Letras
Dr. Adán W. Echeverría-García
La que para muchos es la obra maestra de Roberto Bolaño, «Los detectives salvajes«, parece el borrador de un preparatoriano que ha descubierto el sexo.
El verbo mexicano “Coger” (que en México se usa para hablar de tener sexo) y varias de sus conjugaciones, así como otras acepciones a la sexualidad, lo encuentras por todos lados:
- «…lo que le gustaba al muy puerco. Cogerme en su oficina»
- «…el deseo de volver a coger con María»
- «y como que ya no tenía ganas de coger»
- «en coger sobre una tumba»
- «Me gustaría verla, coger con ella»
- «después de leer, escribir y coger un poco»
- «La verdad es que ya estaba harta de tener que soportar a sus amantes. ¿Por qué no te vas a coger a sus pocilgas?
- «…no tengo a nadie mejor con quien estar y con quien coger»
- «noches hechas para pasear o para coger»
- «me hubiera ido a la cama con los dos, a coger hasta perder el sentido»
- «Nunca llegamos a coger, Dolores y yo, pero fuimos buenos amigos».
- «En México no debes coger mucho»
- «una amiga arquitecta que quiso coger con uno de ellos»
- «a mi general me gustaba coger en la habitación más retirada»
- «Y después de coger a mi general le gustaba salir al patio a fumarse su cigarro»
- «Le dije que si quería hacerme el amor (dije: si quieres coger conmigo) lo hiciera ahora»
- «Si lo que quieres es coger, cojamos ahora»
- «y nos fuimos a su habitación en donde nos dedicamos a coger como locos»
- «Esa misma noche lo arrastré hasta el hotel Los Claveles, donde aún vivo, y cogimos hasta reventar».
- «Ni noté cuando me vine. Por supuesto, alcancé a sacarla, siempre he tenido buenos reflejos».
- «-Pues que se vino y yo me vine y nada más».
- ‘Hice el amor llevando la cuenta».
- «Se vino quince veces»
- «Yo me vine tres veces»
- «En total estuvimos cuatro horas cogiendo».
- «Hoy he cogido con Rosario de doce a cuatro y media de la mañana y he vuelto a cronometrarla. Se vino diez veces, yo dos.»
- «-¿Cogiendo? No, ni pensarlo.
- «-¿Y siguieron cogiendo? -dije yo.»
- «- Pues sí, seguimos cogiendo, es decir ella siguió mamándomela»
- «- Una noche me desperté y María estaba cogiendo con una sombra.»
- «mirarlos dormir y después seguir cogiendo»
- «Entonces él simplemente no se corría (yo creo que por llevarme la contraria) y podíamos estar una noche entera cogiendo»
- «pero también puede que se lo estén cogiendo»
- «Lupe y yo estábamos en nuestra habitación, cogiendo, cuando la puerta se abrió»
- «Sobre la cogida de la noche anterior con Lupe, todo sigue envuelto en el misterio».
- «…tienes un vergón que vale su leso en oro -dijo Brígida»
- «Cogemos, nos duchamos, dejamos que el vapor nis asfixie».
- «Hacemos el amor en la cabina del baño»
- «He decidido no volver a acostarme con María nunca más»
- «Luego hacemos el amor hasta que ella se duerme».
- «Esta noche he cogido con Rosario tres veces. Ya estoy sano.»
- «En determinado momento, sin embargo, Don Crispín se volvió y me preguntó cuánto me cobraría por acostarme con él.»
Seguro existen más ejemplos, pero dejo acá algunos de ellos, evidenciando que puedes haberte hartado. Imagínate leyendo la novela, si no sale del mismo tema.
Y pensar que con esta “fenomenal literatura” en 1998 esta novela se ganó el XVI Premio Herralde de Novela, siendo jurados Salvador Clotas, Juan Cueto, Paloma Diaz-Mas, Luis Goytisolo, Esther Tusquets y Jorge Herralde. No quiero imaginar los trabajos que llegaron al concurso ese mismo año. ¿Tan malas serían las demás novelas?
O tal vez se hizo merecedora del premio por estos aspavientos del tremendismo literario:
«Dentro del inmenso océano de la poesía distinguía varias corrientes: maricones, maricas, mariquitas, locas, bujarrones, mariposas, ninfos y filenos.”
