Mascotas
Ante la presencia de un bulto en la piel de nuestra mascota, la primera medida a tomar será tratar de averiguar la causa de éste con ayuda de un profesional.
Un absceso es una infección e inflamación del tejido del organismo caracterizada por hinchazón y acumulación de pus. De acuerdo con esto, los abscesos en perros presentan un tipo de inflamación que suele estar causado por infecciones bacterianas. Sin embargo, en algunos casos, un absceso también puede ser estéril. Esto significa que no fue causado por un suceso bacteriano. Los abscesos se pueden formar en casi cualquier órgano y suelen desarrollarse de la misma manera.
Si las bacterias que forman el pus -como los estafilococos, la Escherichia coli o la Clostridia- penetran en el tejido, se produce una importante reacción inmunitaria, es decir, una inflamación del tejido. La finalidad de esta inflamación es eliminar los patógenos para que el tejido pueda regenerarse. En el caso de un absceso, la cavidad está formada por tejido muerto y está llena de pus, el cual se compone de bacterias, células y células muertas del sistema inmunitario (granulocitos de neutrófilos).
En el exterior, el absceso está separado del tejido sano circundante por el tejido de granulación, que forma parte del proceso de curación de la herida. Durante la inflamación, la cavidad del absceso puede seguir extendiéndose. Esto puede causar fístulas (conexión con la superficie del cuerpo) o espacios que pueden dificultar el tratamiento.
Localización de los abscesos más comunes en perros.
Como hemos comentado, los abscesos en perros pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. En este apartado destacaremos algunos de los más comunes:
- Absceso dental en perros – Se originan por infecciones producidas en los dientes, sobre todo se ven afectados caninos y premolares superiores. Son muy dolorosos, es normal que el perro deje de comer y tenga fiebre. En ocasiones puede verse pus. Cuando el absceso está en el cuarto premolar superior es fácil que veamos una inflamación bajo el ojo. Si el absceso crece, acaba por abrirse, el pus saldrá y manchará todo el lateral de la cara.
- Absceso perianal en perros – Produce una inflamación dolorosa, generalmente en un lado del ano, al afectar a una de las glándulas anales. La piel se enrojece y acaba por amoratarse. Si se abren estaremos ante una fístula perianal, que es un canal por donde se va a drenar. Se observa como orificios que acaban aumentando de tamaño y eliminan una secreción con muy mal olor. Pueden estar conectados con las glándulas anales.
- Absceso en el lomo, cuello o cabeza del perro – En el cuerpo, los abscesos suelen deberse a mordeduras, picaduras o heridas con objetos punzantes. Un absceso en la cara puede hacer que el perro lleve la cabeza inclinada o que presente dificultades para abrir la boca. Hay que tener cuidado con estas heridas, especialmente con las provocadas por mordeduras, ya que pueden parecer externamente curadas cuando, en realidad, se está acumulando pus en su interior. Además, en la zona entre el cuello y la cruz, donde suelen administrarse las vacunas o medicaciones, puede producirse un absceso en los perros por inyección al producirse una reacción.
- Absceso retro bulbar en perros – En la cabeza, destacamos este absceso que se produce por detrás del globo ocular y que puede causar la protrusión del ojo.
- La próstata en los machos – Una infección bacteriana por el uréter o el flujo sanguíneo
- Los pulmones – La inhalación de cuerpos extraños, parásitos pulmonares o tumores puede provocar una acumulación de pus en los pulmones. Sin embargo, este tipo de absceso es bastante raro en los perros
- El páncreas – Estos abscesos suelen ser el resultado de una peritonitis y suelen ser estériles
- El hígado – Las bacterias entran en el hígado a través de lesiones, inflamación de órganos o en los cachorros a través de una infección umbilical
Un absceso se puede reconocer por su típica apariencia y por los síntomas que lo acompañan:
- Inflamación del tejido.
- Los perros pueden mostrar cambios de comportamiento, como desgana para moverse o falta de apetito, debido a la sensación de dolor. Además, los canes pueden reaccionar con sensibilidad al tacto en caso de abscesos internos, o mostrar dolor al defecar u orinar.
- Eritema (enrojecimiento del tejido colindante).
- Formación de pus dentro del absceso (de líquido a ceroso, también es posible que tenga una consistencia dura o renitente).
- En caso de que la infección pase a la sangre: fiebre, empeoramiento del estado general, reducción del apetito, pérdida de peso.
Si el estado general de tu perro empeora, tiene una hinchazón dolorosa u otros dolores, y cambios de comportamiento, es recomendable que acudas al veterinario lo antes posible. Durante la anamnesis (preguntas al cuidador), el veterinario ya puede hacer posibles diagnósticos diferenciales y planificar el procedimiento del diagnóstico posterior. Para esto es importante saber el estado de vacunación, el historial de salud y los posibles accidentes o cambios en el entorno del peludo.
Si hay una hinchazón externa, durante la inspección el veterinario puede observar el cambio y el tejido circundante y buscar indicaciones como enrojecimiento, marcas de mordeduras u otras lesiones. Debido a su típico aspecto, en los perros es fácil diferenciar un absceso de un tumor, ya que un absceso presenta calor y pus. Este último se puede extraer con una punción. Sin embargo, si el veterinario sospecha que se ha formado un absceso dentro del cuerpo del can, tendrá que emplear técnicas de imagen para poder verlo. Dependiendo de la localización, lo más adecuado son las ecografías y las radiografías.
El tratamiento de un absceso en un perro consta de drenaje junto con un tratamiento farmacológico. El drenaje de abscesos en perros es una intervención que solo puede realizar el veterinario. En ocasiones, sobre todo cuando se trata de un absceso por mordedura, el veterinario va a realizar una pequeña incisión donde deja sujeto un drenaje, que suele ser un tubo por el que salen al exterior los líquidos de la zona mientras cicatriza la lesión.
El pronóstico de los abscesos en perros depende de la localización y del estado de estos.
Prevenir los abscesos en perros es esencial. Si tu cuadrúpedo tiene una lesión por mordedura o un rasguño o si, por ejemplo, se le clava una espiga en la piel debes limpiar bien la herida. Para esto puedes hacer lo siguiente:
- Revisión minuciosa: las heridas por mordeduras pequeñas no se suelen ver de inmediato y pueden inflamarse mucho durante el curso de la infección bacteriana
- Limpieza y desinfección de tus propias manos, si es posible usa guantes esterilizados
- El afeitado de las zonas de pelo circundantes es útil para una mayor higiene de la herida
- Limpieza de la herida (por ejemplo, con solución salina)
- Limpieza con soluciones asépticas
- Controles regulares de la evolución de la herida.
- Habitualmente los abscesos acaban rompiéndose y vaciando el pus. …
- En algunos casos, tratamiento con antibióticos para controlar la infección.
Recuerda siempre que “absceso drenado es absceso curado”.
Dra. Carmen Báez Ruiz
drabaez1@hotmail.es