Editorial
Que la Presidenta Sheinbaum haya decidido visitar Acapulco para conocer de primera mano las necesidades de sus habitantes después de los embates meteorológicos del año anterior y los del que transcurre es digno de encomio. Es de esperarse que los apoyos pronto fluyan y, así, se recupere la actividad económica, turística y social de puerto.
Pero…
Nada de eso servirá si el estado de Guerrero, con sus ciudades y habitantes, sufren el agobio de los criminales que, en su inmensa arrogancia e impunidad, decapitaron al presidente municipal de Chilpancingo, capital del estado, hace unos días. Similar pesadilla viven los sinaloenses y los chiapanecos.
Por otro lado, siguiendo la estrategia de repartir dinero directamente a los mexicanos, la Presidenta ha anunciado un nuevo apoyo económico dirigido a los estudiantes de nivel secundaria en el país, una beca universal, cuyo monto bimestral será de $1,900 pesos por familia, más $700 por estudiante adicional, a partir de 2025.
Pero…
Ante el desbalance entre los ingresos y los egresos, sin olvidar el servicio de la deuda que heredó su gobierno, y lo que falta gastar para que funcionen los magnos proyectos del presidente saliente, cumplir con todos estos compromisos con diferentes grupos de mexicanos cada vez será más pesado para las arcas de la nación, con lo que la presión sobre Sheinbaum indudablemente aumentará.
Sin desperdicio resulta que, después de un sexenio de palabras y gobierno desde el púlpito mañanero, lleno de “otros datos”, las mañaneras de la Presidenta comiencen a mostrar un contraste con las de su predecesor, principalmente por su brevedad.
Pero…
La terca y tensa realidad que viven los mexicanos no mejorará con más palabras, o con más mañaneras, cuando lo que se requiere son acciones prontas que restauren el tejido social, aumenten la seguridad, castiguen a los que infrinjan la ley y, con mano firme, devuelvan la confianza y paz a los mexicanos.
Dice la primera ley de Newton que “un objeto en reposo permanece en reposo o, si está en movimiento, permanece en movimiento a una velocidad constante, a menos que una fuerza externa neta actúe sobre él.” Llamada ley de la inercia, en palabras simples lo que dice es que la trayectoria de algo no cambiará hasta que otras fuerzas cambien su estado.
Apenas han pasado unos días desde que la Presidenta Sheinbaum tomó las riendas y realmente da gusto ver que algunas cosas en la trayectoria presidencial se han modificado para bien, abonan a buenas expectativas.
El riesgo de este gobierno es continuar la inercia negativa, incrementar la entropía generada por años y años de gobiernos mediocres y políticos egoístas e ignorantes, aunados a las acciones y actitudes de tantos malos mexicanos.
El riesgo que todos corremos es que esa inacción e inercia trastoque las vidas de aquellos que amamos y las nuestras.
