Opinión
Edgar Rodríguez Cimé
Mientras la cultura dzulo´ob (blancos) sigue su decadencia, con obras de aficionados al arte (María Elena Martínez Bolio / José Luis Canché Escamilla / Jaime Barrera), la revolución cultural maya continúa con la contratación por la NASA del joven astrobiólogo Guillermo Chin Canché, de la comisaría Bethania, en el municipio de Campeche, Campeche, para investigar una de las lunas del planeta Saturno.
Este joven campechano, egresado de la Universidad Autónoma de Campeche, al graduarse como astrobiólogo, desarrollando su tesis precisamente acerca de una de las lunas de Saturno, obtuvo excelentes notas que le sirvieron para ser propuesto por la NASA para formar parte de su equipo de científicos dedicados a estudiar las lunas de este planeta.
Con la imagen tradicional del joven descendiente de la nación maya contemporánea, Chin Canché sufrió, como tantos otros hermanos nativos con capacidad para desarrollarse en las ciencias modernas, discriminación y bullying de los dzulo´ob (blancos y mestizos) de las escuelas donde estudió, sobre todo la Educación Superior.
Sin embargo, ese desprecio y rechazo social por provenir de la nación maya no le impidió desarrollar todas sus capacidades intelectuales hasta concluir su carrera como científico. En la entrevista con la prensa fue demasiado claro: “Soy lo que soy, gracias a mi herencia maya.”
Tiene razón un maestro de artes visuales de Dzan, Yucatán, egresado de la Escuela Superior de Artes de Yucatán (ESAY), al afirmar: “Estamos presenciando en el siglo XXI una revolución cultural en el sureste de Méjico”. Inició con el sabio Domingo Dzul Poot y continúa hoy con el joven científico Chi Canché, hoy integrado a la NASA.
De esta forma, voces autorizadas, propias y extranjeras, coinciden en subrayar un nuevo período de producción científica, artística y de humanidades entre los intelectuales de la nación maya contemporánea: el antropólogo norteamericano Donald Frischann, el catalán Francesc Ligorred Perramon, y el inglés Charles Pitt coinciden en un renacimiento de la literatura maya. Además, frecuentemente los medios nos informan de un crecimiento del arte maya en general.
Investigadores, profesores y creadores nativos contemporáneos, doctor en antropología Gener Llanes Ortiz, profesionistas, como el profesor de artes visuales de Dzan, y yo mismo (por conocer a muchos de los autores de este renacimiento creador), sostenemos que en el siglo XXI la nación maya está viviendo una revolución cultural.
Ciencia, arte, deporte, humanidades, gastronomía, medicina natural, ecología, son algunas de las disciplinas en las que se muestra ese crecimiento intelectual del que habla el doctor en Antropología Llanes Ortiz, quien trabaja para una universidad de los países bajos, en Amsterdan, en la Unión Europea.
El Colectivo Cultural Felipa Poot Tzuc felicita efusivamente al hermano astrobiólogo Guillermo Chin Canché por el logro obtenido al posicionarse como nuevo científico de la NASA, un logro más de la revolución cultural de la nación maya.