Gatitos de 0 a 4 meses
Lo natural, como en cada especie, es que los gatitos se críen con su madre, que los protegerá y los amamantará, proporcionándoles además estímulos para comenzar a moverse por el mundo. Las gatas protegen mucho a su camada, y suelen cambiar de sitio a todos los gatitos si detectan que el lugar donde dio a luz y los dejó ha sido descubierto.
En situaciones normales, los gatitos pequeños están con sus madres gatas, siendo dependientes hasta los dos meses como mínimo, para que sean alimentados con la leche materna y reciban todos los nutrientes que necesitan para su desarrollo. A través de la lactancia reciben además las primeras defensas que ayudarán a desarrollar su sistema inmunológico: la primera leche materna, durante los días posteriores al parto, es el denominado calostro, que contiene aminoácidos, inmunoglobulinas, leucocitos, vitaminas, lactoferrina, entre otros componentes esenciales.
Algunas personas irresponsables y cobardes optan por separar a los gatitos y abandonarlos, o incluso matarlos, cuando no quieren hacerse cargo de ellos y solamente quieren conservar a la gata. En los pueblos esto es muy común, aunque también se abandonan gatitos en ciudades, incluso en contenedores de basura, por ello uno de los motivos principales de esterilización es evitar la sobrepoblación que lleva a los abandonos de animales.
Cuando una camada de gatitos es abandonada, no suele tener esperanzas de sobrevivir a menos que alguna persona que los rescate y se haga cargo, dándoles cuidados y un hogar. Podemos encontrar un gatito perdido, o cuya madre ha muerto, o simplemente nos lo ofrecen y no sabemos decir que no. Si tenemos la suerte de encontrar a una cría o una camada abandonada, debemos darnos prisa si esperamos salvarlos.
Es importante dejarles en una caja con un salva camas, para que al orinar o defecar no manchen toda la caja, y podamos cambiarles el salva camas que actuará como pañal improvisado. También podemos ponerles periódico que habremos recortado, para que se encuentren más cómodos, o algún trapo para darles calor. No deben pasar frío, ni debemos dejarles donde haya viento o corrientes de aire; cuando son crías diminutas no toman la temperatura corporal habitual en los gatos, y necesitan estar en contacto con la madre o con sus protectores humanos para tomar calor, hasta que regulen bien su temperatura. Se debe consultar con el veterinario para saber en qué estado se encuentran.
Para dar de comer al gatito huérfano durante su primer mes de vida, debemos hacerlo con un biberón y leche en polvo disuelta en agua caliente, dándoles alrededor de 6 tomas diarias repartidas durante el día, cada 4-6 horas. También se pueden hacer más tomas o darles el biberón más seguido, pero los gatitos necesitan dormir muchas horas y no es buena idea estar despertándolos continuamente si no es estrictamente necesario. Si no podemos estar con el gatito durante mucho tiempo y nadie puede cuidarle porque no hay nadie en casa, ya sea por estudios u horarios laborales, podemos aumentar la cantidad de leche en las tomas, espaciar en algunas horas el tiempo entre cada toma y dar un número menor de tomas al día.
En las dos primeras semanas podemos darle 5 ml de agua caliente con 4 gr de leche en polvo, o seguir las indicaciones del envase y de nuestro veterinario de confianza. Hay que vigilar que no se hinchen mucho, porque los gatitos pequeños suelen ser mucho más tripones que los cachorros y adultos. Normalmente los gatitos cierran la boca y giran la cabeza cuando ya no quieren más, pero debemos probar varias veces porque algunas crías no tienen mucho apetito. Algo crucial con los gatitos que se niegan a comer es que hay que echarles poco a poco chorritos de leche con el biberón, porque si el gatito se niega a comer morirá. Podemos darles unas gotas en el hocico para que vean que es leche caliente, reconociéndolo como su alimento; seguidamente el gatito debería tomar el biberón y chupar con fuerza, moviendo las orejitas rápidamente.
Después de cada toma, los gatitos pueden orinar y defecar. Tenemos que estar atentos, aunque generalmente se ponen a maullar de forma muy sonora cuando acaban de mear, así que será fácil que nos avisen cuando esto ocurra. En situaciones naturales las gatas, cuando son madres, dan lametones a los gatitos de su camada y los estimulan para que orinen y defequen, puesto que pueden tener dificultades en su primer mes de vida. Algunos gatitos pueden tener problemas para defecar cuando solamente toman leche y no están con la madre, que suele ser astringente.
Los gatitos que no sean capaces de defecar deben ser estimulados, después de alimentarlos, frotando con suavidad la región anal con un algodón o un paño humedecido con agua caliente. Igualmente, se les puede estimular con papel higiénico, con cuidado, la zona genital para que orinen si no lo hacen ellos mismos. Si siguiendo estas pautas no lo conseguimos, debemos consultar en una clínica veterinaria llevando a las crías porque es posible que necesiten más ayuda.
A las dos semanas de vida, los gatitos apenas ven y oyen, no calculan las alturas al desplazarse o saltar, puede que chillen un poco si los tomamos en brazos, pero se guían muy bien por su olfato, y rápidamente reconocerán a sus criadores por el olor. Cuando tengan un mes de vida podrán explorar fuera de la cuna, aunque sus movimientos aún serán torpes, sin demasiada coordinación.
Normalmente podremos considerar que el destete se debe producir gradualmente al pasar el primer mes de vida del gato, aunque eso no significa que el gatito no quiera beber más leche gatuna, ya que les encanta. Para conseguir un progresivo paso hacia las croquetas lo que podemos hacer es mezclar la toma de leche con ellas, no las croquetas con la leche ya que ambos alimentos deben ir por separado, pero sí que podemos disminuir progresivamente la toma de leche y cambiar alguna toma por un poquito de croquetas humedecidas, en un comedero. Las croquetas humedecidas son mejor para los recién salidos dientes del gato y además desprenden un olor a comida que gusta mucho a los gatos. De este modo podemos ir pasando a las croquetas, reduciendo las tomas de leche y cambiándolas por platitos de croquetas. El gato no debe consumir leche una vez que el destete se haya completado, ya que su tolerancia digestiva será cada vez más baja, aun menor cuando llegue a ser adulto. Sin intervención humana, una gata lactante puede sin embargo amamantar a sus pequeños si no hay más alimento disponible, prolongando durante semanas la alimentación con la leche materna.
Las habilidades felinas de los gatitos estarán desarrolladas a partir de los cuatro meses de vida. Serán entonces capaces de trepar, correr, saltar, y hacer en el arenero de manera asombrosa para su pequeño tamaño, y listos para ser adoptados.
Dra. Carmen Báez Ruiz
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