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‘El Sótano del Ángel’ – Entrevista con el autor, José Adiak Montoya
Una interesante charla con el destacado escritor nicaragüense José Adiak Montoya, autor de ‘El Sótano del Ángel’, una obra realmente maravillosa.
Un hombre afectado por la tragedia de perder a su hermano menor guarda un luto permanente, vestido siempre de negro, convirtiéndose en un personaje pintoresco que se enamora de una joven que colecciona ángeles de porcelana. La fuerza de esta obsesión lo llevará a preguntarse qué debe hacer para acechar y robar un ángel de verdad, uno que habite ahí, en Los Almendros, para obsequiárselo a su gran amor.
Esta es la base de una obra que te captura desde el inicio, que te contagia los estados de ánimo de los diversos personajes, te adentra en el entorno brumoso del lugar de los hechos, y demuestra porqué el autor es considerado uno de los narradores más interesantes que ha producido Centroamérica en los últimos años.
¿De dónde surgió la idea para este trabajo?
Primero, es un gusto siempre saludar a las personas de allá de México. ‘El Sótano del Ángel’ es una novela que surge de dos ideas principales que nacen de manera individual, pero que al unirlas dieron la gestación de esta novela. Yo tenía desde hacía algún tiempo la idea de un personaje que no sabía bien dónde ubicarlo, o en qué historia ubicarlo. Era un personaje que siempre cargaba un luto, un luto perpetuo, que era una especie de apostolado de la culpa, que siempre vestía de negro, pero yo no sabía por qué. Simplemente tenía este personaje ahí; luego me hice el cuestionamiento de qué tipo de amor puede devenir de la locura, si una persona que se encuentra mentalmente inestable llega a enamorarse, qué tipo de ramificaciones de amor pueden salir de esta idea. Entonces, dentro de todas las historias posibles, dentro de todas las ramas que podrían salir de ese árbol, me di cuenta que esa persona era este personaje que tenía yo nadando en un limbo. Al unir ambas cosas crece y nace la historia de ‘El Sótano del Ángel’, y a raíz del personaje principal y darle un motivo para su culpa y para su amor, pues nace todo lo que hay alrededor de él y este pueblo ficticio que se llama ‘Los Almendros’, que puede encontrarse en Nicaragua, o tal vez puede estar en cualquier parte de Latinoamérica. Esa era la idea: que conectara con lectores de toda Latinoamérica.
Todos los personajes tienen mucha fuerza. Háblanos de ellos.
Leónidas Pajón es el punto de partida de todo. Absolutamente todo está construido para él, hasta el pueblo y su ambiente corresponde a su estado de ánimo. Por eso está siempre esa niebla, ese misterio, esa idea de no ver más allá de tus narices. Es una novela bastante de interiores que nos narra lo que está ocurriendo en la cabeza de cada uno de los personajes. Está narrado siempre en tercera persona; sin embargo, estamos invitados a que siempre nos narre lo que está ocurriendo en su interior. Tuve que crearle un espacio donde se desarrollara, tuve que crearle una historia familiar, y tuve que crearle también una motivación para esta culpa que surge cuando su hermano Bruno muere durante una tarde de juegos de la infancia.

Pero también Elia López, Fernanda, y los mismos padres de Leónidas son personajes muy profundos.
Yo siempre he dicho que para mí la literatura que cuenta, o la literatura que perdura, es la que está formada de emociones humanas, porque es a lo único a lo que no podemos ser indiferentes como seres humanos, es lo único que nos conecta, y que lo conservamos y lo tenemos todos los seres humanos en cualquier rincón del mundo. Entonces pienso que, si uno crea personajes que tienen conflictos interiores con respecto a sus emociones, entonces estos conflictos pueden verse reflejados en el lector, o el lector puede verse reconocido, o puede descubrir cosas sobre las emociones humanas que tal vez no había visto antes. Por eso pienso que mis personajes siempre están plagados de todo este tipo de cargas emocionales, porque eso es precisamente lo que más me gusta de la literatura y lo quiero transmitir a través de mis personajes.
¿Cuánto tiempo te tomó terminar la novela?
El proceso total fue alrededor de tres años de escritura. De cierta forma, fue una experiencia interesante porque no había escrito de manera formal una novela como tal. Era la primera vez que me enfrentaba a mis personajes por un período de tiempo tan largo. Antes solo había escrito cuentos que, por las mismas características del género, requerían menos tiempo. Pero con todos estos personajes que mencionaste ahorita – los padres, Elia López, Fernanda Usaga –, con ellos sí necesitaba todas las noches para brindarles una chispa de vida, aunque fuera por cada día. Durante tres años creé una relación bastante de amistad con ellos, hasta que llegó el momento de poner el punto final, y desde ahí ya no me pertenecen a mí, sino a ti y al resto de los lectores que ya los interpretan a su manera.
Los ángeles son un punto clave de la historia.
Viste que dentro de la novela Leónidas termina desequilibrándose de vuelta, teniendo una recaída de sus problemas mentales en la infancia y, al ser una novela totalmente realista, sin magia ni elementos surreales ni sobrenaturales, ni nada. Sin embargo, el personaje sí cree que ve esos elementos, pero solo está ocurriendo dentro de su cabeza. Necesitaba un elemento que me hiciera una conexión entre el mundo real y un plano mágico surreal. Me pareció que los ángeles eran un elemento que se prestaba muy bien para este asunto, porque a los ángeles como tal nadie los ha visto. En lo personal, no creo que existan, pero los ángeles como ornamentación, como adorno, están por todos lados. Que el ángel a la vez esté basado en un ser etéreo, que pertenece al paraíso, que pertenece a las legiones celestiales, me creaba un puente entre la realidad y la locura del personaje principal.
Es una obra muy cinematográfica.
Es un elemento que yo noto y que mucha gente me ha hecho notar también. Así que si nos lee Alejandro González Iñárritu, o Alfonso Cuarón, estamos a la orden. Jajaja.
¿Cómo te sientes con el resultado final de la edición?
Estoy muy contento. Es una edición preciosa. El libro como objeto físico es muy bello, con una portada que me gustó bastante también, y contento de que la Editorial Océano se haya mostrado interesada en publicarlo y que esté disponible en México y en distintos países de Latinoamérica, algo que es algo muy difícil de lograr con las editoriales de Nicaragua.
Para concluir, José Adiak Montoya comentó que actualmente está trabajando en una novela y en un libro de cuentos que será publicado en abril en España, y que desea que también llegue a México. “El trabajo literario requiere muchísimo esfuerzo mental y siempre es agradable escuchar que el resultado final es aceptado, es querido y es admirado por las personas a las que llegas.”
RICARDO PAT