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Cine
La historia de Bruce Lee está llena de pasajes que parecen guiones escritos para alguna de sus películas. Antes de ser estelar en esta producción china, Bruce trató de triunfar en los Estados Unidos, logrando participación en algunos programas de televisión a mediados de la década de los sesenta como “Ironside”, la comedia “Blondie”, la serie western “Here come the Bride”, el serial policiaco “Longstreet”, donde apareció como invitado en varios episodios.
La serie del Avispón Verde, donde interpretaba el papel de Kato, experto en artes marciales y fiel compañero del estelar Van Williams, fue la oportunidad para darse a conocer en Hollywood, logrando de hecho ser contratado como coreógrafo del filme “La Mansión de los 7 Placeres” (1968), protagonizada por Sharon Tate, y de actuar en “Marlowe” (1969), donde fue el villano que enfrentaba al estelar actor James Garner. También fue director de acción en el filme “A Walk in the Spring Rain”, protagonizado por Anthony Quinn e Ingrid Bergman.
Frustrado por no haber podido concretar un acuerdo con Warner Brothers para una serie (Warrior), ni tampoco la producción de su proyecto de película “La flauta silenciosa”, que coprotagonizaría con su amigo y alumno James Coburn, por consejo de este decidió retornar a Hong Kong para entablar una reunión con un prestigioso productor chino llamado Raymond Chow quien, tras trabajar muchos años para la poderosa compañía Shaw Brothers, había formada la suya, bautizándola como Golden Harvest.
Chow convenció a Bruce, quien venía de superar una terrible lesión en la espalda y estaba necesitado de dinero, de firmar un contrato para realizar su debut cinematográfico como estrella de las artes marciales, ya que de niño había sido un actor muy famoso que participó en 12 filmes.
En 1970, Bruce había viajado a Hong Kong con su hijo Brandon y quedó sorprendido por la recepción de héroe que recibió a su llegada, enterándose que ahí “El Avispón Verde” se transmitía con el nombre de “El Show de Kato”, por lo que su popularidad era enorme.
Por todos estos factores, Bruce aceptó firmar un contrato por 15 mil dólares para la realización de dos películas: “Big Boss” y “Fist of Fury”, utilizando 10 mil para el primero, que debió filmarse en Tailandia para ahorrar costos. Los coestelares fueron Maria Yi, Nora Miao, Tony Liu, Hang Yin-chie y James Tien, quien ya era una estrella en Hong Kong y originalmente iba a ser el protagonista principal, pero con la llegada de Bruce ocupó otro rol importante, mientras que la dirección correspondió a Lo Wei, quien metió mano en el guion.
Realmente, el guion era bastante regular: Bruce interpretaba a Cheng Chao-en, quien llega a Pak Chong, Tailandia, para vivir con unos parientes que laboran en una fábrica de hielo. Ha jurado a su madre que no volverá a participar en ninguna pelea y, para recordarlo, lleva un amuleto de jade alrededor del cuello. Conoce a su primo Hsu Chien (James Tien) quien enfrenta a unos gamberros. Poco después, ingresa a trabajar en la fábrica con sus demás primos; pronto, de manera accidental, dos de ellos descubren que en realidad aquel negocio solo era una fachada para el tráfico de heroína, por lo que son asesinados.
Ante la falta de noticias, los demás parientes realizan una huelga exigiendo a sus jefes explicaciones por su desaparición, pero estos los reprimen, contratando a varios matones. Hsu Chien, acompañado de otro primo, acude a la residencia del gran jefe Hsiao Mi para averiguar que pasó, pero son cruelmente asesinados por los hombres del mafioso.
La nueva desaparición precipita los acontecimientos, se realiza otra protesta en la fábrica y nuevamente acuden más golpeadores. En plena refriega, uno de ellos le arranca el collar a Cheng Chao-en quien furioso arremete contra ellos con una maestría combativa sorprendente. Los trabajadores lo vitorean por derrotar a los malosos y el encargado de la fábrica decide nombrarlo capataz, lo que ocasiona el enojo de sus parientes, al considerarlo un traidor.
Ante este escenario Cheng, quien siente especial cariño por su prima Chow Mei, acude una noche a la fábrica, encuentra no solo los paquetes de droga, sino también las cabezas de sus primos, pero es descubierto por los mafiosos que, encabezados por el hijo del gran jefe, Hsiao Chiun, lo atacan para matarlo. Se defiende eliminando a todos, incluyendo al heredero del gran jefe, a quien asesina de un certero golpe al estómago.
En represalia, el gran jefe manda a varios asesinos a casa de sus parientes, eliminando a la mayoría, por lo que Cheng decide cobrar venganza acudiendo a la mansión de Hsiao Mi, matando a todos sus hombres con su depurada técnica, para enfrentar finalmente al gran jefe, quien es un astuto peleador que logra herir a Cheng con sus cuchillos, pero no impide que sucumba ante la fiereza de su rival. Entonces la policía llega para detenerlo, implantando la moraleja que mancharse las manos de sangre tiene un alto costo.
En resumen, The Big Boss podría ser una más de tantas películas de kung fu que inundaban el mercado cinematográfico de Hong Kong, pero definitivamente el salto de calidad lo aporta Bruce Lee y su increíble técnica marcial.
El filme recaudó 540 mil dólares en taquilla en Hong Kong, 700 mil en Singapur, rompió récord también en Malasia, y también recaudó muchísimo dinero en Europa, Sudamérica, México, África, e incluso en los Estados Unidos y Canadá.
Fue el primer paso hacia nuevos proyectos que superaron el éxito de esta, convirtiendo a Bruce Lee en la máxima estrella de las artes marciales, e impulsando su figura a alturas insospechadas para un actor asiático, a tal grado que pocos años después Hollywood finalmente se rendiría a sus pies, ofreciéndole su primer protagónico en un filme norteamericano, pero esa es otra historia.
RICARDO PAT