Acá empieza el listado que Bolaño pone en uno de sus personajes («Wow, qué atrevido autor, dénle el premio de novela, por favor, que se lo den,» me imagino dijo el jurado):
«Walt Whitman, por ejemplo, era un poeta maricón. Pablo Neruda, un poeta marica. William Blake era maricón, sin asomo de duda, y Octavio Paz marica. Borges era fileno, es decir, de improviso podía ser maricón y de improviso simplemente asexual. Rubén Darío era una loca, de hecho la reina y el paradigma de las locas. (…) Los poetas tipo Carlos Pellicer eran, por regla general, bujarrones, mientras que poetas como Tablada, Novo, Renato Leduc eran mariquitas.»
El comentario que vierto no es mojigatería, es para evidenciar el facilismo con el que Bolaño llena páginas sin ton ni son usando este tipo de discursos. Páginas y páginas, escena tras escena para darle la vuelta a lo mismo, que se puede resumir así:
Un joven de 17 años, en un taller conoce a unos inadaptados que se dicen poetas que quieren ir en contra de la literatura de su época y quieren crear una vanguardia; pero lo único que el joven hace con ellos es drogarse, beber, parlotear, robar libros y coger. Pierde la virginidad con meseras de cantinas de mala muerte, y con la hija de una familia de burócratas con algo de dinero, quien junto con su hermana forman parte del mismo grupo de amigos-poetas inadaptados. Estas chicas tienen una amiga prostituta, que al mismo tiempo es “amiguita” de su padre, quien la esconde de un hotel, para que el “padrote” de la chica no la lastime. Cuando la descubren, la esconden en su casa, pero son sitiados por días por el “padrote” con amigos policías. Los poetas inadaptados, la prostituta y el joven ex virgen rompen el cerco y huyen a Sonora, buscando el paradero de quien fuera una poeta estridentista. El joven y la prostituta se enredan, los poetas inadaptados están dedicados a encontrar a la veterana poeta, hasta que dan con ella, justo cuando el padrote y su amigo policía corrupto los encuentra. Los alcanzan en el desierto, los poetas inadaptados vencen a aquellos personajes peligrosos, y en la reyerta asesinan de dos balazos a la poeta estridentista: “Habíamos encontrado a Cesárea sólo para traerle la muerte”.
Cualquier cuento o novela de El Marqués de Sade (apelando a mucha mayor brevedad) no te harta con sexo y violencia, porque hay reflexión, arte, filosofía, de lo que carece Bolaño en esta obra. «Historia del ojo«, de Bataille, es una brevedad de sexo y violencia y es genial; o dos de las novelas de Houellebecq: «Ampliación del campo de batalla» y «Las partículas elementales«; así como toda la obra de Henry Miller. Se disfrutan, se aprecian, al leerlas uno dice ¡Wow!
Lo que no me ha ocurrido con esta obra de Bolaño.
Ya, ya, ya sé que es un chamaco que descubre que puede coger. Ya basta. Ya me di cuenta de que son jóvenes putañeros jugando a ser «poetas malditos», «nuevas vanguardias», ya, ya lo entendimos. ¿Es todo lo que puedes decir, es lo mejor que lo puedes escribir?
Lean de nuevo «El guardián entre el centeno» de Sallinger: no se necesitan tantas páginas para crear a una juventud desencantada de la academia, la moral, la familia, la sociedad.
Los detectives salvajes (1998) consta de tres partes:
I. Mexicanos perdidos en México (1975), la parte más débil y con la que abandonarías la novela. No comprendo al jurado que decidió seguir. El diario avanza del 2 de noviembre al 31 de diciembre.
II. Los detectives salvajes (1976-1996); fragmentaria, en la que el autor decide contar chismes literarios de México y algunos autores, mezclado con ficción. Es la parte más extensa del libro. Leemos por morbo, desde luego; he acá una gran oportunidad. Alguna sonrisa puede arrancarte este fragmento.
III. Los desiertos de Sonora (1976). La continuación de la primera parte. De nuevo el diario, que comienza el 1 de enero y termina el 14 de febrero. La búsqueda «detectivesca» de la «poeta estridentista» Cesárea Tinajero; para encontrarla y verla morir asesinada en una reyerte ridícula en que dos jóvenes malos poetas, que dicen toda la novela rehuir los pleitos, logran desarmar y asesinar a un «chulo» experto en el uso del cuchillo y a un «policía» experto en armas.
Un absurdo total que por momentos parece que puede tener algún interés, pero que no termina por funcionar, al menos no para mí.
Para mí, es una obra totalmente prescindible en la tradición literaria. No me parece digna de recibir ningún premio, como le fue concedido. Si pueden, aprovechen el tiempo y lean cualquier otra cosa. Pero no me crean. Si se animan, tomen valor y lean las más de 600 páginas que la conforman.