In Memoriam
“Maestro de Literatura y Periodismo”
ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA
En un desayuno en el “Pórtico del Peregrino” nos reunimos como una docena de compañeros universitarios más jóvenes que nosotros, casi todos egresados de la facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Autónoma de Yucatán. Algunos de ellos alumnos de la segunda generación de Contadores Públicos, alumnos de Luis Alvarado Alonzo, otros de Derecho, Matemáticas e Ingeniería, todos unidos por la Universidad.
Con mi compañero de asiento Luis Alvarado tocamos diversos tópicos de nuestra época universitaria de los años 50. Recordamos el Diario del Sureste de esa época y salió ecomo tema nuestro maestro literario y de periodismo fuera de las aulas, Carlos Duarte Moreno, con quien tomábamos café en el restaurante que ocupaba parte del foyer del mismo teatro, el “Peón Contreras”. Ahí, por las tardes o medio día, una greca nos caía muy bien en la misma mesa que ocupaba Don Carlos Duarte Moreno. Esa fue la misma época que nos dio clases de poesía el Poeta Nacional de Cuba, Don Nicolás Guillén. Algo se nos pegó pues varios de nosotros hicimos poemas de diversos tipos, algunos de largo metraje. Entre los mejores escritores de nuestra generación estudiantil puedo citar a Luis Felipe Ortiz Martínez, a Luis Alvarado Alonzo, Juan José Morales, Carlos Duarte Montes de Oca, y me cuento, pues también estoy entre los galardonados con premios estatales y nacionales de poesía. A tres de nosotros se nos otorgó la Medalla “Oswaldo Baqueiro López” del Gobierno del Estado, el Consejo Nacional para la Ciencia y las Artes y la Secretaría de Cultura de Yucatán, eso le da un respaldo a nuestro trabajo de escritores y mayor responsabilidad a nuestros escritos.
Carlos Duarte no solo era nuestro maestro en la cafetería, era nuestro amigo y guía. Visitábamos su hogar en la Col. García Ginerés y personalmente nos servía en su amplia mesa. Era una amplia casa de mampostería, sin rebocos ni acabados, sin puerta de acceso y ventanas. Nunca la vi terminada, pero rebosaba gran hospitalidad. Don Carlos preparaba un vino de frutas –él sembraba el mosto y añejaba– mientras nos cocinaba un Fetuccini Alfredo de lo más sabroso con ensalada. Desde luego, había música y poesía, ya que Carlos Duarte Moreno está entre los cantilenistas clásicos de la Trova Yucateca. Haciendo mancuerna con “Pepe” Domínguez, dejó un gran legado de canciones tradicionales y bambucos que le dieron lugar junto a los grandes compositores yucatecos. Con citar “Aires del Mayab” y “Manos de Armiño” se puede apreciar la trascedencia de sus letras y la música de José Domínguez de Dzidzantún, otro de los grandes compositores de Yucatán.
Carlos Duarte Moreno nace en Mérida el 15 de septiembre de 1900 y fallece en la Ciudad de México, el 22 de abril de 1969. Duarte Moreno, fue escritor, poeta, dramaturgo, compositor, político, director del Diario del Sureste. Don Carlos fue hijo del gobernador Delio Moreno Cantón, aunque llevó como primer apellido el de su madre, Virginia Duarte.
Algo llamativo para mi persona es que su hijo y compañero nuestro, genial con la pluma como su padre, firmara Carlos Duarte Moreno hijo, nunca Montes de Oca, el apellido de su madre cubana, que nunca conocí. Don Carlos fue amigo de mis padres y en alguna ocasión trabajaron juntos en algún programa de radio de la XEW, en los años 40, en la Ciudad de México. Fueron vecinos contiguos en las calles de Granada en la Col. Peralvillo, donde Carlos hijo y el que escribe aprendimos a caminar juntos.
Carlos Duarte Moreno realizó sus primeros estudios en Mérida, inició a estudiar la carrera de medicina pero no la concluyó. A partir de 1915 comenzó a colaborar como articulista para la revista Género Chico la cual llegó a dirigir. Paralelamente empezó su trabajo como compositor de canciones. Aunque radicó la mayor parte de su vida en Mérida, cambió su residencia en varias ocasiones, vivió en La Habana en 1931 a 1934 y en la Ciudad de México de 1940 a 1942 y de 1965 a 1969, en los años 40 convivió con los locutores yucatecos de la XEW. Ahí lo conoció mi padre y más adelante éramos casi vecinos, a tres calles de cada domicilio: nosotros en la Col. Yucatán y Duarte Moreno en la García Ginerés, con la Ave. Cupules de por medio.
