Arte – Desde Nicaragua
Rafael Quintana
“Mis padres, mamá y papá me incentivaron en gran manera a pintar. Ella tenía mucha facilidad con las manos, era una artista; mi papá miró que poseía la vocación del dibujo, que lo hacía muy bien. Entonces me alentó a que recibiera clases privadas. Cuando íbamos a España, nos llevaba a museos, lo que hizo que me encantara tanto el Arte.”
Si bien el arte es un terreno fascinante y extraño, Mariu atrae tanto a los de trayectoria pictórica como a los recién llegados a él con pormenores que florecen desde su interior. La destreza y delicadeza de las aplicaciones de líneas hacen que sus cuadros capturen los pensamientos y emociones del espectador de inmediato, ayudándolo a conocer su conexión interna, pensamiento, alma, espíritu y sus intenciones.
Definitivamente, Mariu F. Lacayo es una artista que nos alienta a gozar a partir de lo que vemos en sus cuadros o esculturas, sin aversión.
Las obras de Mariu poseen un encanto propio. Su arte nace a partir de diferentes procedimientos, técnicas, volúmenes y lenguajes; como las expresiones multidimensionales en colores vivos que han permitido a la artista que el degustador se apropie de sus distintos modos expresivos y creativos, apelando a la sensibilidad y a captar la combinación de colores intensos y líneas.
Incursionó en el arte textil, donde permaneció por mucho tiempo, plasmando sus sentimientos en formas visuales profundas.
El uso de técnicas mixtas, tanto en la escultura como la pintura, ha permitido a Mariu evolucionar constantemente en la búsqueda de nuevos horizontes en el Arte a partir de su espontaneidad atemporal. Así, invita al espectador, reitero, a crear su propia red de conexiones con la mezcla de signos, contornos, líneas en movimiento y la explosión de colores vibrantes y enérgicos, sin perder su visión estética.
Considerada una de las artistas más destacadas de Centroamérica y otros países donde ha expuesto, participó en la VII Bienal de Arte Textil Contemporáneo WTA, que se llevó a cabo en Punta del Este-Uruguay (2017). También fue invitada a exhibir en Barcelona en un homenaje a Embracing Raval, por Galería Zero. Su pintura “Partícula Onda 2” se presentó en pantalla gigante en Times Square durante el Armory Show, en New York.
Por si fuera poco, Mariu ha expuesto en RED DOT MIAMI y en salones de Arte Contemporáneo en otros países, con muy buena acogida.
Conversamos a continuación con la artista Mariu F. Lacayo…
Para acercarnos a su muestra, ¿nos comparte una anécdota?
El día que visité el Museo del Prado y conocí El Cristo de Velásquez, me conmovió tanto que después lo pinté y todavía lo conservo.
Pinté el rostro, porque significó mucho para mí. Obviamente no lo hice en óleo, porque en ese tiempo pintaba en tiza pastel. Mis padres lo enmarcaron y todavía se conserva en el salón principal.
Retomando un poco el legado de sus padres, ¿cómo contribuyeron para que usted llegara al Arte?
Su trabajo fue maravilloso. Desde pequeña en el colegio yo dibujaba tan bien que me ponían a dibujar la figura humana, el cuerpo humano; nos hacían estudiar los músculos, las células y siempre era yo la que ganaba premios de dibujo.
A raíz de eso, mi papá aprovechó la oportunidad para integrarme profundamente al arte. Al igual que mi mamá, que era una artista autodidacta, todo lo que me enseñaba me ayudaba, sobre todo la parte creativa.
¿Cómo surge la parte espiritual?
Al nacer mi primera hija, al ser mamá, al ver lo maravilloso que es la vida. Luego, al salir y vivir fuera de mi país. Viví muchas cosas espirituales y de Arte: los ángeles, las vírgenes. Pinté Arte Sacro por diez años.
¿Cómo logra que el espectador sienta las vibraciones de sus cuadros, de usted misma?
Siempre digo que, cuando una persona siente una vibración o emoción por mi obra, ya valió la pena haberla realizado.
