, sino también en Centroamérica, Sudamérica, el Caribe y España. Luego de su muerte, se le ha reconocido también en Estados Unidos, Italia y Japón.
Sus intérpretes principales fueron y son Pedro Vargas, quien era su compadre, Toña la Negra (María Antonia Peregrino Álvarez), Pedro Infante, Juan Arvizu, Néstor Mesta Chayres, Javier Solís, Alejandro Algara, Hugo Avendaño, Plácido Domingo, Julio Iglesias, Manuel Mijares, Vicente Fernández, Pérez Prado y otros artistas.
Ahora analizaremos algunas cosas curiosas como: su nacimiento en la ciudad de México y posteriormente cuando escribió “Veracruz”, “Noche Criolla”, “Son Carabalí”y otras donde retrata la belleza de Veracruz en el Golfo de México, con sus noches tibias y calladas, o las famosas palmeras borrachas de sol que popularizó “Toña la Negra”, y se quedaron borrachas por siempre, aunque yo leí una partitura que dice: Y en tus ojeras se ven las palmeras con rachas de sol— y esto es lo correcto ya que era el músico poeta, de eso se puede leer sus letras, además de una un cantilenista estudioso de la literatura.
También puedo contar una anécdota que nos contó el tenor José Mojica en Cuba en 1951, durante mi primera vista a la Antilla mayor, acompañado de dos compañeros de estudios: Roberto Ruz Navarrete y Teodoro Canché Acosta. Cuando Mojica ya era Fray José de Guadalupe y radicaba en El Vedado de La habana nos dijo acerca del “Flaco de oro”, quien fuera su compañero de farras y de arte: “La única canción que Agustín le ha hecho a un hombre, me la dedicó a mí y siempre la he agradecido por haberme entendido que había decidido dejar la vida mundana y se dedicaría a la reflexión, al estudio bíblico y al claustro para limpiar mi vida con principios religiosos y sanos”
Cuando analizamos la canción que motivó a Lara a dedicársela a su amigo, la comprendimos puntualmente: “Solamente una vez amé en la vida / solamente una vez y nada más; / una vez nada más se entrega el alma/ con la dulce y total renunciación / y cuando ese milagro, realiza el prodigio de amarte / hay campanas de fiesta que cantan, en mi corazón”. Esa bella canción tiene un motivo profundo de reflexión al hombre que deja la vida de farándula mundana, para encontrar a su Dios en torno a reclusión monástica. Mojica fallece en Perú en un convento religioso.
Para forjar otra de las personalidades de Agustín Lara va parte de lo que registró Blanco Ornelas en su colección “Doble Plana” y que hizo libro con su peculiar estilo irónico y simpático.
“Se lo dijeron a María Félix antes de morir. Eso de “…acuérdate de Acapulco” no lo compuso Agustín Lara para dedicársela. Era una de muchas canciones que tenía guardadas el músico-poeta. Catorce años antes de conocer a “La Doña”, otra mujer fue su inspiración. A ella primero le cantó “María Bonita”. Estaban solos. En el último piso de entonces afamado hotel acapulqueño. Gran Suite. Le llevaron a Lara especialmente un piano. Lo subieron nueve hombres por la escalera de servicio. Entrando al aposento, Agustín ordenó colocar monumental arreglo de rosas “…tan grande como un árbol navideño”. Fue necesario utilizar tres florerías. En el centro, una mesa lujosa. Botellas de champagne. Caviar iraní. Lonchas de pavo. Quesos franceses. Y una bandeja repleta con granadas abiertas. “Rojísimas, sensuales y tentadoras”.
Entonces, “María Bonita” solamente tenía dos estrofas: “Acuérdate de Acapulco/ de aquellas noches/ María Bonita, María del alma/ Acuérdate que en la playa con tus manitas/ las estrellitas las enjuagabas/ Tu cuerpo del mar juguete, nave al garete/ venían las olas, lo columpiaban/ y cuando yo te miraba, lo digo con sentimiento/ mi pensamiento me traicionaba.”
