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Teatro Yucateco
LXXIII
¿Hanal Pixán?
Obra de teatro para niños
Nancy Roche Reyes
Escenografía: La sala de una casa de familia en Mérida. Año 2001. Día de los difuntos. (Un altar de muertos escondido que se mostrará al final de la obra.)
Personajes: 2 (dos) MAMAS (son hermanas).
5 (cinco) NIÑOS (hijos 3 de una y 2 de la otra).
2 (dos) NIÑOS ESPÍRITUS.
1 (una) ESPÍRITU DE LUZ (La abuelita).
Al iniciarse la obra las dos señoras y los cinco niños están hablando sobre los preparativos del Halloween que harán en casa de una amiga. Hablan de sus disfraces, del concurso de trajes, de quiénes van a ir, y también de ver la posibilidad de salir con otros niños a pedir dulces a los vecinos utilizando sus trajes alusivos.
La escena anterior se organizará de acuerdo con todos los participantes, quienes darán ideas sobre el tema.
Cuando están más animados, se escucha música misteriosa y aparecen varios espíritus de niños que buscan algo. Los otros niños no los ven. Aparece el ESPIRITU DE LUZ y todos los niños se duermen menos los espíritus que los observan. Las dos señoras están asustadas.
ESPÍRITU DE LUZ: Hijitas, no se asusten. Soy su abuelita y vengo a decirles lo que quiero que me pongan en la mesa de los difuntos este año, como lo hacía su mamá, ¿se acuerdan?
¿Por qué ya no lo hacen? Eso me pone muy triste y por eso vine a verlas.
SEÑORA 1: No estoy asustada… me gustó verte abuelita.
SEÑORA 2: También a mí, qué bueno que bajaste a la Tierra.
ESPÍRITU DE LUZ: Quiero que pongan la mesa. Me ponen el mucbipollo, atole nuevo, chocolate, pan dulce, relleno negro… también ponen mucho xec con jícamas, chinas y chile molido, ya saben que me gusta… pondrás mi foto y la de abuelito también y la de tía Mercedes. Ellos vendrán después a la hora de la comida.
SEÑORA 1: Abuelita… si yo nunca he puesto mesa para el día de difuntos.
SEÑORA 2: Acuérdate que mi mamá la ponía, pero ella está de viaje ahora.
ESPÍRITU DE LUZ: Pueden empezar hoy. Ya es tiempo de que aprendan, para que sus niños aprendan también.
SEÑORA 1: Es que ya la gente no hace nada de eso. Ya pasó de moda.
SEÑORA 2: Ahora se festeja el halloween.
LUZ: ¿Halloween? ¿Y qué es eso?
SEÑORA 1: Pregúntale a los niños. Ellos te lo pueden decir.
SEÑORA 2: Claro que si… ¿Los despiertas?
ESPÍRITU DE LUZ: Despierten niños.
NIÑO 1: Qué bonito está tu traje, ¿vas al Halloween?
NIÑO 2: Claro que va, ¿no ves que ya se disfrazó de fantasma?
NIÑO 3: ¿Te gusta el Halloween?
LUZ: ¿Y qué es eso?
NIÑO 4: Cómo no vas a saberlo.
NIÑO 5: Seguro que sí lo sabes, ¿cómo no vas a saberlo?
LUZ: No lo sé, en serio, que me lo digan
SEÑORA 1: Es la noche de Brujas.
LUZ: ¿Pero que festejan?, ¿a las brujas?
SEÑORA 2: No. A una calabaza.
LUZ: ¿A una calabaza? ¿Y por qué?
NIÑO 1: No sé.
NIÑOS: No lo sé.
LUZ: ¿Y no hay comida para los muertos? ¿Hanal Pixán?
NIÑOS: No.
LUZ: ¿Y no hay velas?
NIÑA 2: No hay velas.
LUZ: ¿Y no hay rezos?
NIÑO 1: No hay rezos.
LUZ: ¿Y no hay flores? ¿Y de veras no hay comida para los muertos?
NIÑO 3: No… si ellos ya no comen.
LUZ: Pero el día de Todos los Santos nos permiten bajar a la Tierra a comer y a tomar lo que nos gustaba cuando estábamos vivos. Sentimos la esencia y con eso ya comimos y estamos felices porque nuestros seres queridos se acordaron de nosotros. Es una costumbre muy bella y nos hace visitarlos.
