Letras
(ENSAYO POÉTICO)
“OTRA MANERA DE CONTAR LA HISTORIA”
ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA
LA OTRA ÍTACA
(I)
“CONTORNOS DEL MAR”
La pasión de Ulises en la espiral
para cruzar el mar Egeo
raído de las calles que insisten su proeza:
el nacimiento de arborescencias frías
dedos quebrados
mentidos obeliscos para rasgar el aire
y contener el rebaño que vuela mansamente
la ciudad sugiere un tacto
mide el paisaje
adereza los conductos:
su lomo proyecta espinas
que fueron construidas por nosotros
habitadas por ellos
ceñidos por la sorpresa del viaje cotidiano
que cada día mira nacer:
Otras formas de esos faros
edificios casas construcciones
acerado metabolismo de un conjunto insomne
nutrida de atalayas.
Las maderas que vio Ulises
en sus viajes por el mar tejido
desde el laborioso tridente de Neptuno,
han cedido ante las frías estalagmitas
que son nuestro paisaje y nuestro mar
-pavimento que se asusta de su rostro
despreciado por el casto mediodía,
ese atleta como ninguno
que nos envía su invisible dardo;
el sol el primero. –
(II)
“NAVEGACIÓN”
Aquí una congregación de peces
sombras que recorren transparencias
detienen su tiempo al celebrar
el aparente cataclismo urbano.
Escila y Caribdis
-dos cruceros-
empujan su apuesta diferente
contra los reducidos navegantes
que osan cortar el cristal de oro
de la fronda marina estupefacta.
Aquí la Diana Cazadora
Circe, coagulada
que retienen al hombre
no advertido.
Y allá Penélope
reina atroz de una isla sospechosa,
precavida señora del rey que va viajando
por el azul y heleno mar Egeo.
Pocos saben
que también los dioses lascivos son errantes
pues ya no hay Eolo compañero
ni más ninfas ocurrentes en las calles.
Los senderos del mar en las calzadas
repiten idénticos gestos para todos
cuando se han ido aquellos que nos rigen.
(III)
“LA ISLA INMÓVIL”
Por fin como se pueda
termina el arriesgado viaje
que quisiera inventar sus proporciones
-pero tampoco está aquí Orfeo
el señor con su manto de sonido,
hilos marinos reiterados
que dieron una cara al viaje
con voces de sudor y oráculos. –
Queda un espejo en el cuarto
ojo nublado que me indaga
-la reina está dormida
tejiendo o destejiendo un manto;
los amantes han muerto con mis flechas
y mi hijo se borra en cada esquina
con los ruidos de un motor que pasa. –
Me miró envejecido Ulises
pero no encuentro al asiduo camarada
que quiso señalar desde su reino inerte
al país y tierra que le dio el origen.
Cierro los ojos
me desvisto
en el sueño voy contando
renovado mar y nuevas islas
otras cóncavas naves, en las cuales
mañana viajaré por la mañana
en esta hirsuta ciudad
de calles angostas y nervadas
que es mi cautiverio helado.
Grupo Liberal “Fraternidad y Justicia”
Actualizado y Tallereados en el
Hotel Terraza Mirador, junio 2014
SIGNOS DE CARTAGO
ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA
A mis compañeros del Taller
Literario “Cartago”:
María Ella, Addy Victoria,
Luzelba, Ruth y Wachy.
Un alarido inconfundible
Trepó intimidad
Libre
Desgarró tiempo muerto
Atravesó mi hastío
Tocó alientos.
Tomé la pluma
Desde lejos presentí
Pan cotidiano
Besos
Hijos
Tierra
Musa.
La risa subió de pronto
Enroscada en las ventanas
Abrió puertas
Silabeó la lluvia
Trajo noticias
Sabor de sueños conocidos,
Menudas gotas
Palpitó el suelo
Parió el verso
Mi, poesía creció,
No estoy solo.
Taller Literario “Cartago”
Café “La Habana” Altabrisa
Mérida, Yucatán, agosto 2011
Podemos definir la palabra viaje, y argumentar desde varias fuentes, lo cual nos facilitaría el recorrido de “Caminando por Ítaca”. Así encontraríamos no una sino varias interpretaciones del término que ofrece una aparente sencillez expresiva. Desde el uso del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española hasta el poema de Kavafis, “Ítaca.” Incluyendo reflexiones que vayan apareciendo en este andar.
Según el diccionario de la RAE el viaje es pues: “Acción y efecto de viajar. Traslado que se hace de una parte a otra por aire, mar o tierra. Camino por donde se hace un viaje (ll traslado por aire, mar o tierra). Ida a cualquier parte, aunque no sea jornada, especialmente cuando se lleva una carga. Carga o peso que se lleva de un lugar a otro de una vez…”
En su etimología la palabra viaje es una combinación del castellano con el francés “viatge” y a su vez del latín “viaticum” que significa camino. Recuerdo en los años cincuenta a mis maestros de Literatura y Raíces Griegas y Latinas en nuestro Bachillerato en Ciencias en la antigua Universidad Nacional del Sureste, hoy Universidad Autónoma de Yucatán.
Podemos decir que en un viaje es importante tanto el recorrido como el tiempo transcurrido. A través de esta columna, nos desplazaremos por diferentes formas de asumir el viaje; individual o colectivo.
El viaje implica un desplazamiento, este movimiento puede ser de forma física, como comúnmente lo percibimos, pero también en nuestra mente, nuestro espíritu, como aquí que nos acompañas mentalmente en un viaje astral…. Si pensamos que somos y venimos de la luz, esa chispa que somos cada uno se ve manifiesta en esta vida desde que nacemos y se transforma una y otra vez hasta llegar a su fuente nuevamente. Propósito fundamental de la realización del Ser.
Homero en su Odisea, con Ulises y su viaje de 10 años, donde enfrenta a gigantes, conoce sirenas y dioses, nos muestra ese gran viaje valiéndose del mito y la imagen camino del héroe. Podemos ver en cada uno de nosotros a Ulises y su aventura, como ese recorrido hacia nuestro interior, con las cargas y obstáculos que llevamos y que es obligatorio reconocer, vencer, dejar, en ese camino de regreso al origen, a la fuente.
El poeta griego Constantino Cavafis (1863-1933) nos sugiere una asombrosa imagen de esa singularidad de nuestra travesía, esa Ítaca que todos llevamos por dentro:
ÍTACA
Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Ítaca te enriquezca.
Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.
Mi reconocimiento a los que hicieron de la literatura nuestra base para ser escritores y poetas. Nos enseñaron Neologismos Griegos y Latinos, y Filosofía para entender mejor nuestro entorno e historia. Pudimos formar la Asociación de Periodistas Estudiantiles de Yucatán, de los 21 que la integramos quedamos en el 2023 Luis Alvarado Alonzo, Edgardo Salazar e Hiram García. Nuestros maestros fueron Carlos y Antonio Canto López, Francisco Repetto Milán y Conrado Menéndez. Un saludo a ellos en el Plano Astral en que se encuentren, con nuestro reconocimiento por nuestra formación académica. Abur y gracias.
Fuentes
Concepto de viaje – Definición en DeConceptos.com