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Yucatán, Firmes Cimientos

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Editorial

Para quienes somos yucatecos de origen, con antepasados peninsulares, es grato reflexionar cómo el paso de las centurias ha confirmado la multiculturalidad de la actual población, haciendo honor al calificativo histórico de Mayab, Ma-ya-oob, “No para muchos”.

Muy a pesar del creciente número de sus habitantes, nuestra península continúa firme y rebelde, desde su emersión, hacia el norte terráqueo, como excepción de las otras existentes en el mundo.

Debe ser motivo de orgullo que aún continúe el tránsito desde otros continentes hacia nuestro histórico territorio peninsular.

Una característica esencial del Yucatán de hoy es haberse convertido en un escaparate de todas las razas y culturas procedentes de Asia, África, Oceanía y Europa, así como de las surgidas en otros espacios del continente americano.

Quien vive en Yucatán, bien conoce y asume como normal la existencia que ha surgido a través de los siglos por diversas razones, entre ellas migraciones frecuentes de grupos humanos procedentes de otros continentes que intentan arraigarse en espacios adecuados y seguros para su tranquila supervivencia.

En siglos precedentes, similar nuestros connacionales que cruzan el Río Bravo para adentrarse en los Estados Unidos, se arraigaron en la península árabes, chinos, coreanos, africanos, y europeos, que llegaron a nuestras tierras con ganas de trabajar y progresar. Y lo han logrado.

Sus capacidades y conocimientos, sus raíces ancestrales y sus culturas originales se han incorporado a nuestra población, hallando sitios apropiados para desarrollar las actividades que nuestro medio yucateco demanda.

De ahí que el comercio, la industria, los transportes, hayan evolucionado hasta sus actuales niveles de calidad: por su tesón, vocación y ganas de salir adelante. Ahora sus raíces son firmes y profundas en nuestro territorio peninsular.

Con ellos llegaron ideas nuevas, ejemplos de carácter firme y fortaleza que se ha sumado a nuestras raíces peninsulares para bien de todos y como ejemplo para el mundo de que es posible la unidad de propósitos y acciones en los seres humanos para vivir y convivir en la paz y un desarrollo compartido.

Para fortuna de nuestra península, en este nuevo siglo la migración hacia Yucatán continúa.

Que sea para bien.

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