Sus obras están dotadas de sensibilidad del mundo que le rodea. ¿Cómo percibir el sonido y el color en sus cuadros?
Mi obra tiene muchas capas; al hacer muchas capas, vas haciendo vibraciones y enlaces, influyendo en los pensamientos, las emociones. Lo que vos estás pensando, tal vez lo está pensando otra persona. Entonces enlazamos relaciones humanas. Todo es un tejido humano, somos todos el mundo, la creatividad.
¿La mezcla de lustrina, óleo y acrílico ha permitido expresar su arte?
Sí y hay más, soy una persona que me gusta investigar, me gusta la creatividad, me gusta llenarme de conocimientos nuevos para plasmarlos en mi arte, porque el arte es infinito.
Díganos, ¿cómo representa su mundo interior a través de sus obras?
Mis obras tienen mucho que ver con las emociones; los colores con los estados de ánimo por supuesto. Siento que estoy en una etapa de madurez y de realización como persona y como artista, y lo demuestro en mis obras.
¿Se siente satisfecha con la búsqueda del espacio y el color?
Bastante. Soy inquieta, siempre estoy indagando y aprendiendo más.
Bríndenos su concepto del color.
El color es todo. En una obra los colores enlazados dicen mucho. Yo todavía no concibo una obra en un solo color. Los colores calientes tal vez son más acogedores; los fríos, más frialdad. El enlace expresa lo que estamos sintiendo. Cuando estamos tristes, nos vamos a lo oscuro, sombrío, negro o monocromático; cuando estamos alegres, solo queremos un mundo de color único, porque son indefinidos.
¿Se considera una artista en la búsqueda de un nuevo estilo?
Tal vez no un nuevo estilo, pero sí perfeccionar lo que hago. Un poco de perfección con liberación.
¿Cómo valora su aporte como artista al arte nicaragüense?
Dentro del mundo de mujeres pintoras, a muchas de ellas les he inspirado y guiado. Creo que no soy egoísta, comparto siempre de lo que hago y cómo lo hago. Siento que no me va a quitar lo que soy. Cuando doy recibo más, más iluminación y creatividad. Creo que la mayoría de las personas que me conocen saben que me gusta enseñar y compartir. Me gustaría en un futuro hacer una intervención con alguien más, para ver qué tal resulta.
¿Qué tal su reciente participación en Honduras?
Sorpresivamente, mi obra quedó en el Salón de los Notables, donde estaba Ilse Manzanares. Fue algo muy bonito, enriquecedor. Muy contenta con la crítica, el conversatorio entre los artistas. Lo más enriquecedor fue conocer tantos artistas buenos e intercambiar ideas valiosas.
Usted es considerada como una artista autónoma, ¿qué nivel de reconocimiento han tenido sus obras?
He recibido varios premios, pertenezco a varios museos de arte en el mundo, trabajo con galerías. Por otro lado, coleccionistas privados que no viven en Nicaragua me han comprado más de veinte obras y siempre están preguntando por mi trabajo. Me gusta saber que mi obra existe en varios países del mundo.
¿Qué admira de México?
Todo: David Alfaro Siqueiros, Frida Kahlo, Diego Rivera. Es más, copié a Diego Rivera y Siqueiros en mis comienzos. Casualmente, un profesor que tuve cuando iniciaba, César Caracas, tenía un método muy parecido a Siqueiros, y manejaba la figura humana increíblemente. Yo dibujé rostros en cantidad, fui muy figurativa en un tiempo y luego evolucioné.
México es un país que admiro, la influencia que tienen –portuguesa, española– no le quita lo autodidacta y se queda con esa mezcla impresionante del color y de técnicas.
Para finalizar este diálogo, estimada Mariu F. Lacayo, ¿nos comparte un mensaje al público lector del Diario del Sureste?
Insto a todas las personas que sienten esa inquietud por el Arte a que la desarrollen de alguna manera, incluso en edad adulta como la mía. Hoy siento una realización personal. Haberme dedicado a las artes visuales por más de treinta años ha sido gratificante.
Sitio web de la Artista: https://mariuflacayo.com/