Letras
José Juan Cervera
El alma de las cosas triviales acata el designio del Hado que las acoge bajo los pliegues de la oscuridad.
Las miradas vacías afianzan su desamparo en espacios sustraídos al esplendor de la conciencia que solo el silencio acierta a cortejar.
Los rincones sombríos acogen los rastros de una visión lúcida que el sueño filtra en sus visitas nocturnas.
El ocaso de las palabras revela fuerzas telúricas nacidas bajo la mirada de los astros que alientan su inminente transformación.
El renacer de los sentidos germina en la atmósfera de paisajes brumosos cuya grisura invita a mirarlos de soslayo.
Las profundidades que quiebran la inmersión de la luz deponen su ímpetu de proyectarse hacia regiones etéreas.
Entre tinieblas que devoran pasiones sin equilibrio tropieza el impostor alejado de la fuente primordial.
Las pasiones baldías anidan en la espesura confinada en los atajos de la impaciencia.
La noche despliega emanaciones del ser que se aventura a desafiar el cerco de sus flancos limítrofes.
La sombra que se extravía en curvas de ciclos arcaicos revelará su huella en filamentos de luz.