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Pendientes de Sílex

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El fardo funerario de la tumba 1 de Calakmul

VI

PENDIENTES DE SÍLEX

En este caso me referiré a los cuatro pendientes de pedernal que aparecieron en el área del pecho del personaje. A éstos se les asignó una numeración según su localización dentro del fardo funerario (N a S). El pendiente 1 (extremo norte) era la pieza más clara, tendiente a los tonos blancos, de 16 cm de largo x 5.7 cm de ancho y se encontraba sumamente mellada en su parte inferior. El pendiente 2 presentaba un tono general café grisáceo con motas naranjas, sus medidas son 14.8 cm. x 5.6 cm y se encontró fragmentado en cuatro; además de que le faltaba la punta. El pendiente 3 es muy oscuro, mide 16.3 cm x 6.3 cm y presentó restos de cinabrio en su parte inferior. Finalmente, el pendiente 4, que se halló fuera del envoltorio, tiene tonos café-arena, mide 15 cm x 4.7 cm y presentaba originalmente varias concreciones de paleosuelo adheridas. Las cuatro piezas están elaboradas en rocas de tipo siliceo-feldspato 52

Los tres pendientes que se localizaron dentro del fardo presentan su parte más delgada (la del orificio) mirando hacia el oeste. Todas muestran varias marcas de manufactura y de uso en sus extremos, así como evidencias de mordidas de roedores.

Por otra parte, y en cuanto a su manufactura, estado de conservación y mecanismos de deterioro, sabemos, que el sílex era trabajado por medio de la percusión y limado con otras piedras más duras. Asimismo, es de todos conocido que los materiales que este tipo contiene de dureza y estabilidad les afecta poco o nada los embates fisicoquímicos que pudiesen afectar con severidad a otros materiales, por lo que la transformación y pérdida de un material como sería el cordel que unía a las cuentas representaría quizá su deterioro más agudo. Este caso es uno de los ejemplos más claros en la ofrenda de lo que en restauración se conoce como alteración pura (contra la noción de transformación), ya que pese a que no hubo un proceso de degradación ni de cambio químico en el material, los artefactos sí sufrieron una distorsión en su distribución original, lo que ocasiona problemas de interpretación.53

Para el período 2004-2005, cuando se concluyó el trabajo de intervención del fardo y su ofrenda, no había encontrado ninguna referencia o representación maya que concordara con estos cuatro pendientes. En ese momento consideré solamente que por su peso dichos artefactos debieron haber sido sumamente incómodos de llevar al cuello; además de que era extraño que los cuatro orificios no apuntaran hacia el este (dirección hacia donde se encontraban el cuello y la cabeza del personaje en la inhumación, aunque se sabía que el problema de la bioturbación y de las constantes inundaciones habían causado muchos problemas de interpretación espacial de los materiales de la ofrenda y era difícil concluir nada con demasiada certeza). Esto me llevó a pensar que se trataba de un artefacto más de tipo funerario que de uso cotidiano, considerando que se sabe existían objetos exclusivos para los rituales y ofrendas mortuorios en el área maya54, por esto mismo coloqué los pendientes a modo de collar sobre las clavículas plásticas del montaje expositivo, a la altura en que se hallaron dos pendientes dentro del envoltorio. Sin embargo, en marzo de 2005, la arqueóloga Luz Evelia Campaña me hizo notar que los pendientes formaban parte de un cinturón muy común en las representaciones mayas; cinturón del que cuelgan por lo general cuatro objetos lobulados muy similares físicamente a los que se hallaron en la tumba 1 y que a mí nunca se me había ocurrido analizar.55 Como en los demás casos volveré a este tema posteriormente.

Renata Schneider

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52 Quisiera agradecer al geólogo Óscar Comas y a la química Ma. Gracia Ledesma su apoyo en la identificación de estos cuatro artefactos.

53 Cf. García y Schneider, 1996.

54 Cf. Ruz Lhuillier, 1989.

55 Es importante decir que el problema de lectura que ahora podríamos tener es bastante fácil de solucionar: los arqueólogos encargados actualmente del proyecto Calakmul (aún bajo la dirección de Ramón Carasco) simplemente deberán discutir esta posibilidad. De decidir que, efectivamente, se trata de piezas de un cinturón, simplemente habrá que remover los pendientes de la posición en que los coloqué, aunque no podrán exponerse de forma conjunta con el envoltorio mortuorio porque los restos de látex del área de la cintura no pueden soportar el peso de los pendientes de pedernal sin alterarse y fracturarse gravemente.

Continuará la próxima semana…

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