Colaboró para el periódico Diario del Sureste con la columna «Caminando por las Calles», en la cual describió la realidad social y económica de la ciudad de Mérida. Durante el gobierno de Agustín Franco Aguilar dirigió el periódico agrarista Lorito Real, utilizando un estilo humorístico e irónico criticó los asuntos políticos del estado de Yucatán. Durante su estancia en Cuba colaboró para los periódicos Información y El País, y para la Revista Bohemia, Filmópolis, Orbe y Parisina. En Yucatán, fue fundador de los semanarios La discusión, Gladios, El pueblo e Ilustración Social; fue fundador de la Liga de Periodistas del Sureste. En la Ciudad de México colaboró con los periódicos Hoy, Excélsior, Últimas Noticias y El Nacional; también fundó la Peña Literaria del Club de Periodistas y fue miembro del Ateneo de Ciencias y Artes de México.
Además de contar con la amistad y apoyo de Agustín Franco Aguilar, fue amigo del poeta Clemente López Trujillo, del escultor Enrique Gottdiener, del historiador Jaime Oroza Díaz, de la escritora Nidia Esther Rosado y de algunos de los miembros de la APEY que convivíamos con él en el café y en su casa.
Durante su estancia en Cuba escribió la novela Levadura la cual publicó a su regreso a Mérida en 1934. Escribió Pencas, pero esta novela aún permanece inédita junto con las comedias La jaula,Como el alma de los cántaros y varias obras más. Entre su obra poética se encuentran Canto a míster Sam [que me obsequió y autografió, y que es parte de mi recuerdo de Duarte Moreno en mi biblioteca], Tres poemas jóvenes, La rosa poética y Evocación de Carlos Duarte Moreno.
Como dramaturgo escribió las obras teatrales Cuando las nubes pasan, El hundimiento de la esperanza, El tonto y la infamia y Xocbichuy. Sus poemas «Romance de la Adelita», «Diadema de Valladolid la Sultana» y «Sangre y voz» fueron premiados durante los Juegos Florales organizados por el periódico El Universal en 1938, 1943 y 1945 respectivamente.
Escribió la letra de varias canciones de música vernácula, las cuales fueron musicalizadas por Pepe Domínguez, Rubén Darío Herrera, Candelario Lezama y Manuel López Barbeito. Entre sus canciones se encuentran «Desolación», «Daga», «Espera», «Devoción», «Flor de azahar», «Hoja de malva», «Lazo de seda», «Mi canción», «Pañuelito», «Gracias», «Tengo un amorcito lindo», «Yo sé de unos ojos», «Si te vas de mi vida», «Poquito a poco», destacando especialmente «Granito de sal» y «Aires del Mayab», las cuales han sido grabadas en repetidas ocasiones.
Participó en la política de nuestro estado, fue diputado local en dos ocasiones, una de ellas en 1929 por el Partido Socialista del Sureste, durante el gobierno de Felipe Carrillo Puerto con quien simpatizaba. Fue encarcelado en la Penitenciaria Juárez de Mérida a consecuencia de sus ideales políticos en contra del machadato expresados en la Revista Bohemia.
Duarte Moreno fue un activista social, durante la Revolución mexicana simpatizó con los cambios del general Salvador Alvarado. Años más tarde, en un acto público, hizo una recepción al nicaragüense Augusto César Sandino. Debido a su oposición en contra de la política del estado de Yucatán decidió autoexiliarse, de esta manera vivió los últimos años de su vida en la Ciudad de México, en donde dirigió el Boletín de la Sociedad de Autores y Compositores de Música. Murió el 22 de abril de 1969.
Este es el Carlos Duarte Moreno que conocimos como estudiantes universitarios. Carlos hijo convivió con nosotros. Hicimos teatro y su padre siempre nos alentó a escribir. Aunque nunca habló sobre la política del estado, en su Canto a Mister Sam, que guardo como recuerdo físico, está una síntesis de su pensamiento social que dejó que nosotros lo descubriéramos. Nos llenó de literatura y pastas a la italiana en su hogar pobre, pero limpio.
Gracias, Maestro Carlos Duarte Moreno, por lo que nos hiciste sentir al hacer teatro con tu Grupo Yucateco de Experimentación Teatral, y por tu ejemplo como periodista que también seguimos. Abur.
Fuente