NIÑA 4: Y tú, ¿quién eres?
LUZ: La abuelita de tu mamá. Soy la bisabuelita de todos ustedes.
NIÑOS: (La rodean) ¿Y esos niños blancos?
LUZ: Son niños que se fueron al cielo hace muchísimo tiempo y ya no tienen quién les ponga en sus mesas de difuntos. Y como nuestra costumbre es ponerle algo al “Anima sola”, pues los invité.
NIÑO 5: ¿Anima sola?
LUZ: Sí, ya se los dije. Ya no tienen a nadie aquí en la Tierra. Cuando se le pone su platito al ánima sola, es importante que se diga que es para ellos, porque si no se les invita, pues no vienen, se entristecen y lloran porque no pueden venir a la Tierra estos días.
SEÑORA 1: Claro que sí… abuelita, tienes razón.
SEÑORA 2: Sí, pobrecitas ánimas solas. Y sí, vamos a poner la mesa.
LUZ: Niños, estoy intrigada. ¿Qué se hace en ese Halloween que dicen? ¿Qué comen?
NIÑO 1: Pues pasamos a la casa de los vecinos y nos regalan dulces.
NIÑO 2: Y los comemos.
NIÑO 3: Y nos disfrazamos.
LUZ: ¿De qué?
NIÑO 4: De fantasmas, de brujos.
NIÑO 5: De diablos.
LUZ: Dios mío.
NIÑO 1: De Batman.
NIÑO 2: De Superman.
NIÑO 3: De extraterrestre.
NIÑO 4: De mounstruos.
NIÑO 5: De cosas así… de espantos.
LUZ: ¿Y qué más hacen?
SEÑORA 1: También hacen fiestas y ponen música bonita.
SEÑORA 2: Y bailan, y comen dulces y sándwiches, ensaladas y cosas así.
NIÑO 1: También los grandes hacen sus bailes de Halloween.
NIÑO 2: Como el de los chicos.
LUZ: ¿Y qué bailan?
NIÑO: De todo… ¿Y en el cielo se baila?
LUZ: Claro que sí. Allí hay varias orquestas, casi completas como la Sonora Santanera y la de Pérez Prado. De mi época.
NIÑO: ¿De veras?
LUZ: Oigan niños… ¿de verdad no sabían que existe el Hanal Pixán?
NIÑO: El qué.
LUZ: Hanal Pixán. Comida para los muertos. El 1 y 2 de noviembre
NIÑO: La verdad sí lo sabemos porque en nuestra escuela ya nos lo enseñaron, ¿verdad?
NIÑOS: Si.
SEÑORA 1: Sí es cierto. En las escuelas enseñan nuestra costumbre del Hanal Pixán, y qué deben llevar los altares.
LUZ: ¿Les ponen también juguetitos y dulcecitos a los niños que están en el cielo? NIÑO 2: Claro que sí….
SEÑORA 1: No lo vayan a decir. Yo lo digo.
SEÑORA 2: Abuelita… fíjate que te tenemos una sorpresa.
NIÑOS: (Se ríen.) Sí abuelita… ¡Mira!
Se destapa y aparece la mesa de difuntos completita.
LUZ: (Los abraza emocionada) Qué linda sorpresa. Creí que ya se habían olvidado de mí. Y ya pueden acercarse niños.
NIÑOS M: (Los niños blancos se acercan entre risas y van abrazando a los vivos.) SEÑORA 1: Ahora sí, vamos a rezar y a platicar con nuestros seres queridos que ya se fueron al cielo.
SEÑORA 2: Pueden hablar con ellos en voz baja o con su pensamiento, ¿verdad, abuelita?
(Ya no la ve)
SEÑORA 1: Se fue, creo que se fue. Y no se despidió de nosotros.
NIÑOS: Mamá, vamos a rezar por ella.
NIÑO: Y por el abuelito.
NIÑO: Y por la tía Mercedes.
NIÑO: Y la abuelita de mi amiga Tere.
NIÑO: Y por todos los niños que están en el cielo.
Comienza a rezar y a cantar. La abuelita y los niños blancos rodean el altar, agarran y huelen la comida. Los niños los juguetes. Comen de los platitos del Anima sola. Van como volando alrededor de las señoras y de los niños que siguen rezando y cantando mientras se cierra el telón.
Compilación de Fernando Muñoz Castillo
Continuará la próxima semana…