Mascotas
Primero, es recomendable que, si encuentran un gatito de pocos días de nacido abandonado, o tienen uno al que la madre lo ha rechazado, consulten siempre al veterinario para comprobar las condiciones específicas en que se encuentra su salud, ya que puede necesitar algo más que solo alimento. Los humanos son malos sustitutos para una gata madre y el cuidado y la alimentación de gatitos muy jóvenes es un trabajo a tiempo completo.
Siempre ten cuidado de lavarte las manos antes y después de manipular a los gatitos: pueden ser portadores de enfermedades o ser susceptibles a los gérmenes y las bacterias que hayas adquirido. Cuando levantes a los gatitos, hazlo cuidadosamente. Para asegurarte de que estén calientes siempre revisa si las almohadillas de sus patas se sienten frías. Lo más probable es que empiecen a llorar si tienen frío.
Si tienes otras mascotas, asegúrate de mantenerlas separadas de los gatitos huérfanos durante por lo menos 2 semanas. No permitas que compartan cajas de arena, comida o tazones de agua, ya que estos podrían propagar enfermedades.
Lo primero será hacerle recuperar su temperatura, ya que en las primeras semanas ellos no la regulan por sí mismos, por eso siempre duermen apilados con sus hermanos: para darse calor, además del que le da el cuerpo de la madre. Esto puede ser vital.
Cúbrelo con lo que hayas conseguido (cobija, trapos, etc.), entíbialo y envuelve al gato con él. Ten cuidado de no ponerle mucho peso encima, de dejarle la cabeza al descubierto para que respire, ponerlo de panza y de que el calor no sea excesivo. Puedes usar hasta un peluche, porque simula bastante bien el cuerpo de la gata. También puedes usar una bolsa de agua caliente envuelta en una toalla, pero revísala con frecuencia para asegurarte de que aún esté caliente (a alrededor de 37 °C o 100 °F).
Como mínimo, deberá comer 4 veces al día; pero, si el gato tiene pocos días de vida y tampoco tiene la alimentación de la madre es probable que este muy débil por lo que se recomienda que coma cada 2 o 3 horas aproximadamente. Luego de las dos semanas, puedes ir distanciando las comidas cada 4 horas. Compra leche sustitutiva para gatos, ésta es el equivalente para gatos de la fórmula para bebés, con leche de la misma composición que la de la madre de los gatitos. No les des leche de vaca, ya que es probable que la azúcar o la lactosa causen malestar al estómago de los gatitos.
Si no tienes leche sustitutiva y los gatitos tienen hambre, ofréceles un poco de agua hervida que se haya enfriado. Usa un gotero o jeringa hasta que puedas ir al consultorio veterinario o tienda de mascotas. El agua mantiene a los gatitos hidratados y no les ocasionará malestar al estómago.
Para esto vas a usar la jeringa o una mamila. ES NECESARIO QUE SEA NUEVA LA JERINGA para que el embolo (lo que apretamos) se desplace suavemente sin trabarse. Si se traba y destraba de golpe mientras lo apretamos podríamos expulsar mucha leche de una sola vez y ahogar al gato.
Cada vez que le des de comer, dale como mínimo una jeringa. Dependiendo del tamaño y las semanas de vida, se toma 2 o 3. Eso lo tienes que monitorear, probando si el gatito toma con ganas cuando le das otra jeringa o si la rechaza. Es mejor usar un biberón para gatitos que tenga una mamila diseñada especialmente para ellos
Ten en cuenta de referencia estos valores:
- Un gato de una semana de vida necesita 13 ml. de leche por 100 g. de peso corporal.
- Uno de 2 semanas de vida necesita 17 ml. de leche por 100 g. de peso.
- Uno de 3 semanas de vida necesita 20 ml. de leche por 100 g. de peso.
- Uno de 4 semanas de vida necesita 22 ml. de leche por cada 100 g. de peso.
La temperatura de la leche debe estar aproximadamente a 38°, esto es, apenas tibia, casi natural. Si le haces una preparación lo mejor es hacer poco para que no sobre y lo tengan que tirar.
