Arte – Desde Nicaragua
Rafael Quintana
“Llegué al arte a través de un profesor del sexto grado: dejaba como tareas dibujar mapas, gráficos de temas de ciencias naturales. Una vez me dijo: ‘Sós un Leonardo da Vinci, fue un gran artista del renacimiento.’ Fue en ese momento que me nació el interés y la chispa por hacer esto”.
Iniciando esta amena entrevista, el Maestro Federico Matus, nos comenta: “En el año 1981 ubiqué dónde estaba la Escuela de Arte y ya el siguiente año ingresé. En ese tiempo se daba el desarrollo de la cultura en Nicaragua. Una época de florecimiento cultural, con los primeros indicios de la contrarrevolución. Entrado a la Escuela, los maestros vieron que tenía la habilidad nata del dibujo. Con mucho orgullo les comparto que mi primer maestro fue Ricardo Morales. También me enseñaron un alemán, cubano y un guatemalteco, Mantufar, que me enseñó escultura. La carrera se llamaba educación artística, tenía la posibilidad de ver pintura, escultura, grabado, cerámica inclusive. Por eso me puedo desarrollar en cualquier técnica.”
Maestro, sobre el muralismo y su experiencia…
Con Giancarlo Splendiani y Sergio Michillini, que viven en Italia, y Maurizo Governatori, que también vive en Italia, mantenemos comunicación fluida. Cuando ellos vinieron a Nicaragua en 1982 iban a abrir una Escuela de Muralismo. Me interesó a tal punto que formé parte de sus estudiantes.
Las clases teóricas eran por la mañana y en la tarde clases de Muralismo. Esto me facilitó el conocimiento y aprender otras técnicas; por ejemplo, que trabajar en grande es distinto a hacerlo en pequeño. Las formas de composición son distintas. Los valores espaciales, el espectador en movimiento, eran criterios que no se utilizan para la pintura en caballete. Aprendimos con ellos el manejo del taller Renacentista, es decir, trabajar en las obras del maestro.
¿Cuál es su mayor reto en sus obras de arte?
He trabajado siempre a partir de un encargo, ya sea una escultura, con su símbolo, luego se procede a hacer un diseño. Esto en el desarrollo del arte público monumental.
También tengo la formación de arquitecto. Eso me ayuda a contribuir con un diseño urbano, un sendero, establecer un diseño y manejar las proporciones.
Platíquenos sobre la escultura…
Es una forma de expresión. Fundamentalmente, antes de la Virgen de Guadalupe realizaba pinturas murales. Esa es la más grande que he hecho. De esto se generó una metodología que creo sólo nosotros utilizamos. Te hablo de trabajar en directo, sin un modelaje previo, incluso ya estamos haciendo uso de la tecnología.
En cuanto al color en la escultura, el asunto es que existe una tendencia y una tradición de verla como un solo elemento, cuando no siempre haya sido así. Vemos, por ejemplo, las esculturas griegas: tenían color, pero no resistió el tiempo. Lo que resistía era el mármol y bronce.
Para poder desarrollar con color, hay que saber tratar el color, de tal manera que no parezca imaginería. El tratamiento de la escultura tiene sus exigencias; hay evidencias de color en la escultura precolombina.
En Nicaragua está todo por hacerse actualmente. Estamos en un momento de desarrollo. Estamos percibiendo una demanda muy buena. Hay desarrollo cultural, hay desarrollo económico. Desde Atelier Matus estamos promoviendo la Escultura.
Ha sido un proyecto primeramente familiar y una escuela para otros jóvenes cercanos al arte. Mis hijos, Uriel Matus y Federico Matus, me acompañan y han obtenido con mucho esfuerzo conocimiento y empeño en el mundo de la escultura, junto a otros compañeros que colaboran.
Un ejemplo de lo que hemos hecho fue en el municipio de Bonanza, con El Pipante, la nave de ellos, navegada por la familia y un perro, lo cual impactó grandemente.
Ahí quedó nuestro sello y otro está en Juigalpa, en donde hicimos un toro en acción. Una señora que llegó a la inauguración dijo: ‘Por fin hicieron algo que nos representa.’ Son representaciones y la memoria histórica que trasladamos a la escultura.
¿Qué admira de México?
Los tres grandes muralistas mexicanos: David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y Clemente Orozco. También a otros artistas posteriores. Ese movimiento muralista fue una imponente influencia latinoamericana.
Un fuerte abrazo a todos los hermanos mexicanos.
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