Beatriz Rodríguez Guillermo: Belleza, sencillez y cultura (+)
ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA
Desde North Miami, el pianista José Ruiz Elcoro difunde la lectura del Diario del Sureste en la península floridana, por los espacios dedicados a la Antilla Mayor, y por el gran número de antillanos radicados en los EE.UU. Le agradecemos su colaboración de todo lo relacionado al mundo del arte lírico y su trabajo de divulgación de la música cubana. José narra su historia y sus recitales en teatros y universidades con las que tiene nexos laborales. Gracias, José Ruiz Elcoro, por sembrar conocimientos que engrandecen tu suelo natal.
José Ruiz Elcoro. Miami, Florida – Muchas gracias, querido Hiram. Ella fue compañera mía en el CECUNY. Muy buena persona, decente y humana. Gracias por todo lo que pones de ella. Un abrazo, Pepe.
Gloria Martín Pérez – Señor Alfonso Hiram, llegue a usted un abrazo entrañable con mi gratitud por hacerme partícipe de tan gratas y pedagógicas vivencias suyas; sus relatos, que disfruto leer, me enseñan cómo quien escribe debe abrir a sus lectores las ventanas de la mente y corazón que permitan la visión cercana de la anécdota.
Deseo para usted un cúmulo de bendiciones que se traduzcan en salud, bienestar, y que el éxito lo acompañe siempre. Espero algún día poder contar con su amble atención de leer mis escritos que deseo editar. Me sentiré muy honrada de que sea mi padrino. Sin más, me despido con el cariño y respeto de siempre. Afectuosamente, Gloria Martín Pérez.
Honrado, Gloria. Envíame algo de tu material literario y desde luego te agradezco pueda ser tu padrino editorial. En las páginas del Diario del Sureste tendrás cabida en cualquiera de las secciones con que se cuenta. Nuestro Consejo Editorial analizará tu obra escrita y te auguro un buen desempeño, pues tu cultura y facilidad de palabra lo demuestran. No pierdas tu estilo literario. Con un abrazo virtual, esperando que pronto seas una colaboradora nuestra, Hiram García.
También encontré en mi correo una carta de una madre a sus hijas Dionne Michelle y Alondra; la firma Michelle Combaluzier García. La transcribo tal como llegó, por tratarse de mi nieta y mis bisnietas, dos florecitas del jardín de mi vejez:
Hijitas mías, Dionne Michelle y Alondra, cuando ya no pueda cuidarlas físicamente escuchen lo que les voy a decir:
Si les gusta una blusa, ¡se la ponen y ya!… Y si les gusta una falda, ¡se la ponen y ya! Si quieren cortarse el pelo, se lo cortan, y si les gusta maquillarse se maquillan… Si no les gusta, ¡no lo hagan! Si les gusta una canción ¡la oyen y ya! Y si les gusta bailar, bailen.
Que nunca venga nadie a decirles cómo vivir su propia vida.
Si pudiera darles tres cosas, serían:
La capacidad de amarse y tener bien arriba su autoestima.
La fuerza para perseguir sus sueños.
La capacidad para comprender que para ser feliz sólo tienes que aprobarte a ti misma.
No quiero que se parezcan en lo más mínimo a mí, ni siquiera en una pestaña. No son la continuación ni de mi apellido ni de mi forma de ser. No son mi apéndice. Ustedes son mucho más… Son personas únicas e indispensables.
No serán lo que yo nunca pude ser, ni las lanzaré por los senderos que yo hubiera querido recorrer.
Sean todo lo que quieran ser, mientras las haga felices.
Vendan helados, ilusiones, compren nubes, zarandeen a la vida y no sigan a los demás, no crean en lo que les digan, sólo hagan lo que les parece mejor.
Son timones, nunca anclas. ¡Sean el mar entero!
Sobre todas las cosas, que el AMOR siempre guie sus decisiones y la bondad esté siempre en su corazón.
¡Las amo para siempre!
Sigan brillando tan fuerte y vibrando tan alto como lo han hecho desde el día que llegaron a este mundo.
Mamá Michelle.