Primero probablemente van a tener que ponerle la jeringa o la mamila en la boca abriéndosela cuidadosamente hasta que se dé cuenta de mamar de ahí. Tal vez cueste trabajo al principio, pero luego va a acostumbrarse, hasta el punto de buscar solo la jeringa cuando la vea. Siempre hagan que coma con la panza sobre el piso y nunca boca arriba.
Apenas hay que apretar la jeringa, lo ideal es que succionen solos. Por eso es importante que el émbolo se pueda desplazar muy suavemente para ir suministrándole casi de a gotas la leche. Si lo forzamos a tragar mucho de golpe, se puede ahogar.
Los alimentos fríos, la administración rápida, o la sobrealimentación podrían causar regurgitación, aspiración, distensión y diarrea.
Cuando el gato ya es grande (más o menos después de los 4 meses) no hay que darle más leche, y menos la de vaca porque les cae mal (aunque les gusta), ya que les puede hacer daño. Cuando son grandes simplemente deben tomar agua, es lo mejor.
Hasta la 4ta. Semana, aproximadamente, empiezan a comer sólidos. Entonces a partir de la 3era. semana hay que empezar a estimularlos. Se le puede ir dando que pruebe comer otro alimento blando como Whiskas en sobrecitos para bebes (se consigue en supermercados, veterinarias, etc.)
Cuidados adicionales
La micción y la defecación voluntaria solo se logran a partir de las 3 semanas. Hasta ese momento dependen de la madre, quien activa el reflejo correspondiente.
Para esto se debe usar algodón o servilletas. Debes estimular a los gatitos, después de alimentarlos, frotando con suavidad la región anal con un algodón o un paño humedecido con agua caliente. Si esto no se realiza, los gatitos no defecarán ni orinarán en forma autónoma, pudiendo enfermar gravemente. Continúa frotando hasta que el gatito se detenga o, de lo contrario, es posible que no expulse las heces del todo.
Los gatos tienen necesidad de contacto. Por eso, para suplir la falta de sus hermanitos y la madre, hay que estimularlos manipulando en forma breve pero regular a los animalitos (acariciándolos suavemente). Si el gatito no recibe estimulación social, se tornará agresivo, tímido, huraño, y no desarrollará su sentido de exploración.
Cuando termine de comer, una vez que los hayas alimentado y ayudado a expulsar las heces, tienes que limpiarlos. Toma un paño cálido y húmedo y acaricia el pelaje de los gatitos usando pasadas cortas. Asegúrate de secar a los gatitos con una toalla hasta que estén completamente secos y colócalos de regreso en su cama cálida y suave, vuelva a entibiar sus trapitos para que se relaje y pueda dormir mejor.
Deben dormir en un lugar sin sobresaltos y con una temperatura ambiente agradable, ni muy fría ni muy caliente, el calor excesivo podría deshidratarlos y el frío lleva a insuficiencia circulatoria y a la muerte.
Para armarle una cama, es bueno utilizar una caja de cartón grande, o una transportadora, coloque una cobija o una frazada debajo de las toallas. Si lloran excesivamente puede ser por frío, hambre, etc.
Mantén siempre la jeringa o la mamila en buen estado, limpiándola cada vez que se usa solo con agua y jabón. Luego enjuagar todo muy bien para que no le quede residuos. Si notan que el émbolo no se desplaza bien, usen una jeringa nueva.
El mejor lugar para un gatito recién nacido es con su madre. A los gatos salvajes se les debe dejar con su madre hasta las 4 semanas de edad, si es posible. Observa la camada para asegurarte de que sean huérfanos o hayan sido abandonados antes de tratar de criarlos tú solo. A veces, la madre está merodeando no lejos de allí. Los gatitos abandonados estarán sucios y llorarán continuamente de frío y hambre.
Si descubres una camada de gatitos recién nacidos huérfanos, y no puedes proporcionarles el cuidado que necesitan, o no conoces a alguien que te pueda ayudar, llévalos a una sociedad humanitaria o albergue de animales local lo más pronto posible. La sociedad humanitaria o el albergue de animales local sabrán cómo cuidar mejor de gatitos huérfanos si no tienes los recursos.
Dra. Carmen Báez Ruiz
drabaez1@hotmail.es