Cuentan que el “ingenio travieso” de Agustín Lara está muy claro allí. Primero: María Félix no tenía “manitas”, las suyas eran largas y grandes; menciona “estrellitas” porque así le decían a su amada de entonces y escribió “juguete” cuando tal se llamaba el cabaret donde ella cantaba. “María Bonita” lo inspiró un paseo que por la playa acapulqueña efectuaron. Enamorados. De manita sudada. Todavía sin llegar a la alcoba. Por eso aquello de que al verla “…mi pensamiento me traicionaba”. Significa que se ilusionaba en esos momentos por tenerla completamente suya.
La segunda estrofa: “Te dije muchas palabras, de esas bonitas/ con que se arrullan los corazones/ pidiendo que me quisieras, que convirtieras/ en realidades mis ilusiones/ La luna que nos miraba ya hacía un ratito/ se hizo un poquito desentendida/ Y cuando la vi escondida/ me arrodillé pa ’besarte y así entregarte/ toda mi vida”.
“Pidiendo que me quisieras” significa que Agustín le suplicó matrimoniarse. Pero ella era casada. Fue cuando insistió “convertir en realidades mis ilusiones” uniéndose. Hay algo simpático. Significativo. Jamás fue en aras de la rima como metió un tosco “pa ‘besarte”. No. En principio era “para amarte” que cuadra. Pero cuando se la cantó por vez primera, todavía no hacían el amor y, como era un romance secreto, Lara la guardó en lo que llamaba “el arcón de mis recuerdos”. Solamente la tarareaba cuando estaba solo. De lejecitos, su eterno ayudante escuchaba y nunca dijo nada, por lealtad.
La música de Lara ha dejado huella en mí, como todos los boleros que escuché desde los años treinta en las descargas musicales de mi hogar, cuando pequeño, en la Ciudad de México, donde mi madre, Margarita Acosta, era pianista acompañante, junto a Guadalupe Rey y Ramón Almengould.
Tan me agrada la música de Lara, que organicé junto con Ligia Canto, de bella voz en la tesitura de soprano, un espectáculo musical con la historia y vida de Agustín Lara. Conjuntamos un elenco que titulamos “Voces del Mayab”, en homenaje a Agustín Lara, y nos presentamos en el teatro “Silvio Zavala” del Centro Cultural “Olimpo”, esa primera producción musical dedicada al Músico Poeta con Ricardo Quiroz como director musical y arreglista, donde seleccionamos un repertorio de acuerdo a las voces y personalidad de los ejecutantes: La apertura, presentación y conducción del evento estuvo a mi cargo, las presentaciones de cada canción las hacíamos a la par Ligia Canto, con cuartetas de letras de sus canciones, y las completábamos con cuartetos de poetas conocidos y respetados, más unas líneas biográficas del Flaco de Oro. Participaron Lizza Rodríguez, Ileana Cortés, Ligia Canto, Margarita Zavala de Calderón –a quien presenté como la Primera dama de la canción” –, el barítono Carlos Sansores, y el tenor Marco Antonio López. Cerramos el concierto como un grupo mínimo coral y lo repetimos en el Teatro “Mérida”, ahora “Armando Manzanero”
Agustín Lara tenía el don de la simpatía. En 1953 recibió un homenaje por parte del presidente Adolfo Ruiz Cortines en el Palacio de Bellas Artes. En España su figura era muy conocida a comienzos de la década de los años 40, recibió diversos honores y condecoraciones en todo el mundo, como la que recibiría de manos del dictador español Francisco Franco, quien en 1965 le obsequió una hermosa casa en Granada. Agustín escribió bellas canciones en una suite de españolerías, con canciones dedicadas a sus hermosas ciudades: Toledo, Granada, Sevilla, Valencia, Madrid, Murcia, entre otras. Lo sorprendente es que Agustín Lara no conocía España, quien conocía ese país era su hermana María Teresa.
Conservo un par de particellas que al calce dicen Letra María Teresa Lara y arreglos musicales de Agustín Lara.
Con el tiempo, en el año 1997, la canción «Granada« terminó convirtiéndose en el himno oficial de esta ciudad, por acuerdo unánime de su Ayuntamiento, en versión adaptada por el profesor Luis Megías Castilla. Madrid fue un chotís que compuso Agustín y lo gozó en “Chicote” con la crema de la intelectualidad madrileña, en merecidos homenajes.
Fuentes
https://zetatijuana.com/2019/03/maria-del-alma-3/
https://es.wikipedia.org/wiki/Agust%C3%ADn_Lara